El Reloj de la Vida

La mañana emerge cálida, radiante y efímera,
abrazando con torpeza los rayos de sol que se precipitan sobre mi cansado corazón.
A la vez, el eco de la música del péndulo del perverso reloj, oscila sin parar,
estallando contra el espejo de mí habitación.

El color púrpura de la lámpara que alumbra la estancia,
es tan artificial, como el enigma de la vida que asoma a través de la ventana, cuyo camino domina los sin sabores,
y los sueños frustrados, que las espinas del arcaico pasado, silencioso destrozó.
El año ronquea pesadamente y se evapora entre los pensamientos en esta mañana aciaga.

En el alféizar de la ventana, frío como por la escarcha,
una paloma y una maceta, son todo mi público,
y yo…yo… un alma solitaria, sigo perdida
en el encierro de las tinieblas de mi habitación.

Y cada noche, la soledad, me arranca un nuevo lamento,
que oprime mi alma, llenando mi existencia de penumbra y dolor,
convirtiéndose en la sinfonía de una angustiosa canción.

Parece, una melodía que irrumpía los sueños de una opresiva tristeza,
creando profundas grietas, que el tiempo fragmentó.

Tal vez, solo tal vez, mi alma camine sin sombra,
por este mundo de penumbra que alumbra la luna,
donde los sueños vuelan en un incierto poema, de recuerdos y pensamientos.

En estos momentos, ando angustiada y cansada,
pero me digo en lo más profundo de mi corazón; no, ya no,
ya no volveré a continuar perdida, ni dejaré, que el arcaico piano de la vida,
domine mi destino, acariciando esta maldita música que no deja de sonar,
como un claustro de voces, que no para de susurrar.

Y agarro con ímpetu cada nuevo anochecer, el nuevo año que ya asoma
pasando las horas dentro de un extraño magnetismo,
forzándome, a seguir oyendo, cada nueva nota,
cada nuevo soneto; cada nuevo suspiro.

Y el reloj de la vida… Ese, reloj perverso,
sigue su curso inmortal e inevitable…
tic, tac, tic, tac…
Y yo, sigo adelante en un arrebato de valentía e ilusión,
diciéndome que la vida, es tan solo un viaje sin retorno del que no puedes escapar.

Y entonces escucho las doce campanadas y le pido al nuevo año que la paz en el mundo sea una realidad, porque la vida es hermosa,
y nunca hay que volver la mirada atrás,
porque el reloj de la vida te consume y no lo puedes evitar,
por eso doy la bienvenida al nuevo año con los brazos abiertos y llena de esperanza y felicidad.

AUTORA: NURIA DE ESPINOSA (BARCELONA – ESPAÑA)
© DERECHOS RESERVADOS AUTOR (A)

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10 comentarios sobre «El Reloj de la Vida»

  1. Voy notando que el reloj cada vez va más deprisa. El tiempo se escapa como arena en las manos. Hay que disfrutar el momento. Te deseo un próspero año lleno de éxitos y salud. Un abrazo.

    1. Gracias Federico, igualmente. Un abrazo

  2. Ya sabes que en Tannhäuser no existe el tiempo.
    Besitos 😘

  3. Beto Brom

    Te tuve confianza y continué leyendo…tus lineas me envolvieron…hasta creo haber escuchado el sonar de las campanadas…
    ¡FELIZ 2024!
    Van abrazotes, my querida Nurita

    1. Gracias Beto, me alegra a ver logrado ese efecto. Un abrazo y feliz año.

  4. Luis Fernando Ramos Martín

    Preciosa metáfora de la vida. Como siempre un poema lleno de sensibilidad y con dosis de realismo que no deja indiferente a nadie. Saludos

    1. Gracias Luis, me alegro que te guste. La vida es caprichosa y este mundo injusto. Un abrazo

  5. Ay, ese dichoso reloj, Nuria. Ojalá tu mensaje de paz llegue muy lejos y seamos capaces de construir un mundo habltable, ,dónde nuestra seña de identidad sea la palabra.
    Me alegra saber que continuas incansable con tu labor de escritora y promotora cultural.
    Un fuerte abrazo

    1. Gracias José, así es, la constancia siempre. Un fuerte abrazo.

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