La pasión por contar historias es lo que reúne a los periodistas en las salas de redacción. Enrique Santos Molano fue uno de los más apasionados. El periodista murió el 25 de diciembre, en horas de la mañana, a sus 82 años, en la Clínica Palermo, en Bogotá, y entre letra y letra se pasó toda una vida escribiendo,

Fotografía: Escritor, periodista e historiador colombiano Enrique Santos Molano / Colprensa
Era de la familia Santos, una de las más influyentes en la política y el periodismo colombiano.
Su padre fue Enrique Santos Montejo, conocido como ‘Calibán’ por firmar sus textos con este seudónimo. Ocupó el cargo de jefe de redacción de EL TIEMPO de 1963 a 1972, pasó a ser columnista desde 1965 y en 1971 comenzó su camino por la novela, con la publicación de las ‘Memorias fantásticas’, en las que van apareciendo los personajes que fueron los compañeros inseparables del escritor.
Escribió cerca de 21 libros, fue periodista, investigador, lingüista y se conocía la historia de Colombia como si se tratara de la propia. Tanto así que llevaba casi medio siglo estudiando la vida y obra de Antonio Nariño, quien además de prócer de la independencia es uno de los padres del periodismo colombiano.
Su admiración por Nariño nació en su juventud, mientras leía novelas históricas como las de Walter Scott y Benito Pérez Galdós y muchas otras. En ese momento se preguntó si en Colombia hubo un héroe y unos episodios que pudiesen convertirse en novela. De ahí salió ‘Memorias fantásticas’, con 20 mil ejemplares vendidos, obra en que Nariño se convierte en narrador de su vida y aventuras.
Después de 50 años de haberse hecho esa pregunta, publicó ‘Mancha de la tierra’, obra que narra un fragmento importante de la historia nacional, de 1734 a 1781, en primera persona por su personaje principal, y en la que Santos Molano aprovecha para deleitar a sus lectores con un recorrido por las raíces históricas de la rebelión americana contra España.
De entrada deja ver el nerviosismo, la posible toma de la capital del Nuevo Reino de Granada, además, de los episodios más apasionantes y, en el fondo, desconocidos de la historia de Colombia: la insurrección de los Comuneros.
«Es una novela prodigiosa, una joya. Avanza como una superproducción de las que hacen los ingleses con los gringos, BBC con HBO, (…) También es un libro de historia, un poema épico, un álbum de fotos y las memorias de un hombre bueno. Y así restaura uno de esos momentos en los que se reunieron los mejores a conspirar en vano», dijo en algún momento el escritor Ricardo Silva Romero, quien, ahora, tras su muerte, recuerda a este historiador: «Enrique Santos Molano era una voz generosa. El corazón del poeta, su monumental biografía de José Asunción Silva; es uno de los libros de mi vida, y la biblia que cuenta la tras escena de la historia de Colombia. Fue un maestro y un mentor para mí, y lo fue para muchos, pero sobre todo fue un hombre que convirtió la amistad en un arte: solía decir que ‘Dios era la amistad’. Fue el mejor amigo que uno podía tener si corría con la suerte de tenerlo cerca. Y fue un esposo y un padre muy conmovedor. Pero además fue un novelista con cabeza de historiador y corazón de columnista —valga releer su novela ‘Mancha de la tierra’— que se pasó la vida denunciando un país en el que la gente nacía con el viento en contra. La tristeza que se siente con la noticia de su muerte no se había sentido antes. Siempre sirvió. Siempre estuvo listo a servir. Y lo hizo con una ternura y un coraje que son todo un legado».
Otros de sus trabajos reconocidos se titulan ‘Antonio Nariño, filósofo revolucionario’, ‘El Corazón del poeta’, ‘Memorias Fantásticas’, ‘Bogotá 360°: la ciudad interior’, ‘Grandes conspiraciones en la historia de Colombia’ y en la lista siguen ensayos, novelas que combinan e rigor investigativo y la narrativa, con las que analizó la actualidad o retrató la vieja data del país con humor y sencillez, características típicas de su estilo que reflejan el interés narrativo que tuvo para dar veracidad a los hechos y a los personajes que creó.
«Las circunstancias me condujeron en el pasado a dedicarme al ensayo biográfico e histórico, tal vez como una necesaria preparación para entrar de lleno en este género difícil de la novela histórica. La investigación para las columnas la hago con el mismo método que para los libros: siempre buscando confirmar la verdad detrás de las apariencias», confesó el escritor alguna vez a El Espectador.
Su fascinación por la historia lo llevó a descubrir el secreto para captar la atención del lector, en textos históricos, que normalmente pueden parecer difíciles de procesar. Para él, cada anécdota que contaba debía ser tan amena como fuese posible, siempre apelando a la curiosidad, para que las personas que desfilaran por las páginas se cuestionaran si los hechos eran verdaderos o inventados. «Ningún libro de historia académica, por bueno que sea, nos explica tan bien, como la novela Guerra y Paz, las causas y consecuencias del desastre de Napoleón en la campaña de Rusia», contó este Santos.
Para profundizar su maestría con las letras, salió de la casa editorial El Tiempo para pasar por Revista Domingo, del diario Hoy de Quito, ser editor en la colección Colombianos en la Historia, ser presidente del Pen Internacional de Escritores, miembro correspondiente de la Academia Colombiana de Historia y de la Academia de Historia de Bogotá.
Los últimos reconocimientos que obtuvo Enrique Santos Molano se los otorgaron este año y fueron la ‘Condecoración orden mérito a la democracia’ y ‘Orden civil al mérito José Acevedo y Gómez’. Esto, para resaltar su contribución invaluable al periodismo crítico y objetivo, así como su incansable dedicación a los procesos de construcción de paz en Colombia y la defensa de la democracia nacional.
«Enrique Santos Molano ha trabajado incansablemente por el bien de Colombia y su gente. Su contribución como defensor permanente de la libertad y la democracia es innegable. A través de sus columnas de prensa, ha sido un maestro para sus lectores, entregando resultados de investigaciones que aportan al conocimiento necesario para tomar decisiones informadas y conscientes», aseguró la senadora Gloria Flórez, quien entregó uno de los galardones al escritor.
FUENTE – AGRADECIMIENTO
Periodico El Tiempo
Nota Original – María Jimena Delgado Díaz
Bogotá – Colombia

Equipo Escritores Rebeldes