Dedicado a mi Papito, Eduardo Araya

EL GUARDIAN
En un lejano mundo llamado Atalante, un lugar donde dominaba un reino con la belleza de la Grecia clásica y adelantos tecnológicos sin parangón, amigables con el medio ambiente, sus habitantes extraían energía de cuarzos especiales en los que alimentaba máquinas e iluminaba casas, al parecer todo iba a un inminente colapso, pero esta vez, esta Atlántida de otro mundo estaba destinada a prevalecer. Un día, son atacados por algo llamado “el Antethesseract”, una nave espacial con forma de Teseracto que un día, sin avisar, atacó a la capital de Atalante, aunque sus caminantes mecánicos provistos de cañones de rayos atacaron el extraño objeto que se posó sobre la ciudad, no lograban hacerle daño. Mientras en el templo, los sacerdotes meditaban en torno al Gran Cuarzo de energía, que en respuesta a las vibraciones emitidas por los cantos de estos hombres espirituales, comenzó a flotar y moverse, de ahí se desprende una luz tan radiante como una estrella que se eleva hacia el Antethesseract e impacta en la base de él en una gran explosión, haciendo que esta misteriosa nave se retirara como un animal herido hacia el espacio exterior. De pronto esta luz desciende lentamente con su forma de estrella cristalina y desaparece, todos la llaman el Guardián del Gran Cuarzo. Pero en realidad tomó la forma de una simple mujer que se mezcló entre la población sobreviviente al evento.
Pasadas cinco eras de surgimiento, auge y decadencia de miles de años, y para el atalantiano actual, el ataque del Antethesseract se ha convertido en un mito, debido a que vivían en su edad de la razón y en un nivel de civilización similar al del siglo XX, con grandes rascacielos, coches impulsados por combustión interna y poderosas computadoras de sobremesa. Uno de estos tantos hombres de ciencia; un joven astrónomo, exponía ante un público atento su tesis sobre la prueba final de la existencia del Antethesseract, que este
no había huido, sino que estaba vagado, flotando en el espacio en una órbita miles de veces más grande que cualquier planeta o luna, y que sus telescopios lo habían reconocido en un sector del espacio profundo, flotando inerte y sin dar señales de vida. Ante el público atónico observaban las fotografías que había sacado, reconociendo la forma semipiramidal, pero otros sabios se pronunciaban diciendo que podía ser algún escombro de algún planeta muerto o una lejana estación espacial de otra civilización más avanzada, lo cual esta afirmación causó risas entre el público. Aun así, el joven astrónomo se imponía con la siguiente declaración: “Esta noche, mi radiotelescopio diseñado por mi equipo, emitirá una señal a aquel objeto y mañana, sabremos si es un escombro o una estación espacial”. Ante esta declaración, el científico se retira con todos los oyentes asombrados.
En la noche, el joven científico ayudado por asistentes calibra las computadoras para enviar la señal en código binario para obtener alguna respuesta del objeto. Estando todos listos, el científico aprieta un botón en el teclado de su computador y envía la señal que rápidamente viaja por el espacio y llega al objeto. Cuando recibe los ruidos emitidos desde Atalante, el objeto se ilumina y lentamente comienza a avanzar por el espacio. Dentro de él, hay un mirador, una ventana que da al espacio profundo y una voz femenina que retumba en el lugar como la bóveda de una iglesia dice: “Señal recibida, coordenadas 0, 01, 05, 1, destino: planeta Atalante.
Pasados unos días y sin advertirse, aparecen caminantes mecánicos que atacan a las personas en las calles y naves robots que cubren el cielo. En un momento, uno de estos caminantes mecánicos destruye una parte de un edificio, los escombros caen en un grupo de personas, entre ellos, un joven con gafas. Una loza grande de concreto aplasta al joven y este trata de levantarla. En el esfuerzo, sus ojos se ponen blancos y llegado a tal esfuerzo, comienza a brillar.
Este joven comienza a escuchar cantos y oraciones. De pronto la loza se rompe y explota y aparece en lugar del joven, un hombre con un traje de mayas ajustado a su cuerpo, botas y una hombrera de plata con el dibujo de cuarzo en el pecho. Este se levanta haciendo a un lado los restos de escombros y se eleva del cielo, atacando a los caminantes mecánicos. Una mujer lo reconoce y dice: “¡Es el Guardián del Gran Cuarzo!… ¡Mi abuelo tenía razón, dijo que volvería a defendernos!”.
Así era, los ancianos eran los últimos en la era de la razón, que recordaban y creían en la existencia del Guardián del Gran Cuarzo, que estaba entre los hombres y mujeres de Atalante desde los días de la última vez que atacó el Antethesseract, hace miles de años atrás. También había otro anciano que observaba emocionado cómo el Guardián defendía a los atlanatianos de aquella invasión. En ese instante, hombre y mujeres vitoreaban a su Guardián que no había aparecido desde hace milenios, ahora comenzaron a creer en la existencia de este mítico Guardián.
En el momento en que los caminantes perdían la batalla ante la fuerza sobrehumana del Guardián, una señal es enviada a las naves robots que arremeten contra el Guardián, este también los hace pedazos en el cielo, como pájaros de papel con los que salva a los pilotos de los cazas de combate atalantianos que trataban de hacer frente a estas naves robots. De pronto, aparece, es el Antethesseract, el cual dispara rayos destruyendo parte de la ciudad, en ello el guardian vuela hacia el Antethessaract y lo atraviesa como cuchillo en mantequilla y en el interior se enfrenta a un par de robots que le hacen el peso, pero el Guardian le hace peso, al lograr destruir a los robots, se presenta una imagen holográfica de una mujer con vestido y un símbolo de un cuarzo negro similar al de el Guardian, ella se
presenta: “Mi nombre es Lynn, soy la guardiana del Antethesseract, fui creada durante la formación del universo, cuando quedo un resto de materia negativa que no era mineral, al cual llamaron Antethesseract, este se oculto en un universo de bolsillo de similar composición hasta que se vio la necesidad de volver y reclamar el universo material, comencé con el planeta Atalante, pero no advertí que los atlantianos tenían un cuarzo poderoso de materia positiva y que era alimentado con la calidad humana de sacerdotes y personas, así que cuando impactaste al Antethesseract me expulsaste al vacío espacio, pero en ese largo tiempo se recupero el Antethesseract y creo a su propia guardiana, a mi, ahora ya no podrás darme un empujón y mandarme de nuevo al espacio, esta vez tendrás que vencer a la guardiana del Antethesseract”.
El Guardián respira hondo y responde: “He vencido el Antethesseract y volveré a hacerlo de nuevo, aunque tú seas la Guardiana…”. De pronto, estos guardianes se pusieron en un estado meditativo que les hizo rodearse de luz, mientras el Antethesseract se eleva a los cielos hasta la estratosfera. En ese momento, ambos guardianes abren los ojos y sienten algo tan humano como esfuerzo psicológico, sudan, se ponen nerviosos, la nave comienza a despedazarse a medida que avanzaban en el vacío espacio, y en un momento, el Antethesseract se apaga y vuelve a ponerse inerte, mientras la inercia lo hace desaparecer en el cosmos, y los últimos pedazos de aquella antiquísima nave flotan en el espacio, entre los pedazos sale un cuerpo del Guardián inconsciente por el esfuerzo, mientras flota, las fuerzas gravitacionales de un sol lo atraen y las llamaradas atrapan el cuerpo absorbiendo su cuerpo inerte, El Guardián, en ese rato, absorbe las energías solares y el Guardián despierta con sus pupilas llenas de energía. Mientras esto pasaba, en el planeta Atalante, se celebra el regreso del Guardián que los volvió a rescatar del Antethesseract, ahora una nueva generación de hombres y mujeres volvería a tener fe de que el Guardián regresara a estar con ellos y a defenderlos cuando más los necesitan.
Semanas después, un cuerpo extraño cae al mar y cuando el mar regresa, este cuerpo a una playa. Es el cuerpo de un hombre grande y músculo inconsciente cubierto por trapos. Es el Guardián que ha vuelto al planeta con otra forma, complemente distinta a la última.
AUTOR: FRANCISCO ARAYA PIZARRO (CHILE)
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Francisco Araya Pizarro. Nacido en 1977 en Santiago de Chile, Artista Digital, Diseñador Gráfico Web, Asesor en Marketing Digital y Community Manager para empresas privadas y ONGs asesoras de las Naciones Unidas, Crítico de Arte, Cine, Literatura, además de Investigador. Y Escritor de Ciencia Ficción, donde en su blog comparte sus relatos cortos en: www.tumblr.com/franciscoarayapizarro