No Abandones La Tierrita

El Viako

Hoy el pobre José
está en la terminal,
rodeado por el ruido
de esta gran capital.

Viene con la ilusión
de conseguir trabajo,
la promesa de un primo,
a la ciudad lo trajo.

Perdido en el tumulto
de esa selva de concreto,
llegó con la esperanza
de hacer realidad sus sueños.

En un bus de escalera
de su pueblo partió,
pero apenas llegando
comprendió el gran error.

Como a una especie rara
todo el mundo lo vio
apenas esa flota
lo dejó en la estación.

Solo algunos maleantes
lo siguieron de cerca,
tras ser amenazado
perdió sus pertenencias.

Perdió el poco dinero,
reloj y celular,
y allí se fue el contacto
donde debía llegar.

Hambre y sed lo acorralan,
y el cansancio lo vence,
pero nadie regala,
aquí todo se vende.

Busca un sitio sombreado
en donde descansar,
pero todo es privado
y se debe comprar.

Triste y desorientado
con su mochila al hombro,
va el fuerte campesino
convertido en escombros.

Aquí nadie saluda,
ni brinda información,
y él no puede orientarse
porque no brilla el sol.

Y es que hasta el astro rey
su batalla perdió,
hoy lo tapan las nubes
de contaminación.

Amigo campesino
no creas en las promesas,
de que un mejor futuro
en la ciudad encuentras.

En el campo tú tienes
las más grandes riquezas:
aire puro, comida, sombra
y el agua fresca.

Puedes labrar el suelo,
cuidar los animales,
o quizás ir de pesca,
con redes y sedales.

Comer frutas, verduras,
tubérculos y bayas,
beber el agua fresca
de fuentes y quebradas.

Sentir el aire puro
que llena tus pulmones,
en el campo tenemos
miles de bendiciones.

Nunca creas en promesas
de supuestos amigos,
quizás su gran fracaso
quieran vengar contigo.

AUTOR: JOSÉ ADELMO QUINTERO SALAZAR
EL VIAKO (COLOMBIA)
© DERECHOS RESERVADOS AUTOR (A)

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