Tan alto como un edificio, mide 1,90 mts. Tan fuerte como un toro, pesa 100 kg. Sus brazos marcados con las cicatrices hechas por la vida. Ojos negros como la espesa tiniebla, cabello oscuro como el mar en la noche. Jack, es su nombre y es un simple joven trabajador de un taller en el cual arreglaban autos. Este chico quedo destrozado por un amor, su corazón quedo roto, sus ojos desgarrados, un alma cansada y una mente vacía después de haberlo darlo todo por un amor.
Ella era una chica hermosa llamada Sara, de cabello rubio, ojos verdes, no tan alta: 1,60 mts, pesaba 50 kg y su piel de porcelana. Ese fue el amor que lo dejo destruido, en cuerpo y alma. Jack no quería saber nada de nadie, solo quería tenerla a ella, a quien le había mostrado el mundo, le había abierto la mente, y cuyo cuerpo era un fuego ardiente. Se sentía feliz cuando estaba con Sara, como si hubiese ganado un trofeo, pero, ahora se había vuelto una persona irritable, nada le llenaba.
En su familia estaba neutro, o en otras ocasiones sonriente para que no le preguntaran nada. No solo el amor lo dejo destruido. Los compañeros de trabajo empezaban peleas de la nada, la economía en declive y problemas de toda clase aparecían repentinamente, pero en su momento ella era su polo a tierra, su rayo de luz en la oscuridad, su estrella en medio de la noche. Cada vez que él tenía un problema con solo verla sus ojos se iluminaban, su corazón latía más fuerte, sus pies empezaban a caminar más rápido para poder abrazarla. Cuando estaba con ella hacia cosas que no había hecho por ninguna otra persona, y las cuales fueron el detonante en su relación: empezaba a hacerle cartas, la invitaba a salir, la llamaba cada vez que podía, revisaba sus redes sociales para mirar que publicaba, le pedía la ubicación del sitio en el que estaba. Sara no tenía problema en hacer lo que él le decía, pero simplemente un día cualquiera, ella, se enamoró perdidamente de otro chico y con un simple y vacío mensaje de texto a las 3:07 de la tarde le texteo a Jack:
– “en la noche tenemos que hablar”, Jack miro el mensaje y pensó: “¿querrá terminar la relación?” se preguntó de inmediato. Esto, debido a acciones muy evidentes de Sara.
Llego la noche fría y en ese parque ella le dijo:
– “contigo no hay nada malo, pero es mejor que encuentres a alguien con quien hacer otras cosas. Disfrute el tiempo que pasamos juntos, pero podemos ser amigos”.
Jack se quedó en shock unos segundos, cuando volvió en sí, la abrazo fuertemente, le entrego unas flores y con una voz neutral, le dijo:
– “fuiste la mejor, gracias por confiar en mí, en que nunca te haría daño, pero ten cuidado porque en 4 años no me alcanzaste a conocer”,
Ella le da una sonrisa un poco forzada y se marchó.
Cuando Jack llego a casa, su mente estaba vacía, su corazón acelerado, manos temblorosas, ojos llenos de lágrimas y se gritaba así mismo:
– “¡IDIOTA! – ¿Cuándo te van a elegir?, fuiste un tonto al entregar todo por una persona a la que le importabas cero”.
De repente sintió una mano en su hombro miro hacia atrás asustado y era él, pero en una versión llena de autoestima, seguro de sí mismo, y le dijo:
– “de ahora en adelante quiero ver que consigas TODO lo que deseas, así toque arrebatárselo de las manos a otro”
Se despide, y cuando desaparece, suelta una carcajada y así mismo se dice:
– “maldita sea, soy el mejor, todo lo conseguiré”.
Estando en el espejo se río de toda aquella situación que le ha pasado durante el día. Se dirige a la ducha, se baña, se mira al espejo, va a la cocina, come algo, y se va a dormir, no sin antes mirarse al espejo y decirse:
– “gracias, amigo”. Su reflejo le sonríe…
A la mañana siguiente se levantó más temprano de la hora habitual, se ducho, desayuno, se preparó para ir a trabajar, no sin antes descargar una aplicación para saber dónde estaba Sara. Después de instalar la aplicación y conectarla al teléfono de Sara, se fue al trabajo. A las 3:14 pm le envía un mensaje a Sara que decía: “que hermosa te vez haciendo aseo en tu casa”.
A las 3:30 pm Sara revisa el celular y se asusta, tira el teléfono y mira por todas las ventanas que tiene su casa, pero ella simplemente no ve a nadie, cierra las ventanas y a la puerta le echa llave, da pasos de puntillas hacia su habitación, cuando sintió que alguien por detrás le tapa la boca y le susurra:
– “no hagas ruido preciosa”.
Ella trata de soltarse con todas sus fuerzas de los brazos de ese hombre, pero sigue fallando ya que él tenía más fuerza, después de forcejear mucho se cansa. Sara despierta… era una pesadilla, se había dormido después de hacerle aseo a su casa, pero estaba asustada por aquel mensaje, mira la hora, 4:30 pm, ella no había respondido ese texto. Entonces tomó la decisión de ponerle seguro a su casa para que nadie pudiera entrar.
Entra al chat de Jack y le dice: – “¿cómo sabes que estaba en casa, si no nos hemos vuelto a hablar?”
En ese instante llega un mensaje de Jack: “eres aquel arte que me lleva al inicio de la obsesión y al final de la ternura”.
Sara asustada apaga el celular, cierra la puerta y las ventanas. Estando en la habitación susurra levemente… – “al fin estoy segura”
De repente un hombre le tapa la boca y le dice: “preciosa no hagas, ruido”.
Cae en un profundo sueño y cuando despierta está en la bodega de un carro, amarrada de manos y pies, y con un trapo en la boca. Ella llora, mientras piensa: “¿con quién me he metido?”
Cerro los ojos debido al terror que sentía. Paso media hora y escucho una voz que le dijo: “¡Bájate ya!”, Sara con sus manos señalo hacia sus pies, Jack la cargo y la llevo a “la nueva casa”. Él le quito las cuerdas de las manos y los pies, y al momento de quitarle el trapo de la boca le dijo: – “abre los ojos preciosa”
Cuando los abrió estaba en una jaula de cristal. Jack cierra la puerta de esa jaula y le dice: “no te va a pasar nada, mientras hagas todo lo que te diga”.
Sara lo observa asustada y le dice: – ¿Jack a dónde vas, que me vas a hacer?
Él con una mirada un tanto fría y una sonrisa escalofriante le dice: – “yo no soy Jack, yo soy Cesar”.
De los ojos de Sara se desprendieron lágrimas y sus manos empezaron a temblar, él, se va, ella mira hacia todos los lados tratando de buscar algo que le ayude a salir, pero desgraciadamente lo único que había era un colchón y una bombilla que iluminaba la gran jaula.
Sara era claustrofóbica, en los cuatro puntos de su prisión había cámaras que la vigilaban, también había rociadores. Ella al ver esto empezó a gritar y a golpear cada rincón de la jaula diciendo. – ¡MALDITA SEA, SACAME DE AQUI IMBECIL”!
En ese momento sintió como “agua” que le caía a su cuerpo, los rociadores se encendieron, haciéndola caer en un profundo sueño. Cuando Jack llego entro a la jaula, se arrodillo, le acaricio el rostro con su mano izquierda, y le dijo: “amor, despierta”
Sara se levanta rápidamente; él le dice: – “relájate, que no te haré daño”.
Ella con una voz adormilada le responde: – ¿por qué pusiste esos malditos rociadores, Jack?,
Él, con una voz un tanto fuerte se levanta y añade: – ¡Ya te dije que no soy Jack, yo soy Cesar!
Ella vuelve a observar su rostro. Su expresión era como la de un oso a punto de matar a su presa, después observa su mano derecha y al ver que tenía una pistola ella se arrodilla ante él, y le dice: “Cesar, haré todo lo que me digas, pero no me hagas daño”.
Después de que Cesar vio la reacción de Sara, se levanta y le dice: – “que hermosa te vez así, toda sumisa…”.
“Cesar” sale de la jaula y le dice: “párate un momento”
Sara ya se le había pasado el efecto de los tranquilizantes, se pone de pie y él, la observa de arriba hacia abajo, analizando ese pequeño cuerpo de porcelana y cabello rubio
– “quítate la ropa…” le ordena él
Como era su única opción ella se la empieza a quitar, primero empezó por su blusa, dejando al descubierto su pecho, después empezó por sus zapatos y de ultimas comienza a bajarse el pantalón. Mientras lo hacía, “Cesar” observaba cada rincón del cuerpo de Sara.
Cuando ya tenía su cuerpo en solo ropa interior, ella le pregunto: – ¿te agrada, lo que ves?,
“Cesar”, se quedó en completo silencio.
Sara al ver la nula respuesta, y observar la puerta abierta, corrió hacia ella. En ese momento “Cesar” la empujo hacia el colchón, le golpeó la cabeza y le dijo “quédate quieta, porque te va a ir, te va a ir peor donde lo hagas”
Empezó a tocarla, metiendo sus dedos en su vagina, hasta hacerla gritar y llorar. Sara le decía ¡para, por favor!
Lo observa y en su rostro solo hay satisfacción, al terminar le dice: -“párate, que te voy a bañar”, no sin antes colocarle esposas en sus manos y un trapo en su boca. Mientras la llevaba al baño y nuevamente le tocaba sus pechos, y su vagina.
Sara trataba de gritar, pero no podía. Cuando llegaron al baño, “Cesar” la empujo hacia la ducha, al caer tan fuerte se dio un golpe en la cabeza, el cual la dejo inconsciente unos segundos, cuando ella despierta, estaba sentada en una silla, mientras que “Cesar” arrastraba suavemente el jabón por todo su cuerpo.
De los ojos de Sara caian lágrimas, así como el agua que lleva un rio después de pasar por sequía, él la observa y le dice: “relájate, estas muy tensionada”
Cuando llego el momento de lavarle el cabello, ella se pone de pie, él, mientras le coloca shampoo en su cabeza, observa detalladamente su cuerpo, sus curvas, no se resistió en ese momento la coloca contra la pared, le quita el trapo de la boca y la empieza a besar fuertemente, ella “trata de empujarlo”, él la empuja y le dice: ¡eres una tonta, pórtate bien!
Termina de lavarle el cabello, le seca suavemente su cuerpo y la viste, le coloca un vestido negro, y la maquilla, y le da unos tacones color plateado, debido a que “Cesar” le encantaba verla en tacones.
De camino hacia la jaula, “Cesar” observa su cintura. Cada parte del cuerpo de Sara lo tenía hipnotizado, suena la alarma y Jack despierta, todo ha sido un sueño que quizás algún día, él lo cumpla…
AUTORA: ALEXANDRA GALLEGO ARIAS (COLOMBIA)
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Alexandra Gallego Arias, nació en Cali (Valle del Cauca), pero ha vivido la mayor parte de su vida en Buga (Valle del Cauca). Desde los 14 años escribe frases y versos. Ha tomado cursos de literatura y gramática e igualmente ha participado en diferentes convocatorias organizadas por editoriales mexicanas obteniendo diferentes reconocimientos entre ellos la publicación de se escrito «esquizofrenia» en el libro Laberintos de Locura I.