Serendipia Dominical – Los Negacionistas Crecen Como Setas En Bosque Otoñal

SERENDIPIA DOMINICAL – Columna de la escritora española Mónica Miquel Nieto – Encuéntrala cada domingo en el portal web (escritoresrebeldes.com) y en las redes sociales de Escritores Rebeldes.

SERENDIPIA DOMINICAL
LOS NEGACIONISTAS CRECEN COMO SETAS EN BOSQUE OTOÑAL

Por: Mónica Miquel Nieto (Barcelona – España)
Correo electrónico: mmiquelnieto@gmail.com

Ilusa de mí, pensé que la aparición y el acceso a Internet supondría una mayor sabiduría humana, al permitirnos acceder a la información de forma rápida y sencilla. Todavía recuerdo cuando realizaba búsquedas en enciclopedias para los trabajos de la escuela. Eran habituales y necesarias las visitas a la biblioteca de mi barrio. Con el paso del tiempo y la evolución de la tecnología, está claro que no es oro todo lo que reluce y es sencillo comprobar que muchos datos de los que aparecen en Internet son falsos, no son útiles ni nos ayudan a mejorar como especie.

Jamás imaginé que pudieran existir tantos negacionistas que niegan lo evidente en esta época de acceso prácticamente ilimitado a la información y al conocimiento científico y tecnológico.

En esta Serendipia dominical hablaré precisamente de ellos, de los negacionistas y las razones de su multiplicación en la actualidad.

El negacionismo es una postura ideológica caracterizada por la negación o rechazo de hechos y realidades que cuentan con una base científica sólida. A pesar de la existencia de consenso entre la comunidad científica o académica, los negacionistas desacreditan estas realidades, adoptando narrativas alternativas sin fundamento o con interpretaciones sesgadas. Este fenómeno, que ha existido por siglos, ha encontrado en la era digital un terreno fértil para expandirse, aprovechando la viralidad de las redes sociales y la facilidad con la que se puede difundir contenido falso.

En el comportamiento humano, el negacionismo es exhibido por individuos que eligen negar la realidad para evadir una verdad incómoda. Michael Specter (nacido en 1955) es un periodista estadounidense que, desde septiembre de 1998, trabaja como redactor en The New Yorker, especializándose en ciencia, tecnología y salud pública global. Este autor define el negacionismo grupal cuando todo un segmento de la sociedad, a menudo luchando con el trauma del cambio, da la espalda a la realidad en favor de una mentira más confortable.

Se han acuñado los términos negacionismo del Holocausto, de la COVID-19 y del VIH/sida y se ha llamado negacionistas del cambio climático a aquellos que se oponen al consenso científico que sostiene que el calentamiento global es real y se debe a las actividades humanas.

Otro tipo de negacionismo es el negacionismo de género, el cual niega la existencia de desigualdades estructurales entre géneros y minimiza o desestima la violencia de género y sus víctimas. Este tipo de negacionismo es cada vez más común en la sociedad actual, y su auge se ha visto alimentado por el antifeminismo y los lobbies anti-LGTBI+. 

El negacionismo político niega o rechaza la política como herramienta eficaz para el cambio social, la transformación y el progreso. Esta postura no se limita simplemente a una desafección o desilusión con los líderes políticos actuales, sino que también representa una deslegitimación de las instituciones y procesos democráticos en su conjunto. 

Una de las consecuencias más graves del negacionismo político es la banalización de la corrupción. Esta postura implica que la corrupción se percibe como una realidad inevitable e inherente a cualquier estructura de poder, minimizando así su impacto y normalizándola ante la sociedad. 

La falta de confianza en el sistema político y la idea de que “la política no sirve para nada” generan una disminución en la participación ciudadana, tanto en las urnas como en la vida pública en general. Esto tiene consecuencias serias, ya que reduce la representatividad de los gobiernos y aumenta el riesgo de que grupos con ideología autoritaria ganen poder de manera desproporcionada.

La crisis de la DANA en Valencia durante noviembre de 2024, una  tormenta que causó inundaciones y graves daños, también ha sido objeto de teorías conspirativas relacionadas con la “manipulación del clima”. Según estas teorías, existen grupos o gobiernos que utilizan tecnologías avanzadas para manipular el clima, generando tormentas o alterando las condiciones meteorológicas con fines ocultos. Relacionado con este fenómeno también estaría la teoría conspirativa de las estelas químicas, también llamadas quimio estelas​ (chemtrails en inglés), plantea la creencia errónea de que las estelas de condensación de larga duración dejadas por los aviones a gran altura son en realidad «estelas químicas» que consisten en agentes químicos o biológicos rociados por los aviones con fines nefastos no revelados al público en general.

Los negacionistas también atacan a la Agenda 2030 y los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), una serie de recomendaciones para erradicar la pobreza o acabar con un calentamiento global que la comunidad científica ya ha demostrado y cifrado desde hace décadas.

Últimamente, se ha empezado una campaña de desprestigio de la OMS, la Organización Mundial de la Salud (desde la crisis provocada por la pandemia mundial) y de la OTAN (desde la aparición de las últimas guerras). Siempre se ataca a organizaciones con el fin de crear dudas sobre su funcionalidad y generar desconfianza en el sistema establecido, pero sin dar alternativas viables. Se trata de una crítica exclusivamente destructiva.

Tratemos el tema más en profundidad. Mark Hoofnagle, ha descrito el negacionismo como «el empleo de tácticas retóricas para dar la apariencia de argumento o debate legítimo, cuando en realidad no lo hay». Es el proceso que funciona usando una o más de las siguientes cinco tácticas con el fin de mantener la apariencia de una controversia auténtica:

1.Teoría de conspiración. Desestimar la información o la observación sugiriendo que los rivales participan en “una conspiración para esconder la verdad”. Las teorías de la conspiración son ampliamente utilizadas dentro del universo negacionista. Estas teorías plantean que ciertos eventos han sido manipulados o provocados por grupos poderosos en secreto, con intenciones ocultas. Suelen jugar con los temores de la gente y aprovechar la desconfianza que existe hacia instituciones y gobiernos, sugiriendo que las autoridades ocultan la verdadera versión de los hechos.

Un ejemplo común de teoría de la conspiración es la “Teoría del Gran Reemplazo”. Esta teoría sostiene que existe un plan oculto para sustituir a la población de origen europeo por inmigrantes de otras partes del mundo, especialmente de origen musulmán. Sin fundamento alguno, ni geográfico ni demográfico, esta teoría ha sido utilizada para sembrar miedo y avivar el racismo, particularmente en Europa y Estados Unidos. Esta narrativa refuerza el rechazo a la inmigración y fomenta el odio hacia los inmigrantes.

2.Falacia de evidencia incompleta. Seleccionar un artículo aislado apoyando su idea, o usar artículos obsoletos, defectuosos o desacreditados para hacer parecer la postura opuesta como si estos apoyaran sus ideas en una investigación débil.

3.Expertos falsos. Pagar a un experto en el campo, o en otra área, para que dé evidencia de apoyo o credibilidad. Aquí también podríamos incluir los estudios estadísticos y las encuestas amañadas o interesadas. Aquí hablaríamos de la falacia ad verecundiam en la que se afirma que cierta cosa es verdadera por la única razón de que aquel que la dice tiene una posición de autoridad o es un experto en el tema.

4.Cambiar las reglas, desestimar la evidencia presentada en respuesta a una afirmación, solicitando continuamente más evidencias.

5.Otras falacias lógicas. Usualmente, una o más falsas analogías, argumento ad consequentiam, falacia del hombre de paja, o red herrings.

El argumento ad consequientiam es una falacia lógica que implica responder a un argumento refiriéndose a las consecuencias negativas del mismo. Puede tener dos estructuras análogas:

-A tiene como consecuencia B, que es algo negativo o indeseable. Por tanto, A es falso. Por ejemplo: “No lo robó porque si no lo hubieran detenido e iría a la cárcel” o  “El presidente no puede estar implicado en corrupción. Perdería las elecciones.”

O bien, de forma opuesta:

-A tiene como consecuencia B, que es algo positivo o deseable. Por tanto, A es verdadero. Por ejemplo: “Tiene que jugar bien al futbol, si no, no jugaría en primera división.”

La falacia del hombre de paja, del espantapájaros o del monigote es una forma de argumento y una falacia informal por la que se da la impresión de refutar un argumento, pero se hace a través de una idea que no va en la línea de argumentación de la discusión, por lo que no se refuta debidamente el tema de fondo. La expresión proviene de los hombres de paja que se usaban para el entrenamiento medieval militar, más fáciles de vencer que un humano que pudiera defenderse.

En cuanto a la falacia del “red herring”, “pista falsa”, “desviar la atención”, “seguir la zanahoria” e “ignoratio elenchi” (ignorar la refutación), es una falacia contraria a la falacia del hombre de paja, en la que se caricaturiza el argumento propuesto, el “red herring” es una táctica razonable, aunque irrelevante, de distracción. La expresión se utiliza principalmente para afirmar que un argumento no es relevante en relación con el tema en cuestión.

Otro ejemplo de falacia, agravada por los algoritmos y la posibilidad de seleccionar la información que deseamos recibir a través de los medios digitales es la falacia de los ejemplos positivos. Esta falacia se produce cuando las personas se centran únicamente en los ejemplos positivos que respaldan sus creencias o argumentos, ignorando los ejemplos negativos que los contradicen. Este sesgo cognitivo conduce a un razonamiento incompleto y a conclusiones erróneas.

Tara Smith de la University of Iowa también dijo que estos grupos negacionistas usan la «mayoría de sus esfuerzos en criticar la teoría convencional» en una clara creencia de que si logran desacreditar el punto de vista tradicional, sus propias «ideas sin apoyo llenarán el vacío».

Vayamos a las razones de la existencia, cada vez mayor, de personas negacionistas. La negación suele tener su origen en el deseo de protegerse de la ansiedad y la angustia. Puede surgir como respuesta a diversas situaciones, como el estrés, para evitar la realidad de una situación estresante para no sentirse abrumado o el miedo, al temer las consecuencias de reconocer un problema, lo que lleva a la evitación.

Se han propuesto diversas motivaciones y causas para el negacionismo, incluyendo creencias religiosas y egoísmo, o un mecanismo psicológico de defensa contra ideas perturbadoras.

Mi teoría, sin embargo, no va en el sentido del negacionismo de aparición natural, sino un negacionismo artificial y provocado de forma interesada, utilizado como herramienta de control de masas, o, al menos, con una clara intencionalidad de utilizarlo en este sentido.

La relación entre el negacionismo, las fake news (noticias falsas) y la desinformación es directa. A través de noticias falsas, tanto medios tradicionales como digitales han jugado un papel crucial en la propagación de ideas sin fundamento.

Así pues, considero que algunos sectores, sean políticos o económicos, interesados en controlar a la población, han decidido utilizar todos estos mecanismos negacionistas ya conocidos hace tiempo y aplicarlos, con la facilidad que dan en la actualidad las redes sociales y algunos canales de comunicación afines a su ideología. Sus fines, son claros y, por el momento, parece que están obteniendo lo que se proponían.

¿Acaso no os habéis fijado en las tácticas que consisten en repetir incansablemente una mentira hasta que acabe quedando grabada en nuestras mentes con la finalidad de sembrar dudas y alterar de forma fraudulenta la realidad? Muchos partidos políticos la utilizan. Se trata de la falacia ad nauseam, que  consiste en repetir una misma idea las veces suficientes para hacerla real para el interlocutor. Se basa en la premisa de que «cuando una mentira se dice una y otra vez acaba convirtiéndose en una verdad». Se trata de una estrategia muy usada en el sector de la publicidad.

Otra táctica es la de enturbiar y enlodar los discursos, justificando los errores cometidos al culpabilizar a otros que han cometido los mismos errores, utilizando el “Y tú más”, en el caso, por ejemplo, de la corrupción política: “Mi partido tiene casos de corrupción, pero el tuyo más”, como si eso expiara los errores cometidos o pudiera exculpar a los corruptos.

Todas estas tácticas son primas hermanas del negacionismo y contribuyen a crear una sensación desagradable y estresante en las personas, una desconfianza y desesperanza perpetuas, un lodazal en el que cuesta distinguir lo real de lo inventado, un pesimismo perenne y desalentador.

Me gustaría dejar claro que no seré yo la que decida qué debe pensar cada cual, ni mucho menos, lo que sí que debería tenerse en cuenta son las evidencias y las pruebas científicas. Son una base que no podemos eludir. Toda nuestra historia nos ha permitido llegar al punto actual y para mí, que creo en la ciencia como motor de evolución y progreso, es impensable que se menosprecie y se ignore, como hacen los negacionistas. La ciencia y los progresos científicos y tecnológicos bien empleados, son un foco de esperanza para la humanidad.

Por otro lado, no tengo nada en contra de los negacionistas como personas, pero creo que se equivocan y que eso no nos trae nada bueno como sociedad.

En muchos casos, se utiliza la crítica destructiva y el odio hacia un grupo concreto o hacia alguna organización como método para convencerles y, desafortunadamente, parece que funciona. Es una pena, pero es así. La gente a veces prefiere buscar culpables en lugar de buscar soluciones. En realidad, no buscan culpables, se los presentan a través de un bombardeo desinformativo constante, hasta que los identifican como los causantes de todos sus problemas.

Un ejemplo de ello es el movimiento Incel, una comunidad en internet que combina frustración, misoginia y odio y que ha dejado un rastro de violencia en la vida real.

En relación a lo que acabo de expresar, no puedo evitar compartir con vosotros un fragmento del poema El genio de la multitud de Charles Bukowski,  (Andernach, 16 d’agosto de 1920 – San Pedro, 9 de marzo de 1994), escritor y poeta estadounidense, de origen alemán.

EL GENIO DE LA MULTITUD (FRAGMENTO POÉTICO):

“…Cuidado con aquellos que buscan constantes
multitudes; no son nada solos.
Cuidado con el hombre corriente, con la mujer corriente,
cuidado con su amor.
Su amor es corriente, busca lo corriente.
Pero es un genio al odiar
es lo suficientemente genial
al odiar como para matarte, como para matar a cualquiera.
Al no querer la soledad
al no entender la soledad
intentarán destruir cualquier cosa que difiera de lo suyo.
Al no ser capaces de crear arte
no entenderán el arte.
Considerarán su fracaso como creadores
sólo como un fracaso del mundo.
Al no ser capaces de amar plenamente
creerán que tu amor es incompleto
y entonces te odiarán.
Y su odio será perfecto
como un diamante resplandeciente
como una navaja
como una montaña
como un tigre
como cicuta
Su mejor
ARTE.”

Deseo que el aumento exponencial del negacionismo suponga tan solo una etapa y retornemos a la calma y a la lógica, a la verdad y a la ciencia, por el bien de toda la humanidad.

Llegados a este punto, solo me queda compartir algunas frases célebres relacionadas con el tema e invitaros a acompañarme en el próximo Serendipia dominical.

1.Antes de negar con la cabeza, asegúrate de que la tienes. Truman Capote (1924-1984) Escritor estadounidense.

2.Es más fácil negar las cosas que enterarse de ellas. Mariano José de Larra (1809-1837) Escritor español.

3.Negar un hecho es lo más fácil del mundo. Mucha gente lo hace, pero el hecho sigue siendo un hecho. Isaac Asimov (1920-1992) Escritor y bioquímico estadounidense.

4.La mente humana tiene un primitivo mecanismo de defensa que niega cualquier realidad que provoque un estrés excesivo al cerebro. Se llama negación. Dan Brown (Inferno).

5.Todas las formas de alterar a los seres humanos, atacarlos, moldearlos contra su voluntad según su propio patrón, todo control de pensamiento y condicionamiento es, por lo tanto, una negación de eso que hay en los hombres que los hace hombres y sus valores últimos. Isaiah Berlin (1909–1997) Politólogo y filósofo británico.

Nos vemos el próximo domingo, estimados lectores, aquí, en Serendipia dominical. Sed felices.

MÓNICA MIQUEL NIETO (BARCELONA – ESPAÑA)
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