En un rincón del tablero de ajedrez te encontrabas tú, amigo, con la vista fija en una pequeña ventana por donde se filtraba un rayo de sol. Una reja impedía cualquier intento de escape, mientras observabas una paloma que llegaba y se posaba frente a ti, como si compartiera tu pesar, o quizás era solo una percepción. Tu mirada se perdía en algún punto indeterminado, ya fuera en la paloma, en el rayo de sol o en la fina línea de lluvia cuando caía. Estabas ahí, como describe R.E.M. en su famosa canción de rock alternativo: «Ese soy yo en el rincón».
Amigo, te sentías perdido, sin saber qué hacer, cuando una voz resonaba desde tu interior: «Oh, la vida es más grande / es más grande que tú / Y tú no eres yo». Te levantabas y corrías, pero caías de nuevo, y la voz volvía: «Ese soy yo en el centro de las miradas / Perdiendo mi religión / Tratando de mantener contacto contigo / Y no sé si puedo hacerlo».
Sí, estabas en el centro de las decisiones, en una encrucijada de caminos, quizás en las cuatro esquinas, incapaz de ver el final de tu sendero. ¿Y el principio? ¿Recuerdas cuando defendías al Rey y fuiste derrotado en el amanecer de un nuevo día? Cuando intentabas seducir a la Reina, pero el Rey, como Juez Supremo, dictaminaba su destino: la Dama entregada al enemigo, marcando el fin de la guerra y el comienzo de una paz incierta. A veces es mejor sacrificar algunos para salvar a la totalidad.
Es mejor callar, no seguir en ese proceso, pues no perteneces a esa dimensión. Pero, «Oh no, he dicho demasiado / No he dicho lo dicho lo suficiente».
Llegó el invierno, la paloma emigró. Y tú, amigo mío, envejeces y te extravías en tu propio laberinto, aquel que diseñaste antes de llegar a este mundo.
Aunque intentas decir al mundo que «simplemente fue un sueño», como concluye la canción «Perdiendo mi religión» con sus sonidos alternativos, acompañados de la fuerza que te sostiene, ese ritmo y melancolía de alguien irremediablemente desorientado.
Después de tu búsqueda, ¿Dónde estás? ¿En el mismo punto o quizás más perdido? La respuesta, tal vez, reside en tu corazón, que aún late como la paloma prisionera en la jaula que construiste antes de llegar a este mundo.
AUTOR: LUIS ALFONSO PÉREZ PUERTA (COLOMBIA)
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Luis Alfonso Pérez Puerta (Colombia) es Comunicador Social – Periodista, actor y escritor. Ha participado en diversos talleres literarios en Medellín, entre ellos el Taller Literario Aquileo, del Parque Biblioteca Belén y la Biblioteca Comfenalco. Seis poemas publicados en la antología de los talleres literarios Libro Árbol IV (Comfenalco, 2003). Su poesía y narrativa también han aparecido en revistas digitales como Escritores Rebeldes y en medios como El Correo.co y El Espectador. En 2024 participó en el Festival Internacional de Poesía del Valle del Río Grande (Texas, EE.UU.), con la publicación en una antología en PDF del poema: “Con aroma de café”. Autor de relatos breves, columnas de opinión y ensayos, concibe la literatura como un espacio de memoria, sensibilidad y resistencia, donde la palabra ilumina el instante y proyecta la esperanza.

La vida emerge en aquella pequeña ave y un ser vivo sentado en algún rincón mirando todo bajo la incertidumbre desde nacer de un vientre diverso a otros que crean muchos versos yendo a través de su propio egocentrismo; cual va a acabando con la vida planetaria tejida por quien un día decidió escribir nuestro acontecer desde iniciar su viaje en algún vientre tierra. Cada ser vivo camina su soledad ju to a muchos, pero desde un pequeño sitio observa a todos los que creen respirar dulcemente