El fuego se apagó y con él, se fueron las posibilidades de un retorno de la llama.
El fuego cesó y la misma llama que lo mantenía vivo,
se convirtió en el extintor.
El fuego cesó, por el cansancio del recorrido entre tu bosque.
El fuego cesó, porque encontró la esperanza de un manantial en sí mismo.
El fuego cesó, porque no siempre quienes inician los incendios se quedan para mantenerlos vivos.
El fuego ceso, porque las llamas van cambiando de color según el material que queman.
Y si, ¡el fuego cesó! Porque siempre cesa en algún momento. Porque nada es para siempre y porque todo tiene su tiempo.
El fuego cesó y quedaron las cenizas luego de un gran incendio. Pero ¡que prometedor son estas cenizas que recuerdan que lo más difícil ya paso!
El fuego cesó y ahora quedó la tierra en recuperación, para tener mejores sembrados.
El fuego cesó y tú, te fuiste con la fuerza del viento que en algún momento hizo que se quemara toda la montaña.
El fuego cesó y los pajaritos que salieron heridos, hoy se encuentran recuperando su plumaje perdido.
AUTORA: CARMEN ROVIRA BERNAL (COLOMBIA)
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Carmen Rovira Bernal, nacida el 4 de octubre de 1984 al frente del mar caribe, rodeada de la magia de las montañas de la Sierra Nevada, que no permiten que la brisa fluya en el municipio de Ciénaga – Magdalena (Colombia).
Activista Política, Administradora de Empresas de la UNAD, con diplomado en Derechos Humanos. Estudiante de inglés y noruego.
Fiel creyente que la pobreza solo se supera con acceso a la educación.
Escritora de poemas y novelas desde niña aun sin publicar.
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