Alma Por Alma

Augusto decidió acostarse temprano esa noche. Puso tres alarmas en el teléfono celular para evitar que el sueño le impidiera asistir a la ceremonia. La primera sonó las dos de la madrugada; la apagó mientras una punzada en el estómago le recordó la deuda de honor que tenía con Carlos. Las imágenes del coche accidentado, él, ebrio e inconsciente frente al volante y con solo un raspón en su cabeza; Lucía, la esposa de Carlos tirada en el asfalto luego de salir despedida por el panorámico ante el impacto. La…

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