Autor: Diego Pantoja

Sé que el silencio es tu única respuesta,que prefieres esconderteen el rincón donde las palabras mueren. Sé que no dirás nada,que mi voz se estrellacontra un muro de ausencia,que mis preguntas caencomo hojas secas en el vacío. Sé que te amédesde el primer parpadeo,desde el primer temblor en mi pecho.Sé que te amo aún,aunque el amor sea un puñado de sombrasy la espera un castigo sin nombre. Sé que no fui elegido,que tu corazón es un país lejanodonde nunca habrá espacio para mí. Sé que callas,y en ese callarse ahogan…

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No dejes que muera la brasani el soplo tibio del alba,que el amor es un astro frágily su luz, un eco en el alma. Si la pasión se adormece,despiértala con caricias,que el fuego que hoy te abrazaes un pacto de cenizas. Ama con manos abiertas,con el fulgor de un relámpago,que el amor es agua y es aire,y su llama, viento sagrado. Que no se apague el incendiode las horas compartidas,pues la sombra nunca vencecuando el amor da la vida. Brilla, amor, como un astro,como la eternidad primera,sé el pulso de…

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Cuántas veces, amor,he cruzado la frontera del sueñosolo para encontrarte. Cuántas veces mi vozte ha llamado en la penumbra,y el eco ha vuelto vacío,como un pájaro sin cielo. Desde que te fuiste,mi universo aprendió a partirse en dos:uno donde existes,otro donde no. Y aquí me tienes,esperando sin prisa,como esperan los árboles al viento,como espera la lluvia su tregua,como esperan mis labiosel milagro de tu regreso. AUTOR: DIEGO PANTOJA (COLOMBIA)© DERECHOS RESERVADOS AUTOR (A) Diego PantojaDiego Pantoja, nació el 5 de mayo de 1999 en Tamalameque, Cesar. Colombia. Empezó a escribir a la edad…

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A mi alma cansada,a mi cuerpo errante,a mi corazón callado,les faltaba ese fulgorque sólo el amor sabe traer. Te buscaba sin saberlo,en el eco de las calles,en el murmullo del tiempo,en las sombras de un pasadoque nunca me abrazó. Estaba solo,perdido entre palabras rotas,inventando futuros inciertos,tejiendo dudas y miedoscon los hilos del ayer. Pero entonces llegaste,suave y fresca,como la brisa que anuncia la vida,con tu mirada claray tus manos llenas de mundos. Cuando te vi,algo en mí despertó.Sentí que mis heridasaprendían a cerrarse,que mis silenciosencontraban voz. Y cuando nuestros ojos…

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Queda el eco de tus pasosbailando entre las paredes,un rumor apenas vivoque se niega a callar.El aire es pesado,como si cargara los recuerdosde todo lo que ya no está. Aquí reímos,¿recuerdas?El sol se colaba por las cortinasy dibujaba sombras en el suelo,sombras que ahoraparecen grietas abiertasen el centro de mi pecho. La ventana sigue allí,pero el paisaje es distinto.Sin tu risa,los árboles son solo formasvacías de significado,el cielo es solo un lienzo grisque no tiene nada que contar. El silencio,antes refugio,ahora es un grito interminable.Las paredes guardan tus palabras,las repiten…

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La habitación me observa,callada, como quien sabe un secretoque no quiere decir en voz alta.Las paredes murmuran,pero yo no entiendo su idioma,solo el eco de un vacíoque se acomoda en mis costillas. La ventana es un espejo roto,y al otro lado, el paisajese deshace en cenizas.Todo lo que mirotiene el color de lo ausente.La soledad se derramaen cada sombra que se alarga,en cada rincón que me nombrasin llamarme. Soy un cuerpo que habita en sí mismo,sin puertas, sin salidas,un abismo que se mira al abismoy encuentra un silencioque lo devora…

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La noche me abraza en su silencioy todo se reduce a un murmullo lejanoque se disuelve en las sombras.Aquí, en este rincón olvidado,las estrellas se apagancomo pensamientos que ya no sé nombrar. La luna, fría y distante,sólo es un eco de lo que fui,un reflejo quebrado en el agua de un sueñoque se ahoga,incluso antes de llegar a mi piel. El aire suspira entre las grietasy yo me dejo caeren el vacío que la oscuridad acaricia.El tiempo se diluye,se convierte en un pesoque no quiero cargar,que no quiero entender. En…

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¡Oh, pueblo mío, alzado entre la niebla que abraza los valles,tus colinas son el pecho donde late la tierra misma!Entre tus senderos de polvo y rocío, los pasos resuenancomo ecos de antiguas canciones que no mueren. Te alzas, pueblo eterno, con brazos abiertos al alba,y en tus raíces retumban las voces de quienes labraronlas piedras que sostienen tus casas, tus sueños,y la historia que no se escribe, pero vive en cada rincón. Tus ríos, ¡qué vibrantes en su curso!,llevan consigo los secretos del monte y el susurro del mar.Tus campos,…

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