Eduardo Blanco Amor hablaba de ‘misterio’ cuando Federico García Lorca le entregó, en 1935, unos manuscritos de unos poemas escritos en gallego. A pesar de sus viajes a Galicia y su profunda admiración por Rosalía de Castro, poco más se sabe sobre las razones que llevaron al granadino a escribir los únicos seis poemas que creó en una lengua diferente al castellano.

Fotografía: El editor y poeta, Quique Alavarellos firma un ejemplar de «Federico García Lorca en Santiago de Compostela», junto a unos manuscritos en gallego de Lorca, que forman parte de la muestra ‘Lorca y Galicia: 90 aniversario de la primera edición de Seis poemas galegos’, este miércoles en Santiago de Compostela / EFE – Lavandeira Jr
«Federico García Lorca, un poeta universal que levanta pasión en todo el mundo, vino a nosotros y eligió nuestra lengua para escribir sus versos», ha destacado la vicerrectora de la Universidad de Santiago de Compostela, Pilar Murias, durante la inauguración de una exposición organizada por la USC que pretende «revelar» la profunda relación entre Lorca y Galicia.
Con motivo de la celebración de los 90 años de la primera edición de ‘Seis poemas galegos’, la muestra, compuesta de diversas vitrinas con ejemplares, fotografías o recortes de prensa, entre otros elementos, trata de evidenciar la importancia de la edición prínceps a iniciativa de Blanco Amor, publicada en Santiago en 1935 a través de la Editorial Nós de Ánxel Casal; y pone de manifiesto las circunstancias y las personas que de una forma u otra hicieron posible el «prodigio» de la obra gallega de Lorca.
La exposición puede visitarse en el claustro alto del Colexio Fonseca de la Universidad de Santiago y pone de relieve la singularidad de los versos gallegos de Lorca, pero también del patrimonio bibliográfico de la universidad, que conserva la primera edición, así como un mapa cartográfico con bibliotecas de todo el mundo que también poseen la edición de 1935.
«TOTAL FASCINACIÓN»
«Blanco Amor sabía que Lorca era un profundo conocedor del gallego, pero era un conocedor pasivo. Sabía leer en gallego pero no lo hablaba ni lo escribía», explica el escritor Henrique Alvarellos, colaborador de la muestra comisariada por Cristina Cabada.
El experto en la obra de Lorca apunta a su «total fascinación» por la cultura gallega, que ya puede observarse en 1916, en su primer viaje a Galicia, cuando dijo sentirse «hiponitizado» por Santiago; además de por su «conexión espiritual y literaria» con Rosalía de Castro, que se traduciría en sus poemas de adolescencia.
«Lorca escribía sus primeros poemas con ‘Follas novas’ al lado», asume Alvarellos, que asegura que mucho antes de entregarle a Blanco Amor sus versos en gallego, estaría en contacto con diferentes personajes que le ayudaron a escribir en la lengua de Rosalía.
Lorca conoció a lo largo de su vida y tras sus cinco viajes a Galicia, entre 1916 y 1932, a personajes como el compositor lucense Jesús Bal y Gay; los pintores Maruja Mallo, Carlos Maside o Luis Seoane; o los escritores Serafín Ferro, Carvalho Calero, Ánxel Fole, Francisco Fernández del Riego o Arturo Cuadrado.
POEMAS ESCRITOS «A DOS MANOS»
Tras la publicación de ‘Madrigal á cidade de Santiago’ en 1932, en el que probablemente actuaron como asesores linguísticos sus amigos Francisco Lamas y Luis Manteiga; tuvo un papel determinante el escritor Ernesto Guerra da Cal, que fue quien, según Alvarellos, «corregía y proponía».
«Los poemas están escritos a dos manos. Guerra le dijo en una carta a Blanco Amor: ‘Lorca improvisaba un verso y yo le daba el barniz gallego’», declara.
En 1933 fue el propio Guerra quien presentó a Lorca a Blanco Amor. Dos años después, tras una estrecha amistad entre el granadino y el gallego, que ya había emigrado a Argentina, sucedió el encargo.
En una primavera de 1935, en el último viaje de Lorca a Galicia, le entregó los poemas y se desentendió diciendo: «No me hables más de esto hasta que me traigas el libro».
Según Alvarellos, se imprimieron tan solo doscientos ejemplares en aquel bajo en la Rúa do Vilar 15 en Santiago, propiedad del editor Ánxel Casal, de los cuales solo 35 han sido localizados.
La imprenta Nós funcionó hasta 1936, año en el que Casal, galleguista y republicano, fue asesinado tras la sublevación militar. Según se cuenta, fue fusilado en Teo el 19 de agosto de ese año, en la misma fecha en la que asesinaron a Lorca en Granada.
FUENTE – AGRADECIMIENTO
Agencia EFE
Nota Original – osé Carlos Rodríguez

Equipo Escritores Rebeldes
