En una estación de gasolina, el atardecer se dibujaba en tonos anaranjados mientras la vida cotidiana parecía transcurrir con normalidad. El bullicio característico del lugar se vio interrumpido por la llegada inesperada de un autobús que se detuvo con estrépito frente a las bombas de combustible.
Del vehículo descendió un grupo de mujeres, todas vestidas con camisas de fuerza, cabellos desordenados y miradas perdidas. Los empleados de la estación, confundidos y alarmados, vieron cómo una de las mujeres lograba desasirse de sus ataduras y, en un acto de pura desesperación, salió corriendo en medio del alboroto que se había desatado.
Justo en ese momento, una mujer que había detenido su coche para repostar fue confundida con una de las fugitivas. Las miradas atónitas se volcaron hacia ella, creando una situación de desconcierto y tensión. La mujer, de cabello castaño y ojos avellanados, se vio de repente rodeada por la policía que llegaba al lugar en busca de las mujeres fugitivas.
—¡Alto ahí! —gritó uno de los oficiales mientras se aproximaba con precaución.
—¡Es un error, yo no soy una de ellas! —exclamó la mujer, tratando de mantener la calma a pesar de la creciente confusión a su alrededor.
Las palabras de la mujer cayeron en oídos sordos mientras era rápidamente rodeada y detenida. Intentó explicar su situación, apelar a la lógica y la razón, pero sus palabras se perdieron en el caos de la escena.
Mientras tanto, la verdadera fugitiva, aquella mujer que se había liberado de sus ataduras, encontró refugio en una zona cercana. Observó desde la distancia cómo la confusión la había ayudado a escapar, pero no pudo evitar sentirse conmovida por la injusticia que se había desatado en torno a la mujer que ahora estaba siendo arrestada erróneamente en su lugar.
La noticia de la confusión se difundió rápidamente, y pronto quedó claro que se trataba de un error. La mujer fue liberada, pero el incidente dejó una huella profunda en ella, y en todos los presentes que presenciaron aquel inusual y caótico acontecimiento en la estación de gasolina. Las fugitivas fueron recapturadas, pero la escena dejó una reflexión en la comunidad sobre la fragilidad de la percepción y la rapidez con la que el juicio puede verse nublado por el miedo y la confusión.
AUTOR: LUIS ALFONSO PÉREZ PUERTA (COLOMBIA)
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Luis Alfonso Pérez Puerta. Nacido el primero de diciembre de 1961 en una provincia de Colombia, al sur de América, Luis Alfonso Pérez Puerta se define como Comunicador Social, Periodista, actor y escritor en pausa activa. Se autodenomina un solitario entre la multitud. Está en el Taller de escritura Aquileo organizado por las Bibliotecas de Comfenalco, Antioquia.
Participó en el Octavo Encuentro Internacional de Poetas del Viento Corporación Cultural: «Energías limpias y renovables por un planeta saludable», del 25 de agosto al 1 de septiembre de 2024. Medellín, Colombia, certamen donde leyó sus escritos el 29 de agosto en la Biblioteca del corregimiento Santa Elena.