El Grito

Era una calurosa tarde, Roxana acababa de llegar de su trabajo. Allí estaba sentado su esposo, esperándola. En su rostro se expresaba claramente el dominio de los celos, era imposible librarse de ellos.

– ¿A qué hora saliste del trabajo?

– Ya empiezas con lo mismo- dijo Roxana- tuvimos una actividad, hoy es 8 de marzo, si no lo has olvidado

– ¡Que me importa! Te he dicho que en cuánto termines de trabajar debes venir para la casa, aquí se hace lo que yo diga.

Roxana no dijo ni una palabra, se encerró en su cuarto, ya era demasiado, no podía soportar más la falta de confianza de Vladimir. Esa misma tarde recogió sus cosas y se marchó.

Cada uno continuó con su vida, pasado un tiempo, el muchacho enfermó. Ese día regresó de su ya inevitable quimioterapia. Su hermana Reina lo acompañaba siempre en cada una de sus sesiones.

– ¿Cómo te sientes hermano?

– Que decirte Reina, un poco de dolor y malestar. Ya estoy acostumbrado. Pero te confesaré una cosa, tu presencia alivia toda mi incertidumbre. Tú eres amor y paciencia.

Estas palabras nunca serían olvidadas por ella, callada, miraba un cuadro de Edvard Munch un artista noruego, titulado: EL GRITO, así mismo veía a Vladimir y esto la sumergía en una gran melancolía. De pronto se escucha alguien llamando a la puerta, Reina se dirige a abrir. Cuál fue su asombro al mirar que era el gran amor de su hermano.

– Hola Reina ¿podría pasar a verlo?

– Claro Roxana, cómo haces semejante pregunta. Lo que pasó es un asunto entre ustedes.

Roxana va directo a la habitación….

– ¿Como te sientes?

Esa voz la conocía, al tiempo que lo había dejado sin palabras.

-Roxana, ¿estás aquí? entra mi vida, estaba seguro de que te volvería a ver.

A las 6:30 de la mañana de ese 14 de febrero, mientras la muchacha dormía junto a su esposo, sintió un gemido aterrador. Lágrimas de dolor acompañaban tan triste momento. Vladimir había resistido hasta ese día.

AUTORA: REGLA MARÍA ESTRADA CRESBAL (CUBA)
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