Selma y la Navidad

Ya había llegado la navidad. Todo el pueblo se vestía de lindas luces que alegraban todo el entorno. Lindos adornos de navidad lucían en las puertas de cada hogar. Solo en casa de la señora Selma no se sentía el espíritu navideño. Desde que enviudó se había quedado sola y nunca más celebró una navidad.

Pero estas pascuas para Selma iban a ser diferentes. Se siente alguien tocar y la anciana de apagados pasos avanza hacia la puerta de entrada.

– ¿Quién es? – preguntó Selma

– Es tu hermana Rosse, me vine sin avisar para darte la sorpresa

– Rosse, no puedo creerlo. Cuánto tiempo sin verte hermanita

Abre la puerta. Al mirar el rostro de Rosse, la alegría se reflejaba en su mirada. Hacía tanto tiempo que no recibía noticias de nadie, ni tan siquiera por correspondencia, que su mente estaba adaptada a la idea de que era una anciana sola y sin familia. Ambas hermanas pusieron toda su vida al día. Rosse decidió quedarse a vivir con su querida hermanita para acompañarla y ayudarla. Selma era muy querida por todos en el pueblo. Esta vez su casa se vistió de navidad y en compañía de Rosse y todos los vecinos disfrutó de unas bendecidas pascuas.

AUTORA: REGLA MARÍA ESTRADA CRESBAL (CUBA)
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