En un avión boeing que cruza a toda velocidad por los cielos del Desierto de Atacama, en ello, la joven Asnari, que viaja desde Caracas a Santiago de Chile, para conocer a la capital de la Unión de Repúblicas Soberanas Chilenas, un país en el que sus padres tuvieron el privilegio de estudiar y conocerse. Ellos siempre le contaban en las navidades y reuniones familiares cómo se conocieron en esta nación avanzada latinoamericana que se ha desarrollado en tecnología, medicina natural, inteligencia artificial, industria a tal nivel que sus recursos crecieron tanto para tener una distribución equitativa de los recursos, con ello extinguieron la desigualdad y la pobreza. En la Universidad Católica de la URSCH, se llegaron a conocer los padres de Asnari, los únicos estudiantes venezolanos que venían de intercambio de las universidades extranjeras para aprender del famoso «milagro económico de América Latina». Esto hacía que cada año tuviera la curiosidad de conocer este maravilloso país a tal punto que Asnari se decidiera comprar su pasaje de avión y viajar a conocer la URSCH.
Al aterrizar el avión en el aeropuerto, dejó a la joven venezolana con la boca abierta. A sus ojos era como vivir en el futuro: robots que trabajaban en la plataforma para estacionar los aviones y que ayudaban a bajar las maletas de los viajeros. Al descender junto con los demás pasajeros había ojos electrónicos que escaneaban a los pasajeros a medida que avanzaban en la cola. Estos escaneos iban a un salón donde un par de funcionarios de aduana revisaban los rayos X hechos por los ojos electrónicos. Esto era más amigable que los guardias androides que le contaban los padres de Asnari que había cuando ingresaron al país. Al llegar Asnari a la casilla de aduana, el funcionario de aduana le pregunta: “Señorita, ¿¿ a qué viene al país ??”.
Asnari responde: “Vengo como turista”. El funcionario de aduana examina inquisitivamente al escuchar el acento de la dama, y después de examinar el pasaporte venezolano que no tenía ningún timbre, un pasaporte nuevo. Después de mirar a la joven, le dice: “Bienvenida a la URSCH…¡¡ que pase el siguiente !!”. Al salir del aeropuerto, la chica toma un taxi. El amable taxista le abre la puerta con apretar un botón de su tablero. Asnari, al ingresar al vehículo, nota que hay un extraño aparato frente al asiento del pasajero. Ella no le presta mucha atención. El amable taxista le pregunta: “mijita, ¿¿ dónde la llevo ??”. Asnari le indica: “El Hotel Almagro”. Mientras el taxista hace su viaje, ella mira por la ventana asombrada por las fábricas, industrias, vehículos que parecían casi flotar en el aire, hermosas casas donde vivían los ciudadanos de este país. Al llegar al centro de Santiago, la ciudad era una mezcla entre edificios coloniales y modernos. Al llegar al hotel, el taxista le dice: “son $30.000, mijita”. Asnari se pone nerviosa ya que olvidó hacer cambiar sus dólares por pesos chilenos. El taxista le dice: “¿¿ Y por qué no paga con la tarjeta PIP y lo pasa por el censor (el extraño aparato en el taxi) ??…no me diga que no tiene”, Asnari mira avergonzada al taxista y le dice: “Lo siento, chamo, no tengo dinero”, entonces el amable taxista le dice: “Tranquila, este viaje te lo hago gratis”. La cara de Asnari cambia y se baja del taxi. Cuando llega a su habitación, ingresa y encuentra la habitación con las ventanas abiertas. El dependiente le dice: “Señorita, abrimos las ventanas para ventilar la habitación, hace tanto calor en esta época del año”. Lo curioso es que encuentra a una gata acostada en la cama, el dependiente le dice: “¡¡ Aah, ahí está, esa gata cómoda, la Racumina, sale de ahí !!”. Asnari siente cariño por la gata y le dice al dependiente: “No se preocupe, deje a la gatica ahí, me gustan mucho los gatos”. El dependiente acepta tranquilamente la presencia del gato en la habitación de la señorita.
Después de relajarse y arreglarse, sale con su cámara fotográfica a la calle y camina en dirección al cerro Santa Lucía, con la misma expresión de asombrada al ver tanta tecnología en la calle. De pronto, su mirada gira hacia un callejón y ve a un extraño grupo de personas reunido, esto le llama la atención. Entonces, discretamente, Asnari toma su cámara, pero uno de los sujetos extraños se da cuenta de lo que trata de hacer Asnari y estos sujetos escapan. La joven se da cuenta de que los extraños sujetos escapan y los persigue por el callejón. De pronto, cada esquina empieza a convertirse en laberinto en el que Asnari comienza a perderse a medida que persigue a los extraños. En un momento, Asnari le da alcance a uno de ellos, lo empuja y al arrojarlo al suelo se cuenta que el sujeto tiene un aspecto bastante raro, era calvo, su piel era un púrpura pálido y sus orejas puntiagudas. De pronto, la gata Racumina aparece en el callejón. El ya todavía más extraño sujeto, se asusta al ver a la gata, se levanta y sale corriendo. De pronto aparecen los otros dos sujetos, uno de ellos toma una piedra y se la lanza a la gata, la espanta. Uno de ellos, hombre moreno con un corte atravesado en toda la cara, le pregunta: “¿¿ Acaso, eres un Eolano ??”, ¡¡ Ese animal es un espía robot de los Eolanos !!», Asnari le pregunta: “¿¿ Que te pasa, acaso estás drogado, de qué hablas, chamo ??” El otro hombre mira entrañado al hombre con la cara cortada, este le dice: “voy a buscar a nuestro amigo”. El hombre con la cara cortada le extiende y le dice: “déjame levantarte,…parece que desconoces la verdad de todo”.
El hombre con la cara cortada le explica que Asnari y todo el mundo ha estado viviendo una simulación creada por los Eolanos, una raza extraterrestre que invadió la tierra hace mucho tiempo, y que arrasó con todo el mundo, creando un mundo simulado en el desierto de Atacama en donde los prisioneros y sobrevivientes viven en una extraña simulación del mundo antes de la invasión, pero con la diferencia de que crearon una utopia sustentable, con ello, los Eolanos pensaron que nadie se percataría del engaño, hasta que el hombre con la cara cortada se percató al navegar por la Deep Web y descubrió esta verdad oculta a todos. Asnari suelta una carcajada y le dice al hombre con la cara cortada: “No te creo ni un ápice, seguro debes estar drogado, chamo”. El hombre con la cara cortada baja la cara tristemente y le dice: “Lo hubiera querido cuando lo descubrí”. Cuando Asnari empieza a sentir pena por el sujeto, este le dice: “Este corte en la cara me lo hicieron cuando lo descubrí todo, mandaron unos androides a acabar conmigo, no lo hicieron, logré escapar por las alcantarillas y lo que descubrí más allá, me dejó perplejo”. Asnari le propone: “bien, enséñame lo que descubriste…”. Asnari y el sujeto con la cara cortada caminan por el callejón, llegan a un túnel y al profundizar en la oscuridad, encuentran un paisaje desolador, ven una ciudad enterrada en el desierto; rascacielos completos, vehículos. El hombre con la cara cortada declara: “esto lo hicieron los Eolanos, con la primera hora de invasión, destruyeron ciudades completas en todo mundo”. Asnari no creía lo que sus ojos estaban presenciando, pero era la verdad. Detrás de ella estaba el túnel, y arriba, un domo geodésico que refleja el cielo despejado. Ahí estaba todo el mundo que Asnari conocía y delante de ella, el mundo que se había ocultado. La humanidad cautiva por una utopía, por un engaño bien preparado por una raza alienígena que logró conquistar la tierra.
Después de horas observar el paisaje que le fue enseñado, Asnari se reúne con el otro hombre y el Eolano, que era un traidor que se reunió con estos sujetos para ayudar a la resistencia contra el gran engaño. Días después, en una pantalla gigante instalada en la Torre Entel, surgió una transmisión donde Asnari habla lo siguiente: “Humanidad, no se dejen engañar, están viviendo una ilusión, el mundo que viven es una mentira, ustedes son prisioneros de una raza extraterrestre llamada Eolanos, que invadieron la tierra hace muchos años y no se dejen engañar, busquen la verdad, los está esperando”. La pantalla se apaga y se queda todo en silencio.
AUTOR: FRANCISCO ARAYA PIZARRO (CHILE)
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Francisco Araya Pizarro. Nacido en 1977 en Santiago de Chile, Artista Digital, Diseñador Gráfico Web, Asesor en Marketing Digital y Community Manager para empresas privadas y ONGs asesoras de las Naciones Unidas, Crítico de Arte, Cine, Literatura, además de Investigador. Y Escritor de Ciencia Ficción, donde en su blog comparte sus relatos cortos en: www.tumblr.com/franciscoarayapizarro