Esta página desde su fecundación no ha sido normal. Al parecer es producto de mi ego, me dio por ofrecer mis servicios como cronista, no, que caray, pero ya me gané los aplausos y elogios del Taller Literario Aquileo, que se realizan los martes, cada quince días, en el parque Biblioteca Belén de 4 a 6 de la tarde, llueva, truena o haga calor nos reunimos algunos integrantes en busca de herramientas para afianzarnos en nuestro oficio de escritores. Genial este título de escritor, es de alto calibre, muy elevado, pero ahí vamos leyendo, en el proceso de aprendizaje, como en estas sesiones coordinados por Carlos Agudelo, pero desde lo “humano demasiado humano”, este año ha sido irregular. Los talleres ya no son cada ocho días, además el facilitador ha tenido las visitas obligatorias al médico, permitiendo aplazo de sesiones, y los últimos martes se realizaron en una semana no convencional, y la prueba de esta irregularidad es que en este octubre las sesiones del taller se llevarán a cabo segundo y cuarto martes. Así de sencillo.
“Adoptar un autor”, se realizó el viernes trece de septiembre, no con un autor, sino con una autora, lo digo por lo de la equidad de género que no me c0nvence del todo, pero es respetable. Adoptamos a la escritora ecuatoriana Mónica Ojeda con sus novelas que tienen como títulos nombres que prefiero olvidar, que tal vez intenté comenzar a leer, pero sinceramente no me llegó, que me disculpe Mónica, porque no sé qué me pasó, o no me tocó, o al leer las primeras páginas fui golpeado, y no fui capaz de avanzar en la lectura, otro día será, cuando el universo conspire.
¿Este programa fue el viernes trece de septiembre, tal vez un día “Nefando”? Nadie lo sabe, yo no estuve en la “Mandíbula”, quiero decir, no estuve en el conversatorio, porque ese viernes estaba en el parque Biblioteca de San Javier, en el Taller de actuación del programa Laboratorio de Paz.
En el marco de la regularidad, al parecer así está surgiendo esta página, ya no sé ni por donde voy. Ya resulté en San Javier. Se leyeron los ejercicios de los chicos y chicas a partir de un argumento que alguien había escrito en la sesión anterior, de ahí surgieron posibles relatos, con críticas literaria de la mayoría de los integrantes: todos tenemos la capacidad del elogio, como de igual manera se aplaudió la crónica anterior. Señal de la madurez del grupo. Se están escribiendo paginas mejores, no como una simple acta de sesión. Obra del capitán Agudelo, siempre al frente del equipo, y que esta frase no sea producto del “club de mutuo elogio”.
Para iniciar el tema del género del ensayo, algunos puntos: “El ensayo como tal, no como última palabra”, una cita de un autor y profesor antioqueño: “El ensayo entre la aventura y el odio”, según el Maestro Jaime Alberto Vélez, profesor de español, muy cercano a mi carrera. Qué título, como para hoy en el mundo”: “Entre la aventura y el odio”.
Durante este receso sin talleres estamos leyendo el ensayo escrito por el japonés Haruki Murakami: “De qué hablo cuando hablo de correr”. Es literatura, aunque el español Jesús G. Maestro no esté de acuerdo con esta etiqueta, para él, con mucho respeto, el ensayo no es literatura. Idea polémica para muchos, aunque para otros es una tesis interesante.
¿De qué hablo cuando hablo de correr? ¿Redundancia? No, es un buen título, no es original, parte de la idea que tenemos: ¿De qué hablo? ¿Qué escribo? ¿Qué digo, por favor? Pues nada, Murakami parafraseo el título “del volumen de relatos cortos de mi venerado escritor Raymond Carver, “De qué hablamos cuando hablamos de amor”. Tomé esta frase del final del libro para cerrar esta cuasi crónica con pretensiones de ensayo breve, y hasta critica. El ensayo de Murakami parte de un ejercicio literario, como el que nos propone Carlos A. Maestro: Escribir diario, durante treinta minutos, escribir todo lo que se nos ocurra. Murakami, por ejemplo, llevó a cabo este proceso entre 2005 y 2006, mientras se entrenaba como atleta y al mismo tiempo escribiendo sus novelas. Claro, el diario se publica porque es gracias a la pluma de un escritor reconocido, muy leído, en especial, por los jóvenes, y de Murakami recuerdo la novela y película que he visto dos veces: “Tokio Blues”.
Así que, chicos y chicas, anímense a seguir con el diario, que el universo conspirará. No todos, claro, pero como mínimo un integrante del Taller Literario Aquileo, de los que están, de los anteriores y de los próximos, uno verá su diario en imprenta, palabra que sí porque el Universo lo permitirá, y “Que La Fuerza nos acompañe”, decreto poderoso de parte de mi Maestro Yoda, nada que ver con el Maestro Jesús G.
AUTOR: LUIS ALFONSO PÉREZ PUERTA (COLOMBIA)
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Luis Alfonso Pérez Puerta. Nacido el primero de diciembre de 1961 en una provincia de Colombia, al sur de América, Luis Alfonso Pérez Puerta se define como Comunicador Social, Periodista, actor y escritor en pausa activa. Se autodenomina un solitario entre la multitud. Está en el Taller de escritura Aquileo organizado por las Bibliotecas de Comfenalco, Antioquia.
Participó en el Octavo Encuentro Internacional de Poetas del Viento Corporación Cultural: «Energías limpias y renovables por un planeta saludable», del 25 de agosto al 1 de septiembre de 2024. Medellín, Colombia, certamen donde leyó sus escritos el 29 de agosto en la Biblioteca del corregimiento Santa Elena.