En el siglo XXVIII, la humanidad se había aventurado a colonizar los rincones más remotos del universo. Uno de estos nuevos mundos era el planeta Nexus-9, un lugar rico en recursos minerales pero carente de una biodiversidad significativa que pudiera sustentar a los colonos a largo plazo. La misión de los científicos era encontrar un alimento completo y sostenible para los habitantes de este lejano planeta.
El equipo de investigación, liderado por la doctora Elena Suárez, enfrentaba el desafío de crear un alimento que no solo fuera nutritivo, sino que también pudiera crecer en las condiciones adversas del planeta. La solución parecía residir en la ingeniería genética usada para gestar cultivos. Los laboratorios en Nexus-9 estaban equipados con la tecnología más avanzada de la humanidad. Los científicos comenzaron a investigar las plantas terrestres más resistentes y nutritivas, y pronto centraron su atención en el cereal más antiguo de las civilizaciones de las Américas, el maíz. Conocido por su capacidad de crecer en diversas condiciones y su alto valor nutricional, el maíz se convirtió en la base de su proyecto.
Utilizando la ingeniería genética, combinaron los mejores elementos de diversas plantas: la resistencia del trigo, la capacidad de adaptación de la soja y la riqueza nutricional de la quínoa. La nanotecnología permitió integrar microbios simbióticos que mejorarían la absorción de nutrientes y la resistencia a enfermedades que afectan a las plantas. El resultado fue un nuevo tipo de alimento: el maíz 436. La primera cosecha del maíz 436 fue todo un evento celebrado. Los campos, anteriormente estériles, ahora estaban llenos de tallos verdes y mazorcas doradas. Los colonos estaban emocionados por la promesa de una fuente de alimento sostenible y nutritivo. La doctora Suárez y su equipo supervisaron cada etapa del crecimiento, asegurándose de que el maíz 436 cumpliera con todas las expectativas.
Las mazorcas no solo eran más grandes que las del maíz terrestre, sino que también tenían una textura y sabor únicos, combinando dulzura y un ligero toque salado. Los colonos comenzaron a incorporarlo en sus dietas diarias, y la comunidad floreció.
Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que surgieran los primeros problemas. La introducción del maíz 436 comenzó a afectar la ecología de Nexus-9. Las plantas autóctonas, aunque escasas, comenzaron a mostrar signos de declive. Los microbios simbióticos introducidos en este maíz se propagaron rápidamente, alterando el equilibrio del suelo y afectando otras formas de vida vegetal.
El ecosistema, que había permanecido en un delicado equilibrio durante milenos, ahora enfrentaba una transformación radical. Las plantas nativas, incapaces de competir con el maíz modificado genéticamente, comenzaron a desaparecer. Esta pérdida de biodiversidad no solo afectó al entorno natural, sino también a los colonos, que dependían de ciertos recursos autóctonos para su supervivencia.
La comunidad de Nexus-9 se dividió en dos facciones. Por un lado, estaban aquellos que veían en el maíz 436 como la salvación para su colonia, una fuente de alimento vital que aseguraba su supervivencia. Por otro lado, estaban los ecologistas y biólogos que advertían sobre las consecuencias a largo plazo de alterar el ecosistema de manera tan drástica.
La doctora Suárez estaba asustada al encontrarse en medio de este conflicto. Seguía orgullosa de su creación, aunque no podía ignorar las señales de alarma que se multiplicaban día a día. Riñas en el bar de la colonia que terminaban en peleas y borracheras, robos de comida en los almacenes.
Las reuniones del Consejo Colonial se volvieron tensas, era como ver a un grupo de políticos del senado a punto de sacar un palo o una revolver láser para iniciar una guerra total, mientras el ambiente se caldeaba con debates acalorados sobre el futuro del alimento y la exposición de los científicos de la necesidad de encontrar un equilibrio entre la supervivencia humana y la preservación del entorno natural. Un argumento así es complicado sostener ante el llenar la primera necesidad más importante del ser humano.
Para encontrar una solución, la doctora Suárez y su equipo comenzaron a estudiar los efectos del maíz 436 en mayor profundidad. Se realizaron experimentos para comprender cómo los microbios simbióticos afectaban el suelo y las plantas nativas. Al mismo tiempo, se exploraron alternativas para mitigar el impacto negativo.
Y el día llegó, la doctora Suárez se reunió con el Consejo Colonial, en ese momento, el jefe del Consejo habla: “Se abre la sesión del Consejo Colonial de Nexus-9, a mi lado se encuentra la doctora Suárez, jefa del equipo científico del Maíz 436, que expondrá una solución a la crisis presente, ¿doctora?”. En ese instante, la mujer sentía por unos segundos el miedo que trataba de ocultar con sus ojos bien abiertos y su rostro rígido como una cariátide, ella sentía que el palpitar de su corazón hacía más ruido de los murmullos enjuiciadores que hacían los presentes ante la inmovilidad temporal de la científica, sentenciando; ¿si era miedo, no tenía la solución o era una mujer tonta que inventó algo que no servía para nada?. De pronto escuchó al jefe del consejo que le llamaba la atención: “¡doctora!, ¿tiene algo que decirnos?”. Como toda una dama, la doctora Suárez se recompone y se levanta de la silla, para comenzar su exposición. Los colonos presentes, asombrados por el cambio de actitud de la doctora, guardan silencio y escuchan atentamente.
La doctora Suárez expone: Estimados miembros de la colonia, sabemos que los microbios simbióticos que componen el grano de maíz 436 migraron al ecosistema natural, creando ya el problema que enfrentamos hoy en día, una tremenda hambruna con un estado de inestabilidad social. Después de reconsiderar con mis colegas la fórmula del maíz 436, hemos concluido que debemos trabajar en otra versión del maíz 436, con lo cual necesitamos recursos que el consejo debe solicitar a la tierra y un tiempo no mayor a un año, para crear el grano maíz 437, que con llevar microbios simbióticos o nativos para cohesionar las moléculas, si no serán injertados de las sustancias naturales que las componen”…
En ese momento, el consejo se miraban atónitos entre ellos, tratando de entender lo que expuso la científica, mientras un gran murmullo de los presentes hizo suficiente ruido para interrumpir a la doctora Suárez. De pronto el jefe del consejo martillea la mesa y llama al orden, el murmullo continúa. Luego, el jefe del consejo le pregunta a la doctora: “Y dígame, una cosa, doctora, ¿cómo se supone que la colonia aguantara cerca de un año sin alimentarse?”.
En ese instante, la doctora vuelve a hablar y con ese acto persuade a los colonos a guardar silencio: “Pondremos un plan para crear zonas de conservación donde se protegería la biodiversidad nativa, especialmente las plantas nativas que son alimentación secundaria, al mismo tiempo que se restringiría el cultivo del maíz a la variación 437 a áreas controladas. Esta medida permitiría monitorear y manejar mejor el impacto del nuevo maíz en el ecosistema.
Entonces, un colono pelirrojo, grande, musculoso y con tatuajes protesta coléricamente a la científica: “¡y usted cree que podré alimentar a mi familia con raciones de guerra!”, detrás otros colonos protestan también.
En ese momento, antes de que la doctora Suárez pudiera contestar, el jefe del consejo grita: ¡Cállense!, ¡y tu Grady, podrán comer más si tú te la amarras y dejas de embarazar a tu mujer!”. En ese momento se da una risa general de todos los presentes.
La científica se recompone de la impresión con una pequeña risa por el momento cómico y explica: “Implementar este plan no sería fácil. Requería la colaboración de toda la comunidad y un compromiso firme de los colonos”…
Entonces llegó el momento de la votación, el jefe del consejo consulta decidora a los presentes sobre la propuesta: “¿Quién está dispuesto a seguir el plan de la doctora Suárez?”. En vez de levantar la mano, cada colono se levanta de la silla, muchos observando decididamente a soportar el tiempo necesario para cultivar el nuevo grano maíz 437”. La decisión fue unánime, el jefe baja el martillo y declara la sesión cerrada.
Comenzaron los trabajos para crear las zonas de conservación. Los colonos, aunque inicialmente reacios, comprendieron la importancia de proteger su nuevo hogar y organizaron guardias junto con el destacamento militar de la colonia. Equipos de voluntarios se unieron para replantar especies nativas y restaurar áreas afectadas por el maíz 436.
Paralelamente, los laboratorios de investigación dedicados a desarrollar el nuevo maíz 437 sin microbios simbióticos. Esta tarea no fue sencilla, pero los científicos trabajaron incansablemente, impulsados por la necesidad de corregir sus errores y asegurar un futuro sostenible para Nexus-9. Habían pasado 9 meses y en una noche crítica, la Doctora Suárez hacía pruebas “in vitro” para crear el maíz, todas salían fallidas, entonces la mujer en un arranque de ira destrozó los tubos de ensayo, en ello llega su ayudante que la detiene antes de que destruya todo el laboratorio cuyo implanto ahora vital, era la vida de los colonos.
El ayudante le pregunta: “¡Está loca, doctora, que pretende usted!”.
Entonces la doctora desesperada hace la siguiente revelación: “¡Mentí, mentí, no vamos a tardar un año en desarrollar el grano, vamos a tardar dos, por favor, no lo vayas a decir a nadie!”. Asombrado, el ayudante no sabe qué decir, si avisar al jefe de la colonia y crear un motín, cuando llevaban meses de paz y cooperación mutua, o guardar silencio y rogar a Dios que el grano salga en el tiempo comprometido”.
El ayudante le dice: “Mira, Elena, no sacamos nada con desahogarnos por cada intento fallido”. Pero la doctora argumenta: “¿y si llega el día en que no tengamos el grano?…”.
El ayudante responde: “cruzaremos ese puente cuando ese pase, ahora traigamos una escoba, una pala y un trapero para limpiar este desastre”. La Doctora Suárez y su ayudante limpian todo.
Después de otros meses de trabajo arduo, la doctora Suárez y su equipo finalmente lograron desarrollar una versión mejorada del grano, el nuevo maíz 437. Esta nueva variante no solo mantenía sus propiedades nutricionales y capacidad de adaptación, sino que también tenía un impacto mínimo e inapreciable en el ecosistema del planeta. La primera cosecha del nuevo maíz fue un éxito rotundo. Los campos se llenaron nuevamente de vida, y los colonos pudieron disfrutar de su alimento sin preocuparse por las consecuencias ecológicas. Incluyendo a la numerosa del colono Grady, cuya esposa estaba esperando al décimo hijo. Las zonas de conservación florecieron, y las plantas nativas comenzaron a recuperarse.
Al fin, la humanidad aprendió a coexistir en armonía en su entorno natural, lejos, en los confines más remotos del universo. La comunidad aprendió una valiosa lección sobre la importancia de la sostenibilidad y el respeto por la biodiversidad. La doctora Elena Suárez, nerviosa, sentía descargar su liberada tensión al ver que meses de intenso trabajo daban sus frutos, aunque marcada por la experiencia, se convirtió en una figura respetada y querida en Nexus-9. En la Tierra, se hizo famosa por el reportaje que hablaba de la experiencia vivida por los colonos, Nexus-9 continuó prosperando, con el nuevo maíz alimentando sus cuerpos y la historia de su creación alimentando sus espíritus. Pasados varios años de aquella odisea humana, en la Universidad de Terranova, en la tierra, la doctora Elena Suárez da una conferencia sobre el grano maíz 437. Poco antes de empezar, un jovencito delgaducho le hace la siguiente pregunta: “¿doctora Suárez, cuéntenos, cómo fue la experiencia en Nexus-9?”. La dama mira atentamente al joven y le sonríe antes de responder: “¿Quieres saber cual es la receta de la creación?”.
AUTOR: FRANCISCO ARAYA PIZARRO (CHILE)
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Francisco Araya Pizarro. Nacido en 1977 en Santiago de Chile, Artista Digital, Diseñador Gráfico Web, Asesor en Marketing Digital y Community Manager para empresas privadas y ONGs asesoras de las Naciones Unidas, Crítico de Arte, Cine, Literatura, además de Investigador. Y Escritor de Ciencia Ficción, donde en su blog comparte sus relatos cortos en: www.tumblr.com/franciscoarayapizarro
Buenísima historia al más puro estilo sci-fi. Me recuerda a Isaac Asimov. Muy interesante el tema relacionado con los cultivos y los alimentos modificados; me gustó como se desarrolló todo en Nexus-9. Lo leí y me adentré en un cortometraje sci-fi
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