Lucila ese día se levantó más temprano, sobresaltada con el ruido de sus tripas. Bostezando se dirige al baño.
—¡¡No hay agua!!
Con el cepillo y la crema en la boca se dirige a la cocina,
—¡Menos mal queda un poco en este envase¡
Lava sus dientes regresa a la cocina, busca entre los trastes la ollita del café, antes de llevarla a la estufa revisa la alacena.
—¡¡No hay café!!
En la nevera la jarra con agua hasta la mitad y un trozo de pan duro.
— Sonríe a la vida. Todo va a estar bien, Dios provee — pensó,
Mientras calienta el pan le distrae una gota que sale del grifo,
—¡¡Llego el agua!!— grita la vecina,
Corre a llenar los baldes del baño, El olor a pan quemado le recordó que no había apagado la estufa, no sabía si reír o llorar, se coloca ambas manos a la cabeza,
—Dios mío ¿ahora qué hago?
Escucha un golpe seco en el patio y sale a ver que sucede, era un mango que había caído del árbol.
AUTORA: LIRIS MIYARES (VENEZUELA)
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Liris Miyares, Poeta y Escritora. Villa De Cura, Estado De Aragua (Venezuela)