Las voces de los hombres;son ingratas como urgidasde oraciones sacras. Carecensus susurros de purezas, comosus mujeres, sufren las tristessoledades; mientras ellas mueren,delante de sus ojos blancos.Se les agota el agua del almay nos perdemos en la nada, nada.Las voces de los jóvenes;son odiosas como las estupideces,escupidas por el loco de Judas,como cuando quiso; rebajar alluminoso nazareno. Se nos van lospoemas santos de los sacrificados yolvidamos las lágrimas del Jesucristo.Las voces de los niños son neciascomo de princesas perdidas, entre suscastillos tenebrosos. Se nos funden lascandilejas astrales y yo me desvelocomo…
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