SERENDIPIA DOMINICAL – Columna de la escritora española Mónica Miquel Nieto – Encuéntrala cada domingo en el portal web (escritoresrebeldes.com) y en las redes sociales de Escritores Rebeldes.
SERENDIPIA DOMINICAL
ESTOY SOLO Y NO HAY NADIE EN EL ESPEJO
Por: Mónica Miquel Nieto (Barcelona – España)
Correo electrónico: mmiquelnieto@gmail.com
“Estoy solo y no hay nadie en el espejo”. Esta frase del escritor argentino José Luis Borges (1899-1986) resume bien el tema de la columna de opinión de este domingo, la soledad.

La soledad no deseada no es simplemente estar solo, sino sentirse aislado, y sin redes de apoyo, una situación que puede generar problemas de salud. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la soledad no deseada es una de las mayores amenazas para la salud pública del siglo XXI, comparable en impacto con el tabaquismo o la obesidad.
En esta Serendipia dominical pretendo concienciar sobre este problema, sobre todo en el caso de las personas mayores. Defiendo la necesidad de encontrar soluciones para combatir la soledad no deseada.
Podemos definir la soledad no deseada como el sentimiento negativo, la situación de tener menos relaciones sociales, o de peor calidad que las que se desearía (Peplau y Perman, 1982). Una persona podría tener mucho contacto social, pero sentirse sola.
El Día Internacional contra la soledad no deseada se conmemora cada 16 de diciembre, que coincide con el aniversario del nacimiento del célebre compositor Ludwig van Beethoven.
Beethoven padeció el aislamiento social, en su caso, debido a su discapacidad auditiva, aunque eso no le impidió crear obras tan maravillosas como la Novena Sinfonía, con su maravillosa Oda a la Alegría, por todos conocida.
En la actualidad, casi una de cada seis personas a escala mundial afirma sentirse sola. Entre los adolescentes y los adultos jóvenes, así como entre las personas que viven en países de renta baja, la tasa es aún mayor. Pero la soledad y el aislamiento social no son solo estados emocionales, también pueden ser letales. Entre 2014 y 2019, la soledad se asoció a más de 871 000 muertes anuales, lo que equivale a 100 muertes por hora. Por si fuera poco, está demostrado estadísticamente que la soledad y el aislamiento social aumentan el riesgo de trastornos depresivos, ansiedad y suicidio.
Podemos obtener datos, por ejemplo, referentes a España en el año 2024, de una investigación sobre el tema llevada a cabo por las Fundaciones ONCE y AXA. En dicho estudio se intentó establecer un barómetro de la soledad no deseada y las conclusiones fueron las siguientes:
La soledad no deseada es un fenómeno social extendido.
-20% experimenta la soledad no deseada (13 puntos es soledad crónica).
-30% lo ha experimentado en el pasado.
-70% conoce a alguien que padece soledad.
-95% de la sociedad piensa que es causada por el entorno y que tiene solución en muchos casos.
-1 de cada 3 de las personas que no están en soledad afirman haberla padecido.
Existe más soledad en la juventud rural y en los mayores urbanos.
-37% juventud rural.
-25% mayores urbanos.
Tener menos relaciones de las deseadas o que sean de mala calidad, y la ausencia de contacto físico son los factores determinantes para experimentar soledad.
-Más de la mitad de las personas que están en soledad, tienen menos relaciones familiares y de amistades de las que desean.
-Un tercio de la población sola declara tener malas o regulares relaciones familiares y de amistades.
-Entre 5 y 6 de cada 10 personas establece relaciones con la familia y los amigos a distancia.
Existe una estrecha relación entre soledad y vulnerabilidad social.
-A mayor nivel de estudios, menor prevalencia.
-A mayores dificultades económicas y peor salud, mayor prevalencia.
-Mayor soledad en formas familiares no nucleares.
-Mayor prevalencia en las capas sociales más discriminadas.
La prevalencia de la soledad es también más alta en ciertos grupos sociales.
Las personas adultas mayores, junto con los/as adolescentes, constituyen otro grupo con elevada prevalencia de aislamiento social: se estima que afecta a 1 de cada 3 personas mayores y a 1 de cada 4 adolescentes.
Además, grupos como las personas con discapacidad, los refugiados, migrantes, personas LGBTQ+, pueblos indígenas y minorías étnicas enfrentan obstáculos estructurales y discriminación que dificultan su capacidad para establecer vínculos sociales.
La población opina que luchar contra la soledad no deseada debe formar parte de las políticas públicas.
-90% piensa que debe ser una prioridad en las administraciones.
-47% considera que debe ocuparse el gobierno central, 26% el municipal, 16% el autonómico, 8% las ONG.
Si queremos continuar analizando el tema, podemos encontrar tres tipos de soledad: la soledad social, relacionada con amistades y relaciones sociales; la soledad familiar, referido a apoyos encontrados en el entorno familiar; y la soledad romántica, en cuanto a la ausencia de relaciones afectivas íntimas.
Otro tipo de soledad que me gustaría nombrar, es el llamado síndrome de hikikomori, también conocido en español como síndrome de la puerta cerrada. Es un trastorno que hace referencia al fenómeno del aislamiento social extremo y voluntario. Se trata de un fenómeno psicopatológico y sociológico en el que las personas se retiran completamente de la sociedad durante al menos 6 meses y se recluyen en el hogar con el objetivo de evitar cualquier compromiso social como la educación, el empleo y las amistades.
Aunque afecta tanto a hombres como a mujeres y puede manifestarse a cualquier edad, existe una tasa de incidencia mucho más marcada en el caso de los varones y en personas jóvenes, especialmente en adolescentes y jóvenes adultos.
A su vez, existen grados o tipos de hikikomori. El tipo más grave es el netogehaijin o zombi del ordenador. Ciertamente, nuestro modo de vida y el abuso de Internet o de diversos métodos de entretenimiento como juegos adictivos o interacciones exclusivas a través de redes sociales, pueden favorecer este tipo de aislamiento.
El país del mundo con mayor número de personas que sufren este grave problema es Japón. Según la última encuesta del Gobierno japonés, en la tercera economía mundial hay ahora mismo casi millón y medio de personas de entre 15 y 62 años que viven recluidas voluntariamente en sus casas.
La soledad y el aislamiento son problemas sociales importantes en Japón, con factores como largas jornadas laborales y un fuerte énfasis en el trabajo también pueden contribuir a la desconexión social.
Este síndrome se puede tratar con terapia psicológica y medicación, para tratar aspectos asociados a este síndrome como la ansiedad o la depresión.
Los seres humanos somos seres sociales y precisamos de las conexiones con otros humanos. Desde los primeros años de vida, las relaciones moldean nuestro cerebro, nuestras emociones y nuestras posibilidades de llevar una vida saludable. Por el contrario, la soledad y el aislamiento social, pueden tener efectos devastadores: aumenta el riesgo de cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, depresión, ansiedad, demencia y muerte prematura. También puede dar lugar a un bajo rendimiento escolar y laboral, y suponer un coste de miles de millones al año a las economías y sociedades. La soledad es un problema real y una lacra social.
La buena noticia es que existen soluciones, que ya se están llevando a término en diversos países. Por ejemplo, podemos hablar del apoyo entre pares para las personas mayores con bajos ingresos en Sudáfrica; la «prescripción social» de actividades para adultos mayores en la República de Corea, como la narración de cuentos a través de música, la jardinería y los grupos de autoayuda; la integración de la conexión social en una política de desarrollo más amplia en Djibouti; su incorporación como parte de las políticas de envejecimiento en Albania y de la política de salud mental en España; el establecimiento de estrategias nacionales específicas en países como Alemania, Dinamarca, Finlandia, el Japón, los Países Bajos y Suecia; y campañas para fomentar pequeños actos de bondad en Australia, los Estados Unidos y Gran Bretaña.
Está claro que se debe trabajar desde las administraciones públicas, pero no sólo desde ellas. Las personas deberíamos concienciarnos, por ejemplo, sobre la importancia de acompañar a nuestros mayores, hacerles compañía, hablar con ellos, escucharles…
Está demostrado que las sociedades que fomentan la confianza y la conexión son más innovadoras, más seguras y más capaces de responder a las crisis. La pandemia de COVID-19 puso de manifiesto la necesidad humana de conexión y los problemas que se pueden generar en su ausencia, tanto físicos como de salud mental.
La Comisión de la OMS propone una hoja de ruta mundial basada en cinco pilares fundamentales: políticas, investigación, intervenciones, medición y compromiso. Las acciones que se proponen son las siguientes: establecer políticas nacionales que integren la conexión social; invertir en investigación; ampliar las intervenciones culturalmente pertinentes; recopilar mejores datos y medir los avances; y crear un movimiento mundial para cambiar las actitudes y reducir la estigmatización.
Deseo que este fenómeno cada vez más creciente dé paso a una sociedad más comprensiva que no abandone a las personas.
Llegados a este punto, solo me queda compartir algunas frases célebres relacionadas con el tema e invitaros a acompañarme en el próximo Serendipia dominical. No me dejéis sola, aunque sea a distancia y en diferido y no olvidéis intentar ser felices y hacer que los que os rodean lo sean. No dejéis de acompañarlos, ya que así evitaréis su soledad y, de paso, también la vuestra.
1.La soledad se admira y desea cuando no se sufre, pero la necesidad humana de compartir cosas es evidente. Carmen Martín Gaite (1925-2000) Novelista española.
2.Nuestro gran tormento en la vida proviene de que estamos solos y todos nuestros actos y esfuerzos tienden a huir de esa soledad. Guy de Maupassant (1850-1893) Escritor francés.
3.Poned atención: un corazón solitario no es un corazón. Antonio Machado (1875-1939) Poeta y prosista español.
4.Para la mayoría de los hombres la guerra es el fin de la soledad. Para mi es la soledad infinita. Albert Camus (1913-1960) Escritor francés.
5.Sólo salgo para renovar la necesidad de estar solo. Lord Byron (1788-1824) Poeta británico.
6.Vivimos como soñamos, solos. Joseph Conrad (1857-1924) Novelista británico de origen polaco.
7.La soledad es el imperio de la conciencia. Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) Poeta español.
8.La soledad, si bien puede ser silenciosa como la luz, es, al igual que la luz, uno de los más poderosos agentes, pues la soledad es esencial al hombre. Todos los hombres vienen a este mundo solos y solos lo abandonan. Thomas De Quincey (1785-1859) Escritor inglés.
9.El infierno está todo en esta palabra: soledad. Victor Hugo (1802-1885) Novelista francés.
10.Un hombre aislado se siente débil, y lo es. Concepción Arenal (1820-1893) Escritora y socióloga española.
MÓNICA MIQUEL NIETO (BARCELONA – ESPAÑA)
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Mi nombre es Mónica Miquel Nieto, mujer de 53 años, residente en Barcelona, escritora y poetisa.
Toda mi vida he sido una lectora empedernida, de todo tipo de libros, pero sobre todo de novela histórica, novela fantástica y poesía.
De pequeña gané algunos certámenes literarios y ahí quedó todo. No he dejado de escribir nunca, pero no fue hasta el confinamiento causado por la pandemia de Covid-19, cuando decidí intentar publicar mis obras.
Escribí a algunas editoriales hasta que, finalmente, la Editorial Alvi Books confió en mis posibilidades y se arriesgó a publicar 5 de mis obras. Al ser una persona absolutamente desconocida, es algo que les agradeceré siempre.
Participo en algunos grupos literarios de Facebook y he publicado en algunas revistas (Escritores Rebeldes, Las Alas del Cóndor, CLIVAR, Netrazol Literary Magazine…).
He colaborado con algunos poemas en el canal de meditación de Youtube e Instagram Medita i Respira.
También se han escuchado mis poemas y fragmentos de mis obras en programas radiofónicos, como por ejemplo en La hora de la verdad de TuradioValencia.com, La Enamorada Radio o Radio Alfa Omega de Mexico.
Mi intención es darme a conocer y conseguir lectores para mis obras publicadas. Hay una sexta obra en proyecto.
No dejaré de escribir, porque para mí el hecho de hacerlo, es tanto una necesidad como un placer.
