«Dedico este relato a mi amigo, Hermes
Quien siempre ha estado conmigo
en momentos críticos de mi vida»
#MaratonAmoryAmistad
CUENTO – EXILIO EN EL FUTURO
POR: FRANCISCO ARAYA PIZARRO (CHILE)
En una época futura, la humanidad había logrado colonizar numerosos planetas en diferentes sistemas solares, creando una sociedad intergaláctica tan diversa como fracturada por conflictos por sus dificultades políticas y diferencias culturales. Las tensiones entre los distintos planetas y facciones estaban en su punto más álgido cuando surgió una nueva frontera: el viaje en el tiempo. Elián Raix era un historiador que trabajaba para una organización neutral dedicada a preservar el conocimiento y la cultura de las diferentes civilizaciones. Era un intelectual de mente abierta y curiosa, siempre reflexionando sobre el pasado y el futuro de la humanidad. Su trabajo le llevaba a los rincones más remotos del universo, donde cada hallazgo tenía el potencial de cambiar su comprensión de la historia, por esa razón su labor le parecía fascinante. Un día, durante una expedición arqueológica en un planeta remoto, Elián descubrió una antigua tecnología que, según las inscripciones, permitía viajar a diferentes períodos de la historia. La máquina, cuya similitud hacía mención a la estela de Palenque, este artefacto oculto en las profundidades de una caverna, parecía ser una reliquia de una civilización desaparecida hace miles de años. Fascinado por esta posibilidad, Elián no pudo resistir la tentación de probarla.
Después de un meticuloso estudio y la curiosidad carcomiéndolo por dentro, Elián activó la máquina y fue lanzado a un viaje a través del tiempo. Su primer destino fue el siglo XXVII, un período de conflictos intensos y revoluciones tecnológicas en el mundo donde lo había encontrado, según sus conocimientos.
Aquí, fue encontrado de sorpresa por Kira Vex, una guerrera que luchaba por la libertad de su planeta natal, asolado por una dictadura tecnológica. La impresión de la mujer fue tremenda al encontrar a Elián materializado de la nada. Kira era una mujer formidable, su cuerpo estaba cubierto de cicatrices de innumerables batallas, y sus ojos brillaban con la determinación de alguien que no tenía nada que perder, pura pasión en su corazón. Cuando Elián le explicó quién era y de dónde venía, Kira, aunque inicialmente escéptica, vio en él una oportunidad. Con la tecnología de viaje en el tiempo, podrían cambiar el destino de su planeta.
«Tenemos que ser cuidadosos,» le advirtió Elián. «Cada acción en el pasado puede tener repercusiones inimaginables en el futuro… y con ello destruir el delicado tejido del cosmos, hasta podríamos dejar de existir.»
A pesar de sus advertencias, Kira con su imponente presencia le convenció de ayudarla en una misión para destruir un nodo clave de la dictadura, el nacimiento del director principal de esta dictadura, asesinar a su madre cuando estaba en su vientre. Cuando la operación tuvo un éxito, las consecuencias fueron más de lo que habían anticipado.
Elián se dio cuenta de que la intervención había alterado significativamente la línea temporal, provocando un caos que se extendía más allá de lo que podían controlar.
Con un sentimiento de urgencia, Elián decidió avanzar en el tiempo, esperando encontrar una solución para reparar el daño y saber que había cambiado. Su próximo destino fue el siglo XXX, una época marcada por avances científicos y experimentos peligrosos. Aquí, conoció a Zorin Nax, un científico renegado obsesionado enfermizamente con la manipulación del tiempo y sus consecuencias.
Zorin vivía en el exilio, habiendo sido desterrado por sus experimentos considerados demasiado peligrosos por las autoridades. Su laboratorio estaba lleno de dispositivos y prototipos que desafiaban las leyes de la física. Cuando Elian le explicó su situación, Zorin le ofreció su ayuda sin mayores aspavientos, pero no sin antes advertirle de los peligros que conllevaba jugar con el tejido temporal y el error que cometieron con Kira.
«El tiempo no es una línea recta,» dijo Zorin, «es más bien una red intrincada. Cambiar un solo hilo puede deshacer toda la estructura.»
Juntos, intentaron elaborar con sus conocimientos un dispositivo para volver a hilar la línea temporal. Durante este proceso, Elián reflexionó seriamente y con mucho sentimiento de culpa sobre las implicaciones éticas y morales del viaje en el tiempo.
Descubrió que el uso indebido de esta tecnología había llevado a catástrofes y conflictos a lo largo de la historia. Enfrentado a decisiones difíciles sobre cuándo intervenir y cuándo simplemente observar, Elián empezó a comprender el peso de la responsabilidad que llevaba.
Después de días de trabajo con las piezas de tecnología del siglo XXX, lograron desarrollar el dispositivo que podría reparar estos daños. Pero justo cuando estaban listos para implementarla, rebeldes de una facción radical del futuro lejano, irrumpieron en el laboratorio de Zorin. Ellos se enteraron del desarrollo de este singular dispositivo y decidieron tomar partido propio para usar el aparato y alterar el curso de la historia para sus propósitos.
Eli, el líder de los rebeldes, con una presencia imponente y una mente brillante pero peligrosa, había pasado los días espiando cómo construyendo el dispositivo de Zorin. Con la ventaja numérica, Eli les arrebató el dispositivo, el cual también podía activar un campo de energía que le permitía viajar en el tiempo. En ese momento, dijo:
«El futuro es nuestro para moldearlo,» proclamó Eli, «y no dejaré que un puñado de idealistas se interpongan en mi camino.»
Elián, Kira y Zorin presenciaron el escape, sabían que no podían dejar que Eli se saliera con la suya.
Con una mezcla de ingenio, valentía y desesperación, revisar el radar temporal que estaba equipado la máquina del tiempo y logrando localizar la era donde fue Eli, así activan la máquina del tiempo, transportándose al siglo XL, una era de relativa paz y cooperación interplanetaria. Aquí, buscaron la ayuda de Alara Dune, una líder política que abogaba por la unificación de los planetas a través de la cooperación mutua.
Alara, una mujer de gran carisma y sabiduría, también tuvo el mismo encuentro sorpresivo que tuvo inicialmente Kira cuando encontró a Elián. A pesar de que también era una mujer muy educada, trató de no sorprenderse en el encuentro. En ese momento, nuestros protagonistas le explicaron la situación y la presencia de alguien tan peligroso como Eli. Alara comprendió rápidamente la gravedad de la situación. Reunió a un grupo de personas para buscar a Eli por todas partes para detenerlo. La complicación más grande es que Eli había llegado meses antes, con lo cual tenía la ventaja de haber gestionado un plan que ya estaba llevando a cabo. Elián, Kira, Zorin y Alara, junto con su grupo, habían sido sorprendidos por Eli con armas y hombres. De pronto, un tiro de un arma de rayos ejecutado por uno de los hombres de Alara había dado en el delicado dispositivo, comenzando un enfrentamiento, al mismo momento que se creó una distorsión espacio-tiempo.
Visualizando realidades alternativas en el lugar, cada uno veía una visión distorsionada de sí mismos, como una sala de espejos giratorios. Semejante fenómeno se tornó extraño, En medio de ello, Elián se dio cuenta de que la única forma de detener a Eli era destruir la máquina del tiempo.
«El poder del tiempo no debe pertenecer a nadie,» dijo Elián mientras activaba la secuencia de autodestrucción, que hacía colapsar el reactor quantum que alimentaba de energía a la máquina. Con un destello cegador, la máquina del tiempo se desintegró, llevándose consigo a todos los presentes, regresando a cada uno a su propio tiempo como efecto secundario de la destrucción de la máquina.
El sacrificio no fue en vano. Con la tecnología temporal destruida, la historia se estabilizó por sí sola y se revirtió el asesinato de la madre del director de la tecnocracia del siglo XXVII, con lo que cada catástrofe consecuente de su manipulación cesó. Alara siguió su vida como si el encuentro con Elián y sus amigos nunca hubiera tenido lugar. Elián, el único de todo el grupo que quedó con la conciencia del viaje y su desastre, regresó a su trabajo como historiador a su presente con una nueva comprensión de la historia. Kira, en su continuidad normal del tiempo, libre de la dictadura después de años de lucha, se convirtió en una líder inspiradora, ayudando a su gente a reconstruir y prosperar. Zorin, se dedicó a la investigación ética, sin saber que inconscientemente el viaje en el tiempo lo influyo.
En un momento de reflexión, Elián mira las estrellas desde su oficina, y piensa que el futuro siempre traería nuevos desafíos, pero con la sabiduría del pasado, estaban mejor preparados para enfrentarlos.
AUTOR: FRANCISCO ARAYA PIZARRO (CHILE)
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Francisco Araya Pizarro. Nacido en 1977 en Santiago de Chile, Artista Digital, Diseñador Gráfico Web, Asesor en Marketing Digital y Community Manager para empresas privadas y ONGs asesoras de las Naciones Unidas, Crítico de Arte, Cine, Literatura, además de Investigador. Y Escritor de Ciencia Ficción, donde en su blog comparte sus relatos cortos en: www.tumblr.com/franciscoarayapizarro