SERENDIPIA DOMINICAL – Columna de la escritora española Mónica Miquel Nieto – Encuéntrala cada domingo en el portal web (escritoresrebeldes.com) y en las redes sociales de Escritores Rebeldes.
SERENDIPIA DOMINICAL
LA TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN
Por: Mónica Miquel Nieto (Barcelona – España)
Correo electrónico: mmiquelnieto@gmail.com
De un tiempo a esta parte se percibe en los niños y jóvenes una menor tolerancia a la frustración. Eso no es casual, sino que es el resultado de la educación que han recibido y de los cambios sociales que se han producido en estos últimos años.

Desde mi punto de vista, esta moda de sobreproteger a nuestros vástagos e intentar evitarles cualquier tipo de frustración es absolutamente equivocada y contraproducente. En esta columna intentaré justificar tal afirmación y defender mi postura. Espero que os animéis a acompañarme a lo largo de esta nueva entrega de Serendipia Dominical. Si lo hacéis, quizás pueda resultaros útil. Al menos, eso espero.
La tolerancia a la frustración puede definirse como la capacidad de afrontar situaciones desafiantes o problemáticas sin perder el control o desanimarse. Es decir, mostrar una actitud resiliente y perseverante ante los problemas que se presentan en nuestro día a día.
Frustrar significa “privar a alguien de lo que esperaba”. La frustración es una emoción compleja entre ira y tristeza que se da cuando no consigues lo que te propones.
Por lo general, las personas con baja tolerancia a la frustración tienen dificultades para controlar las emociones. También se muestran más impulsivas, impacientes y exigentes. Este tipo de personas buscan satisfacer sus necesidades de forma inmediata.
Por otro lado, la baja tolerancia a la frustración implica una sensibilidad excesiva hacia las emociones desagradables.
En la educación de los infantes han influido las modas educativas, nuevas teorías, no siempre basadas en investigaciones serias, en las que se primaba la felicidad de los niños por encima de cualquier otro aspecto. Para conseguir esa felicidad se valoraba positivamente todo lo que hacían los niños, se les dejaba escoger en cada momento lo que deseaban hacer, no se les proponían actividades que precisaran del uso de la memoria o de un excesivo esfuerzo para su consecución, etc. Desde mi punto de vista esto es algo completamente erróneo. El aprendizaje requiere esfuerzo y en ocasiones no está de más memorizar algo necesario, como por ejemplo las famosas tablas de multiplicar o alguna canción o poema. Para mí la felicidad está en superarse a uno mismo, día a día y gracias al esfuerzo y al trabajo diarios. La felicidad consiste también en aprender y poder sentirse orgulloso de tus progresos reales.
Las personas, desde su más tierna infancia, deben acostumbrarse a tolerar los errores, ya que forman parte del proceso de aprendizaje y, tal y como dice la famosa frase: De los errores se aprende.
Llegados a este punto, he seleccionado diez frases célebres que me interesa compartir con vosotros relacionadas con la concepción del error como algo positivo:
—La única persona que no comete errores es la que no hace nada.— Albert Einstein
—Los errores son los portales del descubrimiento. — James Joyce
—La libertad no vale la pena, si no conlleva la libertad de errar. — Mahatma Gandhi
—No importa cuántos errores cometas o lo lento que sea tu progreso, todavía estás muy por delante de quienes no lo intentan. —Tony Robbins
—No hay errores ni coincidencias. Todos los eventos son bendiciones para aprender. — Elisabeth Kubler-Ross
—Un fracaso no siempre es un error. Simplemente, puede ser lo mejor que se puede hacer en esas circunstancias. El verdadero error es dejar de intentarlo. — B. F. Skinner
—He aprendido que las mejores lecciones vinieron de mis mayores errores. — Gurbaksh Chahal
—Quien nunca cometió un error, nunca hizo un descubrimiento. — Samuel Smiles
—Un error no tiene que gobernar toda la vida de una persona. — Joyce Meyer
—Incluso un error puede llegar a ser lo único que se necesite para un logro valioso. — Henry Ford
Llegados a este punto, si no nos deprimimos por errar y lo aceptamos como algo que suele suceder y que forma parte del proceso de aprendizaje, podemos tener en cuenta algunos consejos que nos ayudarán a tolerar la frustración de forma adecuada, llegado el caso de que erremos y ello pueda provocarnos frustración.
Es importante proponer objetivos adecuados a nuestras posibilidades. Si tenemos un objetivo demasiado difícil para nuestras habilidades, esto provoca un nivel de frustración exagerado. Lo más probable es que nos frustremos sin conseguirlo cayendo en la desmotivación. En cambio, si tenemos un objetivo demasiado fácil para nuestras habilidades, entonces no provoca frustración, pero tampoco nos motiva ni hace que nos esforcemos en absoluto para conseguirlo.
Debemos tener en cuenta que en ocasiones sobreestimamos nuestras capacidades: La «prepotencia» nos llevará a buscar retos más difíciles de lo que realmente somos capaces de resolver y nos conducirá a frustraciones mayores.
Otras veces, lo que ocurre es que subestimamos nuestras capacidades: Lo que nos lleva a buscar tareas sencillas y nos impide mejorar nuestras habilidades.
Las personas frustradas suelen reaccionar con sentimientos de ira ante la incapacidad de lograr lo que quieren. Además, esta frustración puede acabar en ansiedad y otros problemas que pueden derivar en problemas psicológicos más graves. Aprender a superar la frustración es un proceso de aprendizaje que se inicia desde la infancia misma y nunca se acaba. Es por ello que considero importante que las familias no sobreprotejan a sus hijos y les ayuden a gestionar la frustración desde bien pequeñitos.
Como suelo hacer en mis columnas de opinión, me gustaría proponer soluciones para mejorar el problema con el que nos enfrentamos. Así pues, además de evitar la sobreprotección en los niños, es importante aprender a gestionar la frustración una vez ya se es adulto. Aquí os dejo algunas recomendaciones útiles para afrontar y superar la frustración de forma adecuada:
-Ser menos exigentes con nosotros mismos.
-Pensar muy bien y meditar sobre el problema antes de actuar. No actuar en caliente o por impulsos. Diseñar una estrategia o plan de acción.
-Desmenuzar la solución del problema en tareas más sencillas. No abordarlo en su plenitud si lo consideramos demasiado difícil. Muchas de nuestras metas se componen de otras tareas y objetivos que podemos resolver de manera independiente.
-Disfrutar de nuestros pequeños progresos.
-Disfrutar del camino hacia la meta y no solo de la consecución de nuestro objetivo final.
-Marcarse objetivos realistas.
-Identificar la frustración.
-Buscar alternativas y soluciones. Buscar distintos caminos para resolver el problema.
-Reconocer nuestras debilidades y carencias. Conocer nuestras limitaciones y aceptarlas.
-No tomárselo todo como algo personal.
-Aprender a relativizar y ver el problema con perspectiva.
-Aceptar que no se puede tener todo bajo control y que en ocasiones, por mucho que intentemos evitarlo, podemos llegar a fracasar.
-Pensar que se puede aprender de los fracasos y que forman parte de la vida.
-No compararnos con otras personas ni con sus logros sintiéndonos inferiores.
-Aprendamos a desahogarnos compartiendo nuestras emociones, quejándonos de vez en cuando sin llegar a ser exagerados, haciendo deporte para conseguir desestresarnos y relajarnos, desconectando y descansando, intercalando actividades de ocio placenteras (lectura, paseo por el campo, salidas con amigos…), meditando, recordando cuales son tus objetivos y las razones que te empujan a seguir luchando para conseguirlos, etc.
Resumidamente el proceso para superar la frustración acaba siendo de la siguiente manera: Tener un objetivo final, desmenuzarlo en otros más pequeños y sencillos, averiguar qué necesidades tenemos para conseguirlo, celebrar las pequeñas victorias, no obsesionarse con la meta final y, por supuesto, no darse por vencido.
La frustración es una cuestión de actitud. Podemos cambiar nuestra forma de pensar, de comportarnos y, finalmente, nuestra manera de sentir.
Para finalizar, si queremos ser felices, lo más saludable es mantener una actitud positiva ante la vida. Debemos tener una perspectiva positiva y esperanzada del futuro, de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. Seamos resistentes y resilientes. Poseemos una fortaleza interior que nos ayuda a superar los momentos difíciles. En resumen, aceptemos nuestros errores, aprendamos a tolerar la frustración y veamos, sintamos y pensemos de forma positiva.
Espero que el tema os haya resultado interesante, compartáis o no mi opinión al respecto. Como siempre, muchísimas gracias por haberme acompañado en esta nueva entrega de Serendipia Dominical.
Os espero el próximo domingo. Sed felices.
MÓNICA MIQUEL NIETO (BARCELONA – ESPAÑA)
© DERECHOS RESERVADOS AUTORA

Mi nombre es Mónica Miquel Nieto, mujer de 53 años, residente en Barcelona, escritora y poetisa.
Toda mi vida he sido una lectora empedernida, de todo tipo de libros, pero sobre todo de novela histórica, novela fantástica y poesía.
De pequeña gané algunos certámenes literarios y ahí quedó todo. No he dejado de escribir nunca, pero no fue hasta el confinamiento causado por la pandemia de Covid-19, cuando decidí intentar publicar mis obras.
Escribí a algunas editoriales hasta que, finalmente, la Editorial Alvi Books confió en mis posibilidades y se arriesgó a publicar 5 de mis obras. Al ser una persona absolutamente desconocida, es algo que les agradeceré siempre.
Participo en algunos grupos literarios de Facebook y he publicado en algunas revistas (Escritores Rebeldes, Las Alas del Cóndor, CLIVAR, Netrazol Literary Magazine…).
He colaborado con algunos poemas en el canal de meditación de Youtube e Instagram Medita i Respira.
También se han escuchado mis poemas y fragmentos de mis obras en programas radiofónicos, como por ejemplo en La hora de la verdad de TuradioValencia.com, La Enamorada Radio o Radio Alfa Omega de Mexico.
Mi intención es darme a conocer y conseguir lectores para mis obras publicadas. Hay una sexta obra en proyecto.
No dejaré de escribir, porque para mí el hecho de hacerlo, es tanto una necesidad como un placer.