Cuando venía en la camioneta pensaba «Ve, voy a gozar los carnavales con la hembra», y seguía manejando y pensaba en la hembra, lo que no sabía era que ese día lo iban a joder en el pueblo, no pensaba en nada, inocente haciéndose ilusiones de jolgorio. Cuentan que había llegado donde un amigo, a preguntar por su amor ilusionado, la mañana comenzaba a descomponerse, ni los gallos cantaron ese día para acabar de completar la vaina, pero cantó en un palo grande de mango la palomita de la muerte, era el mango del campamento donde guardaban la maquinaria de arreglar las porquerías de calles de años convertidas en camino de herradura y no servían para una mierda. Corría un ambiente de zozobra en el pueblo donde todo se sabía dónde la gente chismosa y mala, despreciaban a la gente de afuera o forastero, como dijo uno del pueblo cómplice «Que mierda vienen a joder acá», ese día el ingeniero parqueó la camioneta del gobierno de bajo de un palo de almendra el cual la cago una paloma en el capo, la camioneta tenía un letrero que decía «in vía” era de un amarillo ocre, se bajó cerró la puerta del carro y le dijo al amigo:
─ Oye flaco, está la plaza sola. -Dijo el ingeniero.
─ Andan reunidas por ahí.
─ Organizando la caceta en un barrio que no me acuerdo bien. mala memoria, jodida. ─ Le contestó el flaco.
Dice el ingeniero dentro sí,» esto me huele a raro», como que presentía algo en su karma, que le decía «hoy te joden». El ingeniero no le paro bolas a esas ideas locas y absurdas y erróneas, después de hablar con el flaco se fue donde otra casa, donde una señora que hacía fritos, a desayunar arepas de huevos y café de leche, también se comió unas carimañolas de yuca, el hombre desayunaba y como se presentía algo, vio la palomita cantar de nuevo en el almendro, y dijo:
«presiento algo», estaba más cagado que niño chiquito con diarrea nueva de leche materna; el sol comenzaba a calentar de verdad como todos los días, dos muchas hermosas pasaron por delante de él y una morena bella le dijo:
─ ¡Docto, no invita, come solo!
El la vio y le dio risa, y siguió comiendo, ya sabía que no iba a comer más carimañolas de yuca, y exquisita que estaban con carne molida dentro y con vinagre agua de maíz. Se despidió de la señora con amabilidad, un señor lo saludó y él le devolvió el saludo con gentileza, el viejo le torció el ojo vidrioso, pensó y dijo: «todavía está vivo», y siguió caminando calle abajo hacia un arroyo como que iba a cagar, iba caminando rápido, se quitó el sombrero y se perdió en el arroyo.
Mientras tanto el ingeniero más asustado que caballo espantado, se montó en la camioneta rumbo a un trabajo que estaba haciendo y que iba entregar pronto, iba manejando por toda la Central hasta llegar al sitio de trabajo cerca de la bomba, una calle que supuestamente ya habían arreglado y entregada. Puro parapeto todo era para venir a ver la novia que tenía, decían las malas lenguas dizque vivía con ella y la sacaba a pasear en la camioneta, le compraba helados, la llevaba a cine, a restaurantes, un señor echaba ese cuento en una cantina y le dice uno al otro «Que será eso», el otro le responde, inspiro aire y le responde duro «¡Que la come!, soltaron la risa, gente de pueblo y habladora de mierda y siguieron mamando ron tres esquinas. La cosa estaba muy rara, era que los árboles del parque central se le cayeron todas las hojas, el parque en ese tiempo era de estilo greco romano ,se encontraban una macetas arriba de unas hermosas columnas, el parque tenía varias entradas y unas puertas de hierro pequeñas, y los monumentos a los varones ilustres del pueblo, el monumento de Minerva la diosa cachona, se en contra van unos arbustos de pequeños lechosos de flores rosadas a todos se le cayeron las flores, como si algo trágico fuera a pasar.
La alcaldía estaba cerrada no había nadie cerca, ni Pirro estaba por ahí, el mensajero del personero. Día macabro de embrujamiento, la gente como que estaban reunida en otros lugares preparando la guacherna para la noche del miércoles.
Algunos dicen que lo vieron almorzar en un restaurante de una morena fornida, ahí vendían comida barata y también era un hospedaje donde muchas veces se quedó a dormir. Al medio día visitó a la novia en el centro, como que la convidó para la guacherna en la noche, ella dijo que le avisaba, la gente del pueblo con el forastero no querían nada, se estaban preparando para joder el ingeniero, así fue la caceta la hicieron con uno de los mejores pickup de la región con los discos viejos de carnaval, decía uno de ellos empezando el jolgorio ¡Que cosa buena!, y la gente comenzó a llegar, el ingeniero llegó pensando que la novia había llegado, se bajó de la camioneta amarilla, miro para todos lados y no la vio y dijo «ahora sí me jodí», le entró un presentimiento maluco por dentro, soñó que le habían dado garrote, habló con una persona unas palabras y se fueron a discusión , se mentaron la mamá, y se agarraron a trompadas, se soltó y trato de subir en la camioneta, no prendió ,lo sacaron lo levantaron a patadas como un perro, varias personas lo jodieron, el ingeniero comenzó a caminar hacia la Calle 14 del Barrio Guarumal de San Juan Nepomuceno, Bolívar, se oía como la gente lo perseguía como una jauría de hienas al pobre hombre moribundo, se caía y se levantaba, la personas partían estillas de cercas para joderlo, le dieron más garrote que puerco al matadero, muchos decían «¡denle palo !».En la cerca del señor Luis José Sánchez Tapia , trató de levantarse, miró a los cielos, todo maltratado ya agonizando dijo «¡Ay mi madre¡» y expiró, se realizaron investigaciones algunos fueron presos, otros huyeron como alma que lleva el diablo, al final la muerte se perdió y la novia se casó con otro como dice la canción Marianita.
JUAN CARLOS SÁNCHEZ BALLESTAS (COLOMBIA)
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Juan Carlos Sánchez Ballestas, colombiano. Nace en 1966. En San Juan Nepomuceno, Bolívar. Maestro, escritor, gestor cultural, poeta, cuentista, tallerista literario, promotor de lectura, Técnico profesional en producción pecuaria, escribió en la Revista literaria» Callejuelas de mi pueblo«, autor del libro inédito «Semblanza de un Músico», en el libro «Antología de poetas de San Juan Nepomuceno reunidos a la sombra de un tamarindo». Aparecen diez poemas de su autoría, en YouTube aparece una entrevista como escritor en el link: Escritor Juan Carlos Sánchez Ballestas de San Juan Nepomuceno. En Google en poetas montemarianos aparece un relato llamado «La Espera». Ganador de un concurso sobre el escritor Julio Cortázar, del periódico de Cartagena, El universal. Trabajó como Maestro con las universidades, la Universidad Católica del Norte de Antioquia, Universidad de Buenaventura. Correo electrónico : juankisanchez66@hotmail.com.