Escucha Isa, escucha Mía, escuchen todos lo que les voy a contar.
Sucedió aquí en Villa Toty, hace unos años atrás. Era el año 2011, de diciembre el 29 y ocurrió a media noche, noche de oscuridad.
La casa quedó pequeña con tanta gente que llegó y, a algunos de los visitantes les tocó dormir por fuera.
Hay un lugar en la finca que techado y con piso está, le llaman el kiosco grande, retirado del hogar y ahí fueron a dormir.
Ellos estaban felices, el cielo lleno de estrellas, la luna llena brillaba y todo lo iluminaba. Era la noche perfecta, era lo que habían soñado al llegar a ese lugar.
Por parejas se acomodan en carpas que ellos traían.
Torco con Saúl en una, Dolly con Toyita en otra y también en otra carpa Pía se quedaría.
Y así como les dije al principio, a las doce de esa noche y ahora en total oscuridad, porque esa luna y estrellas, las nubes habían tapado, de aquella claridad hermosa muy poco se vislumbraba.
Se escuchan pasos y fuertes lamentos, se sienten cadenas arrastrar y se ven sábanas blancas que con luz tenue avanzan sin cesar.
Atraviesan el portón que resguarda ese lugar, poco a poco y en un suave vaivén se observa a ellas avanzar. Se acercan a esas carpas, sin ningún ruido causar, pero…
Esas ánimas blancas no lo pueden creer, por ese camino que a la casa llega, por ese camino un espectro va, es un gigante maldito, es un cuerpo sin cabeza que traía ahí en su garra y colgando de los pelos, a una enorme cabeza.
Esa cabeza está viva, tiene ojos encendidos que escupen chispas de fuego y una mirada infernal. Usa un traje negro, muy largo que no lo dejan mover pues al mirarlo parece que la cabeza va primero y después los pies.
Y así, muy lentamente se acerca donde esas ánimas están. Al ver lo que a ellas se aproxima, entre todas se protegen y se funden en un gran abrazo. En esos momentos de terror y tensión extremo, un ánima mira el árbol, ese árbol de totumo que se encuentra enfrente y que en su copa otro espectro de ultratumba se movía, la visión es espeluznante. Tenía un ondulante vaivén y parecía que de repente podría, estirar sus largas uñas, alcanzarlas de a una en una, y acabar con todas ellas hasta no quedar ninguna.
Se escucha un suave murmullo, esas ánimas no aguantan, pero ahora ellas se encuentran entre demonios y mortales. La incertidumbre, sorpresa y miedo dominan en ese lugar, esas ánimas blancas ya no saben ni que hacer, la extrema tensión se siente ahora en ese lugar.
En esos momentos precisos, se escucha una voz fuerte que grita, ¿- quién es el que a estas horas viene a perturbar la paz.? Ese es Saúl el de Torco, quién siguió gritando así, -aquí tengo yo en mi carpa una pistola cargada y si siguen molestando yo los voy a lastimar.
Aquellas ánimas blancas corren despavoridas en busca de la salida. En esa loca carrera una con otra se estrella y alguna hay que se orina.
Al fin logran atravesar el portón que da a la calle, ya están lejos, ya descansan, ya de espantos nunca más.
Aquellos que en las carpas estaban alcanzan a distinguir 12 ánimas blancas que corren despavoridas alejándose de ese lugar.
Grandes son las carcajadas que de las carpas se escuchan, todo es risa, es bullicio y ahora se encuentran juntos los monstruos con los mortales. Todos ríen, todos aplauden, el plan les salió perfecto y es que esos que venían por lana, salieron bien trasquilados.
Resulta que esto era una broma pesada que se inventó Pablo Andrés, él quería asustar a los que llegaron ahí, pero Toty cambió el cuento cuando pensó en Torcoroma, ya que a ella en ese tiempo le daban muchos soponcios y tal vez hasta un infarto le causarían los espantos. Por eso Toty el cuento cambió con la complicidad de mamita, Dolly, Torco y Pía.
AUTORA: TOTY, AMPARO ÁLVAREZ (COLOMBIA)
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Amparo Álvarez – Toty, colombiana, nacida en Río de Oro departamento del Cesar. Hija de Roberto Álvarez y Victoria Barbosa. Egresada de la Universidad Francisco de Paula Santander, seccional Ocaña. Licenciada en educación Básica con énfasis en Humanidades y lengua castellana. Casada a la edad de 18 años. Tengo escritos cuentos, poemas y relatos, la mayoría basados en anécdotas vividas.
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