En caso de no haberlo leído recomendamos la lectura del EP. 2
Reggie Murana será el asesino más despiadado de su tiempo, y hoy comienza su carrera.
Ha dormido muy poco durante las últimas noches atormentado por los recuerdos, no obstante, está alerta y listo para que el sol sea testigo de su leyenda.
Aislado y en silencio ha estado maquinando nuevas y creativas formas de liquidar a quien sea necesario y ha planificado cada posible escenario para evitar contratiempos o errores.
No dudará en tomar acción y no habrá reparos en color de piel, sexo o edad de aquellos que habrán de sucumbir ante su decidido carácter.
A pesar de su desprolija presentación lleva consigo todo lo necesario: un arma automática de culata corta y un rifle cuelgan a lado y lado, en su cintura lleva una Glock y 4 cargadores repartidos en los bolsillos de su chaqueta negra, un puñal escondido atrás del pantalón completa las herramientas suficientes con las que nuestro personaje va a teñir de rojo el día de hoy.
El sol se ha levantado ya sobre el suburbio donde vive Murana indicando la hora de empezar. Con precaución mueve la cortina de su ventana para verificar la situación afuera; está despejado y puede salir.
No se molesta en cerrar de nuevo la puerta pues no espera volver vivo, su atención se centra en no ser descubierto antes de tiempo.
Las calles están desiertas, así debe ser, Reggie camina a paso lento pues sabe que la soledad pronto será interrumpida, han pasado 8 minutos desde que salió de casa y ha recorrido 3 cuadras hasta llegar a la intersección en donde se ha detenido y ha tomado posición.
Sus pupilas dilatadas, su respiración controlada y la calma generalizada hacen que ésta persona sea un certificado de muerte seguro para el desprevenido transeúnte que acaba de aparecer al otro lado de la acera.
Murana no se arriesgará a fallar, su primera vez ha de ser perfecta, toma el rifle y con absoluta serenidad ha presionado el gatillo, la bala ha impactado en la sien derecha del primer objetivo. El orificio de entrada, pequeño y limpio, contrasta mucho con el enorme destrozo producido al salir por el hemisferio izquierdo del cráneo. Sin percatarse apenas de nada, la primera víctima cae desplomada.
El sonido del disparo irrumpe en el silencio de las casas vecinas, algunas cortinas disimuladamente se entreabren, pero parece que nada se interpondrá en el camino de Reggie Murana.
Ahora no hay necesidad de caminar lentamente ni ocultarse, hay que avanzar pronto, nuestro recién graduado asesino comienza ahora su verdadero camino a la fama. A paso firme y decidido ha llegado pronto a la avenida principal e inmediatamente encuentra lo que vino a buscar; decenas de almas recorren el camino y hoy el pavimento se convertirá en su tumba. Sin detenerse ha tomado a dos manos la automática y a discreción ha comenzado a repartir la munición con efectividad abrumadora gracias al hermoso don de la buena puntería que Dios le dio.
Van cayendo uno a uno, ancianos y niños, blancos y negros, todos son iguales ante la potencia irreversible de las balas.
Murana camina entre los cuerpos tirados en el suelo, la Glock en una mano y el puñal en la otra, la verificación es esencial cuando se trata de asesinar y en el repaso encuentra 7 heridos que pronto dejan de serlo. 26 cadáveres yacen allí, “Buen trabajo” (se dice a sí mismo Reggie Murana) pero aún no es suficiente.
Revisa su arsenal y aún queda poco más de la mitad de la munición, aún falta trabajo por hacer y con decisión avanza en busca de un grupo aún más numeroso.
La adrenalina y la euforia se apoderan de Murana cuando descubre que hay más personas frente a él de las que puede contar, no hay tiempo de dudar, cada paso al frente transforma proyectiles en cuerpos que azotan el suelo, el olor a pólvora se mezcla con el de la sangre y los sonidos de la vívida respiración de Reggie se entretejen con los de la agonía de sus víctimas.
Reggie es un joven de solo 17 años que lo ha perdido todo, es uno de los sobrevivientes del incidente del Crystal Plaza en el que murieron despedazados todos los miembros de su familia.
Jamás antes de ese día habría pensado en tomar un arma y definitivamente jamás habría pensado en asesinar a nadie, pero hoy no es ayer y Reggie no es el mismo Reggie de entonces. Ahora hay un atisbo de sonrisa y satisfacción en cada cadáver que deja tras de sí. Hace varios cuerpos que ha dejado de contar, pero la cuenta sigue en aumento.
El rifle está en el suelo y el puñal quedó trabado en el parietal del desafortunado que hace 3 segundos estuvo en el camino de Murana, aún queda la automática y la Glock, aunque ambas con muy poca munición.
No va a haber marcha atrás hasta acabar con la última bala y con la última alma, Murana quiere morir haciendo lo que está destinado a hacer, no obstante, el deseo de Murana no se cumplirá.
Nadie advierte que, 200 metros en dirección norte, un automóvil policial se dirige rápidamente a la posición del chico, y teniéndolo al alcance, en un ejercicio de sincronía casi perfecta tres personas han salido sin que el auto se detenga, han sujetado a Murana, lo han subido al carro aún en movimiento y han tomado rumbo desconocido.
La matanza al fin ha terminado, saldo total: 78 cadáveres tirados en 6 calles.
Nadie sabe a dónde llevaron a Reggie Murana, pero pronto se conocerá su historia. (Del autor) Al siguiente día: En la internet y la radio comienza a hacerse viral una noticia esperanzadora, un valiente joven, en solitario, ha sido capaz de acabar con 78 caminantes.
CONTINUARA EP. 4 (Sábado 30 de diciembre 2023)
AUTOR: J. ANDRES MERCHAN (COLOMBIA)
© DERECHOS RESERVADOS AUTOR (A)

Nací en Río de Oro -Cesar- en 1981, a 10.300 kilómetros y casi 2.500 años después de donde y cuando debería, crecí en el seno de una familia numerosa y muy unida, inclinado al arte desde joven, he encontrado en la música y la escritura una ventana de oportunidad para librarme del peso de las extraordinarias tonterías llevadas a cabo en una vida llena de alegrías y derrotas. Fui asesinado a principios de 2015 y vuelto a la vida en agosto del mismo año, tiempo aprovechado para componer un par de canciones y escribir unos cuantos versos para añadir a un buen compendio que estoy casi seguro de que al menos a mi madre le gusta.
Relatos cortos de zombies que sueñan es una crítica a la visión cerrada del mundo, son narraciones que cambian su significado y contexto depende de la perspectiva del lector, es una invitación a leer dos veces el mismo escrito y entenderlo de dos maneras diferentes.
Es un engaño disfrazado de libro.