#dinamicarebelde
JUEGOS OLIMPICOS REBELDES DE LA LITERATURA
DISCIPLINA – ATLETISMO * CARRERAS
TEMA: CUENTOS O RELATOS DE TERROR
CUENTO – EL LIMONCILLO DE LA MUERTE
POR: AMPARO ÁLVAREZ, TOTY (COLOMBIA)
Alguna vez, cuando éramos niños, escuchamos está historia.
Luis, era un hombre joven, honesto, fuerte y trabajador, de piel oscura que al poco tiempo de casado quedó viudo y con dos hijos pequeños. Su esposa había enfermado cuando su hijo menor tenía dos años. Ella en esa cama postrada no dejo de cantarles canciones y arrullarlos hasta que llegó el día de su muerte.
Carlos tenía una propiedad en las afueras del pueblo llamada El Encanto. Su vivienda humilde tenía dos habitaciones, un angosto corredor y al finalizar una cocina grande dónde se cocinaba y se comían los alimentos. En la parte de afuera se hallaba un gran patio con dos árboles de aguacate, desde allí se veía correr un riachuelo de aguas cristalinas y apacibles.
Su hija Luz Ángela, tenía 7 años e igual que su padre era de tez morena, delgada, de pelo rizado y abundante, sus ojos negros tenían un brillo especial. Era risueña y habladora.
Su hermano Luisito tenía 5 años, era más oscuro que su padre, de cabeza pequeña y cabello abundante y rizado, delgado, alto para su edad y juguetón.
El padre no podía encargarse de sus hijitos por su trabajo y empezó a observar a las mujeres jóvenes y bonitas que no tenían compromiso. Así una tarde se le acercó a una bonita muchacha de tez blanca, cabello largo y lacio, de estatura alta y complexión robusta llamada Estela y entabló conversación con ella.
Luego de dos meses Luis le propuso matrimonio y ella aceptó gustosa.
Los primeros días de convivencia con su madrastra Luisito y Luz Ángela se sentían muy contentos con ella. Esos días Luis no trabajó, de modo que permaneció en casa. Él le quería enseñar a su esposa como peinar y tratar a sus adorados hijos. Ella siempre atenta, prestaba atención a todo lo que su esposo le enseñaba.
Después de cuatro días, Luis regresó a su trabajo dejando a sus hijos al cuidado y protección de Estela, su nueva madre.
Los niños tenían prohibido acercarse al riachuelo.
El trabajo que Luis tenía no era suficiente para alimentar a su nueva esposa y sus hijos.
Entonces buscó en el pueblo un trabajo nocturno. Ahora no tenía tiempo para nada.
Salía desde muy temprano en la mañana y regresaba pasada la medianoche.
Al regresar una noche, desde lejos observó que había antorchas encendidas y mucha gente en su casa. Dejó de caminar pausado y emprendió una carrera. Al llegar le pregunto a su esposa que era lo que estaba sucediendo. En esos momentos su hija Luz Angela se abrazó fuerte a las piernas de su padre y le dijo que Luisito no aparecía, que estaba perdido desde la tarde.
El padre la cargo y mirando a su mujer le pregunto qué era lo que pasaba. Ella le respondió que no sabía, que Luisito después del almuerzo y cuando se recostaron un rato, había desaparecido, que lo habían buscado por todas partes, lo habían llamado a gritos y que hasta el momento seguía perdido. Todo el pueblo entero vino a ayudar, pero nadie lo encuentro. Pensaban que tal vez se había ido para el río y este se lo llevó.
Por todos lados, y encada rincón habian revisado, pero el niño no apareció.
La madrastra, Estela, parecía ser una mujer amable y cariñosa, pero ocultaba un secreto oscuro. Sentía rabia al mirar a Luisito.
Tiempo después, una misteriosa planta de limoncillo comenzó a crecer en un sitio inusual. Luz Angela, la hermana de Luisito, la descubrió y sintió una conexión extraña con ella, comenzó a cuidarla y a hablarle.
Una noche, la niña escuchó una voz infantil, triste y melancólica que cantaba asi:
No te olvides de mi
estoy junto a ti
te veo dormir
y yo estoy aquí.
Luz Angela se sintió atraída por la voz y llegó junto al pie del limoncillo, de donde emanaba aquella voz que continuaba cantando
No te olvides de mí,
Estoy junto a ti
Yo te veo dormir
Y yo estoy aquí
Ella se dirigió al limoncillo preguntándole que quien o que era y porque podía hablar.
La voz le respondió, diciéndole que era su hermano sepultado y atrapado allí. Que su madrastra lo había asesinado. Que no tenía pa y nunca podría descansar en paz por la forma en que había muerto.
En esos momentos Luz Angela descubrió lo sucedido con su pequeño hermano.
Enfurecida y asustada se fue a dormir. No pudo conciliar el sueño. al amanecer escuchó a su padre cuando se fue a trabajar.
Salió de su alcoba y se enfrentó a su madrastra en el patio.
Estela con una sonrisa maligna, intentó atrapar a la niña que se hallaba cerca al limoncillo, pero el espíritu de Luisito se vengó.
La planta creció rápidamente , envolviendo a la madrastra con sus ramas espinosas. La madrastra gritó de terror mientras la planta la absorbía, atrapándola en su interior.
Luz Angela espero a su padre y le contó lo sucedido mientras el limoncillo crecía más y más.
Padre e hija se marcharon de ese lugar.
En la mente de Luz Angela quedó grabada la tragedia y el horror que en esa casa se había vivido junto con la canción de su hermano que el viento seguía susurrando en sus oídos nunca la pudo olvidar:
No te olvides de mi
estoy junto a ti
yo te veo dormir
y yo estoy aquí.
AUTORA: AMPARO ÁLVAREZ, TOTY (COLOMBIA)
© DERECHOS RESERVADOS AUTOR (A)
Amparo Álvarez – Toty, colombiana, nacida en Río de Oro departamento del Cesar. Hija de Roberto Álvarez y Victoria Barbosa. Egresada de la Universidad Francisco de Paula Santander, seccional Ocaña. Licenciada en educación Básica con énfasis en Humanidades y lengua castellana. Casada a la edad de 18 años. Tengo escritos cuentos, poemas y relatos, la mayoría basados en anécdotas vividas.