Mi Destino Eres Tú… (Prefacio I)

¿Qué es el destino?

Si le preguntáramos a algunas personas quizá responderían que es la sucesión inevitable de acontecimientos al que ningún ser humano puede escapar. La existencia del destino supone que nada ocurre al azar sino que todo tiene una causa ya predestinada, es decir, los acontecimientos no surgen de la nada sino ya están prestablecidos por una fuerza desconocida. Otros, por el contrario, dirían que el destino no existe y afirmarían que el curso de la vida se escribe basado en la suerte y por las decisiones del momento presente y que por tanto este no está escrito. Por ende para los primeros el destino provendría entonces de un poder sobrenatural o plan que guía al ser humano a un fin no escogido libremente.

El destino es por lo tanto el antónimo del libre albedrío

Para la filosofía el destino tiene que ver con la teoría de la casualidad. Todo lo que ocurre tiene una causa que lo genera.

Para la mitología griega y romana el destino se personificaba en una diosa la cual tenía el poder de determinarlo todo, incluso, lo que debía ocurrirles a todos los dioses.

Todos tienen una opinión acerca del destino. Lo podemos expresar con miles de palabras, le podemos preguntar a psicólogos y expertos o leer acerca de ello; pero lo que sí está claro es que cada uno forja el suyo propio, y eso es lo que hice yo. Decidí hacer mi destino propio, a pesar de que me dijeran que me estaba equivocando, y me advirtieran muchas veces que él no era para mí, y que lo único que iba a conseguir era que me rompieran el corazón, pero aun así, decidi arriesgarme y enamorarme de él, de un hombre que decía amarme, pero quien al final lamentablemente demostró que los demás tenían la razón y que yo era la equivocada, y por tanto mi destino fue el salir lastimada y con el corazón roto. He aquí mi historia…

MI DESTINO ERES TÚ… (PREFACIO)

Miro mi teléfono por quinta vez y ya han pasado exactamente treinta minutos después de la hora acordada con mi marido para vernos. Me cito esta noche, aquí, para celebrar nuestro tercer aniversario de casados. Desde que me casé con Tom nuestras vidas han sido muy diferentes a cuando nos conocimos. Él era todo lo opuesto de lo que yo quería, pero, con el paso del tiempo me había demostrado que podía cambiar y eso lo había hecho por mí, y lo sé, por qué fue lo que me dijo el día que nos casamos y lo recalca cada día que estamos juntos. Pero, estos últimos meses no han sido exactamente muy alegres, él, ha estado muy extraño, llega tarde en las noches y se va antes que yo en las mañanas.  Según entiendo se debe a que está muy estresado por la firma de un contrato importante.

Vuelvo a mirar mi teléfono y suelto un suspiro, llamo al mesero y le pido la cuenta de la copa que consumí, la pago y me acerco a Pierre.

—Señora Shape, ¿ya se retira? – me pregunta

—Si Pierre, si mi esposo llega por favor dígale que me fui y que lo espero en casa.

—Como usted diga señora – respondió cortésmente

Le sonrío y salgo del restaurante. Me acerco a Matt, quien, como siempre me espera para abrirme la puerta, le sonrío y le pido que me lleve a casa. Tardamos exactamente quince minutos en llegar y después de estacionar el auto agarro mi cartera, me bajo y entro a casa. Al entrar me llevo una gran sorpresa ya que veo un par de copas en la mesa de la sala… frunzo el ceño y dejó el bolso sobre el sofá… escucho ruidos en la parte de arriba y eso me sorprende aún más. Subo despacio las escaleras y conforme me acerco a la habitación principal los sonidos aumentan. Abro la puerta y ante mí se dibuja la más cruel de las traiciones… suelto un grito ahogado y mis ojos inmediatamente se inundan de lágrimas… observo a mi esposo teniendo sexo con una de las practicantes de la empresa donde él trabaja y quien paradójicamente resulto ser la mujer que más me ha odiado desde que la aceptaron para realizar allí sus prácticas.

—No puede ser…

Musite en un susurro casi inaudible pero lo suficientemente alto para que él me escuchara y se detuviera; giró su rostro y me miró a los ojos al percatarse de mi presencia; rápidamente me seque las lágrimas que rodaban por mis mejillas y decidí que ya esto era suficiente.

—Liz, Liz mi amor, espera.

Decía él mientras me perseguía, pero, decidí no detenerme hasta salir de ahí… sentía que me habían sacado todo el aire de los pulmones y con ello también arrancado todas mis fuerzas; todo esto se había vuelto una completa mierda…

—Liz por favor, espera…

Dijo una vez más al sujetar con fuerza mi muñeca… me di la vuelta para mirarlo sin saber exactamente lo que yo sentía… no sabía si era bronca, odio, rencor, lastima o simplemente nada…

—¡Suéltame! ¡Eres un maldito desgraciado! – Le replique

—Liz mi amor, perdóname, no…yo no quise hacer esto – Me insinuó

—Me importa una mierda, no quiero verte nunca más en la vida.

Le dije llena de un montón de sentimientos y mientras soltaba mi muñeca la cual aún él agarraba me subí al auto y le dije a Matt que me llevara lejos de aquí. Él solo asintió, encendió el coche y en ese momento Tom salió de la casa y empezó a golpear con desespero la ventana del auto mientras nos alejábamos… pero Matt no se detuvo y nos marchamos dejando a Tom en medio de la acera.

NOTA 1: Las imágenes utilizadas en los contenidos no pretenden infringir la propiedad de sus autores, solo ilustrar el contenido de los artículos

NOTA 2: Elizabeth Goldstain les invita a leer la totalidad de su novela en la publicación realzada por la Autora y a la cual puede acceder haciendo clic en MI DESTINO ERES TÚ

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