Llevo horas frente al lienzo en busca de la inspiración y cuando por fin la encuentro, lo escucho, un sonido agudo proveniente de mi celular que anuncia la llegada de un mensaje, “Te quiero aquí en veinte”
No han pasado ni dos días desde nuestro último encuentro y ya quiere volver a verme, me siento cansado, pero no puedo negarme, después de todo ella es quién paga mis cuentas.
Sin más opción, suelto el pincel, me ducho, peino mi cabello con cera, uso hierbas aromáticas para perfumar mi cuerpo y antes de ponerme la camisa, me detengo a observar las marcas de los mordiscos en mí cuello.
Ninguna siquiera ha cicatrizado y aquí voy de nuevo.
Un auto acaba de aparcar en mi entrada y mientras me lleva a su casa, no dejo de pensar en cómo fue que me metí en esto.
Todo comenzó cuando tenía dieciséis, por años había sido explotado por mi padre, quien tras descubrir que nací con un muy raro tipo de sangre, encontró la oportunidad de hacer dinero con ella vendiéndola a clínicas clandestinas.
Con ello pagaba las facturas, pero también sus vicios y aunque yo era su “fuente de ingresos”, no dudaba en golpearme cuando lo contrariaba por cualquier cosa.
Cansado de eso, tomé las pocas cosas que tenía y huí, no fue fácil, lo único que me gustaba hacer era pintar, pero sin importar que tan bueno fuera, a nadie le interesaba contratar a un artista.
Fue así como mi búsqueda de empleo comenzó, sin embargo, la fábrica no quería darle trabajo a un menor de edad y los supermercados no me aceptaban sin hablar con un tutor antes.
De ese modo y carente de cualquier alternativa, terminé trabajando como el chalan de un grupo de albañiles.
Cada día era una batalla, pasé hambre la mayor parte del tiempo y aunque traté de vivir lo más honesto posible, finalmente opté por tomar una medida desesperada.
Desde hacía tiempo, Luis, uno de mis compañeros, me había propuesto meternos a robar a las casas de las personas para quienes trabajamos.
En teoría era un plan perfecto, habíamos trabajando tanto tiempo en ellas que las conocíamos a la perfección; además, nos sabíamos de memoria los horarios de todos nuestros clientes y sin falla, podíamos saber cuándo estaban y cuándo no.
Al principio tuve muchas dudas, ¿Qué pasaría si nos descubrían?, ¿En realidad, conseguiríamos el dinero suficiente?, ¿Valía la pena arriesgarnos tanto?.
Pensé en rehusarme, hasta que recordé la sensación de los golpes de mi padre, nuestro primer robo salió a pedir de boca, fue en la casa de Don Leonardo, un viudo septuagenario al que pudimos robarle unos cuantos miles de pesos, una cadena de plata y el anillo de bodas que perteneció a su esposa.
Él nunca nos descubrió y por suerte, terminamos la obra en su casa antes de que pudiera hacerlo.
Debo admitir que en el fondo me sentía culpable, pero no tenía de otra, además, con mi parte del dinero pude pagar una buena despensa y una noche en la habitación en un pequeño motel.
Fue así como nuestros robos comenzaron y de a poco, fuimos aprendiendo algunas cosas como, asegurarnos de que no fuera haber ningún perro u otro animal que nos estorbase, contar cada puerta y ventana y esperar hasta dos semanas después de terminar los trabajos para realizar nuestros robos, esto último con el fin de evitar que nos relacionarán con el crimen.
Asaltamos casas por muchos meses, hasta el punto de que con el tiempo logré ahorrar lo suficiente como para poder rentar un departamento junto con Luis.
Había logrado mi sueño, pude establecerme por mi mismo e incluso me sobraba dinero suficiente como para comprar material y seguir con mi pasión por la pintura.
Después de un tiempo, llegó la oportunidad que tanto estábamos esperando, junto con nuestros compañeros fuimos contratados en el barrio más acaudalado de la ciudad para construir un sótano en la residencia de una dama ricachona.
En toda mi vida jamás había visto una vivienda así, más que una casa se trataba de una enorme mansión de dos pisos de alto, pintada de un brillante color blanco, resguardada del mundo detrás de una imponente reja de hierro pintado de negro y con inmensos jardines tanto enfrente como por detrás.
Un sitio digno de ser llamado una obra de arte, pero su belleza no podía competir ni de cerca con la de la mujer que ahí habitaba.
Pues era de piel blanca, con los ojos rasgados y de un profundo color gris, no aparentaba más de veinticinco años e iba vestida con un entallado vestido de color vino que cubría cada centímetro de su cuerpo y hacía juego con un enorme paraguas que la cubría del sol
Solo la vimos una vez, al parecer era una extrajera recién llegada a México que quería hacer una pequeña remodelación a su nueva casa, pero por su trabajo tenía que viajar contantemente y por ello, dejaba a su abogado a cargo de supervisarnos.
No le dimos mucha importancia y tras firmar un acuerdo de confidencialidad, comenzamos el trabajo.
Por casi medio año construimos aquel sótano, recibiendo únicamente indicaciones de la mujer por parte de cartas que contenían unas muy estrictas peticiones.
Por ejemplo, que el sótano fuera circular, careciera de cualquier tipo de sistema eléctrico, tuviera paredes reforzadas, ninguna ventana, una única entrada y un podio ubicado justo en el centro de la habitación.
Cuando lo terminamos, solo se nos ordenó hacer una cosa más y fue, cargar entre todos un viejo ataúd que llevamos hasta el sótano, para luego ponerlo encima del podio.
Apenas lo hicimos, nos sacaron de la casa, no sin antes pagarnos una buena cantidad de dinero, más una suculenta propina que me hizo dudar de seguir con nuestro plan de meternos a robar.
Discutí con Luis por eso, pero tras decirme que aquel dinero que nos dieron no era nada comparado con el valor de las cosas que había en la casa de esa mujer, fue que decidí hacerlo.
Como habíamos aprendido esperamos un par de semanas para efectuar el golpe y aunque no había forma de entrar por el sótano que habíamos construido, Luis descubrió una ventana que no cerraba bien y por la cual nos podíamos meter.
Pasadas las dos semanas que siempre esperábamos para efectuar los robos, iniciamos con el plan, primero, bricamos la verja de acero, silenciosamente recorrimos el patio y entramos por aquella ventana.
Cuando estuvimos dentro no supimos por dónde empezar, cada rincón de ese sitio era una mina de oro, desde los cubiertos de plata en la cocina, hasta las figuras de cristal cortado que reposaban sobre mesitas de noches y los libreros.
Finalmente, no nos detuvimos por nada y cargamos dentro de unas mochilas, todo lo que pudimos, quizás aquel botín no nos daría el dinero suficiente como para vivir bien por el resto de nuestras vidas, pero al menos por un tiempo, no tendríamos que preocuparnos por nada.
Ya estábamos listos para irnos, cuando escuchamos el sonido de unos pasos a nuestras espaldas.
—¡¿Qué hacen en mi casa?! —bramó la mujer enardecida cuando nos vio.
El miedo me invadió al instante y mientras yo corría hacia la ventana para escapar, Luis se lanzó contra ella y comenzaron a forcejear.
—¡¿Qué haces?!.
—¡Ya nos vio las caras, tenemos que matarla o nos denunciará! —
Luis comenzó a asfixiarla, pero sin importar cuanta presión puso sobre su cuello, la mujer no desfalleció, simplemente empezó a reírse a carcajadas a la par que su cara comenzaba transformarse.
De un segundo a otro sus orejas se volvieron puntiagudas, le crecieron un par de afilados colmillos y sus ojos grises se tornaron de un color amarillo con la pupila alargada, idéntica a la de las serpientes
Antes de que Luis pudiera reaccionar, la mujer se liberó de su agarre y en un rápido movimiento, le derribó y mordió su cuello.
Cual pez fuera del agua mi amigo comenzó a retorcerse de dolor, hasta que su piel se tornó pálida y la luz desapareció de sus ojos.
Cuando terminó y aún con su rostro cubierto por sangré, la mujer se fijó en mí y en lo que dura un parpadeo, se plantó a un costado mío y también me mordió.
Inerte sentí la cálida presión de sus colmillos atravesando mi cuello mientras mis fuerzas comenzaban a menguar, pero cuando parecía que se acercaba mi final ella se detuvo de forma abrupta.
—¡No puedo hacerlo! —grito antes de apartarse de mi —.Es exquisita, no puedo matarte, quiero más, ¡quiero sentir ese sabor para siempre! —con sus uñas comenzó a rasgar el suelo de mármol por la frustración.
No entendía lo que pasaba, pero apenas fui libre comencé a correr, más ni siquiera pude llegar a la puerta antes de que una vez más la mujer volviera a aparecer frente a mí.
—¡Más! —rugió dispuesta a terminar lo que empezó—.No, no, no —se reprimió otra vez.
—¡¿Qué quieres?!.
—Tu sangre, quiero tu sangre, pero no así, no puedo matarte, quiero saborearla tanto como pueda —se relamió los labios, respiró hondo y lentamente regresó a su forma humana—.Tu sangre es especial y la deseo, pero no puedo comerte o me la acabaría.
—¿Entonces que vas a hacerme?.
—Te propongo un trato, a cambio de tu sangre te daré todo lo que me pidas, tu solo dilo y lo tendrás, ¿Qué dices? —
—Quiero una casa —dije a modo de prueba.
—Hecho —
—Quiero dinero.
—¿Cuánto te depósito? —
—Quiero vender todas mis pinturas.
—A partir de mañana estarán en todas las galerías de la ciudad —
Al ver que hablaba en serio, no dude ni un segundo en aceptar su oferta, después de todo era un trato justo, solo tendría que venir a alimentarla cada vez que ella quisiera y a cambio, yo tendría lo que deseará con tan solo pedirlo.
Tras un largo trayecto, por fin he llegado hasta su casa y apenas pongo un pie dentro, la veo vestida con un camisón ligero y la mirada ansiosa, está lista para comer.
AUTOR: RONNIE CAMACHO BARRÓN (MÉXICO)
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Ronnie Camacho Barrón (Matamoros, Tamaulipas, México, 1994) Escritor, Lic. en comercio internacional y Aduanas, y Técnico analista programador bilingüe.
Autor de 2 Novelas «Las Crónicas del Quinto Sol 1: El Campeón De Xólotl» (Amazon 2019) y «Carlos Navarro y El Aprendiz Del Diablo» (Editorial Pathbooks 2020-2022), también 10 libros infantiles «Friky Katy», «¿Tus papás son vampiros?», «El pequeño Rey», «Los Guardianes del bosque», «Erika otra vez», «José lo vio todo», «Una Amiga de las Estrellas», «Las Rivales», «Los Campeones» y «Los Trillizos mágicos», todos con la editorial Pathbooks y traducidos en 6 idiomas, su más reciente obra una antología de cuentos titulada «Entre Nosotros» (Amazon 2021).
Colaboró en 16 antologías por mencionar algunas, Horas de Extravío (Editorial Awen 2020, Venezuela), Cyber Terror (Speedwagon media Works 2020, Perú), Lustro: Antología de Poesía y Narrativa (Editorial Monarca 2021, E.U.A), Microcuentos de Terror (Crónicas en Llamas 2021), 360 Días de Historias (Pluma Revista Literaria 2021, Argentina), Las historias del centinela (Sentinel editorial 2021), A.S.Y.L.U.M Narraciones de Locura (El consejo Nocturno 2021), El recuento del cuento Fantasía y Terror (El recuento del cuento 2022), País de Terror (Verso inefable 2022), Pesadillas bajo la tinta (Verso inefable 2022), Cósmica Fanzine primer número de aniversario (Cósmica Fanzine 2022), Cósmica Fanzine segundo número de aniversario (Cósmica Fanzine 2023), Monstruosa Navidad (Verso Inefable 2023)
También muchos de sus cuentos, relatos y ensayos han sido publicados en más de 151 revistas y blogs tanto nacionales e internacionales, entre ellas: Alas de cuervo, Revista Literaria Ibidem, Licor de cuervo, Espejo Humeante, Katabasis, Revista Por escrito, Polisemia, Nudo Gordiano, Pergola de humo, La versh literaria, Anacronias, Revista Necroscriptum, El Nahual Errante, La Gualdra (Zacatecas) Revista Alcantarilla (Sinaloa), Alas Blancas (Tabasco), Hoyloleo.com (Colima), Literatos (Michoacán), Revista Unus (Puebla), Fatum. El andar de las letras (Baja California), Perro Negro de la Calle (Jalisco), Poetómanos (Nayarit), Awita de Chale (Guanajuato), Revista Elipsis/Mi espacio de lectura (Tamaulipas), Cósmica Fanzine (Tlaxcala) La Nación Alien (Estado de México), Poetripiados (Chihuahua), Revista Resiliencia (Nuevo León), Revista literaria Maíz Grande (Chiapas), Chupacabras Fanzine (Veracruz), Revista Vértice (Quintana Roo), El Bigote de Nietzsche (Campeche), Revista Letras Moradas (Sonora), Craquelarre (Oaxaca), Fragmentos Revista Cultural (Argentina), Revista Literaria Viseral (Ecuador), Clan Kutral (Chile),Revista Literaria Ouroboros (Colombia), Revista Kametsa (Perú), Herederos del Kaos (E.U.A/España), gAZeta (Guatemala) Revista Culturel (El Salvador), Retazos de Ficción (Costa Rica), Letra Kmbio (Cuba/Francia), Revista Almiar (España), Literatura.si (Eslovenia), etc.