Entre la bruma, y entre la niebla, se alzaba una torre. Y, en lo alto de la torre, brillaba una luz, a través de la noche. Y, en la luz, se reflejaba un rostro, misterioso y eterno. Y, el rostro habló con una voz, que era como la música y la poesía.
La luz en la torre, hacia brillar la noche como si fuera el día. Y, en la luz, podía verse una figura, que descendía lentamente, como una estrella que se posa sobre la tierra. Y, al llegar a la tierra, la figura tomó forma humana, y se convirtió en una mujer muy hermosa.
La mujer estaba vestida con ropa extraña, que parecía un sueño. Y, su belleza era como la luz de la luna, y como el reflejo de una estrella. Su pelo era como una cascada de un río, y su voz era como el canto del ruiseñor. Y, sus ojos eran como dos espejos, en los que se veía el reflejo del misterio de la noche.
La mujer se acercó a un hombre, que estaba sentado junto a una fuente. Y, al mirar a la mujer, el hombre sintió que su corazón se derretía, como la nieve al sol. Y cuando abrió la boca para hablar, el hombre no pudo articular palabras alguna. Y, en vez de hablar, el hombre miró a la mujer, y vio su belleza, que lo dejó sin aliento. Y, cuando sus miradas se encontraron, el hombre se sintió transportado a un lugar, que no era el cielo ni la tierra.
El hombre y la mujer se perdieron en el laberinto, de la mirada mutua. Y, en el laberinto, hallaron un secreto, que era la verdad del amor. Y, en la verdad del amor, hallaron la paz, y el sentido de la vida.
La mujer tomó la mano del hombre, y lo guío a través del laberinto. Y, a medida que se adentraban en el laberinto, el hombre se sintió seguro y cómodo. Y, cuando salieron del laberinto, hallaron un lugar maravilloso. Un lugar en el que el tiempo, y el miedo no existían. Era un lugar en el que solo existía el amor. Y, en ese lugar, el hombre y la mujer se fundieron con un abrazo eterno. Y, desde ese abrazo, el amor y la vida, se derramaban, como un manantial, de belleza y alegría.
AUTOR: DIEGO PANTOJA (COLOMBIA)
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Diego Pantoja, nació el 5 de mayo de 1999 en Tamalameque, Cesar. Colombia.
Empezó a escribir a la edad de 12 años bajo la influencia de la depresión; método que usó para desahogarse. En la trayectoria de su juventud, Diego descubrió nuevos talentos: El dibujo, las artes marciales y la música, artes que lo llevaron a conseguir reconocimiento dentro y fuera de su municipio. A los 17 años, ganó su primera batalla de freestyle en la ciudad de Bucaramanga.
Conocedor de la Psicología, Programación Neurolingüística, La filosofía del cuerpo humano, Oratoria Moderna, entre otras más áreas…
Fue profesor en la Fundación Hijos de María en la ciudad de Cartagena, ciudad en la que obtuvo dos diplomas: Uno de Derechos Humanos y el otro de Desarrollador Comunitario en el año 2019.
Dado a sus conocimientos y habilidades, ha participado en importantes eventos literarios y convocatorias de poesías, en las que destacó obteniendo el primer lugar en la mayor parte de estos escenarios. También a participado en diversas conferencias poéticas a nivel internacional de manera virtual.