ESPUMANTES
Por: José Luis Rendón (Colombia)
Correo electrónico: al.paraiso56@gmail.com
Ni champán, ni pócimas embriagantes bebía, aunque el pueblo se convertía en cantina abierta durante todo diciembre. Es decir, esquinas, bultos de café y ranchos eran un bar abierto, sin cargo a la cartera.

Fotografía: Freddy Arango – Periódico La Patria (Manizales – Colombia)
Me contaba que en ese tiempo el aguardiente y el guarapo eran “regalaos”. Fue justo EL GAUCHO, el bar de mi padre, el escenario de las tertulias con la sobriedad de Ramón. Mulas enjalmadas en el parque, fachadas coloniales, boñigas y arrieros. Al pueblo le quedaba fácil lo bucólico. Después, las chispas de la nostalgia escapaban por entre las hendijas de cualquier portón.
Así nacían las historias reales que al leerlas debilitaban las cargas horribles del tiempo. Si ellos, mi abuelo el frugal, y el patrono de El GAUCHO, supieran el impacto que hoy tiene una guirnalda colgando de un arbolito en el cerebro de un país arrasado por las dictaduras, tal vez volverían para posarse en un árbol y no comer cuento.
Estas mañanas de diciembre tan primaverales y coquetas en el horizonte se lanzan a las calles para bailar cualquier calidez. Príncipes azules mal parecidos, en bicicleta, luciendo camisones Navideños y, de vez en cuando, inocentemente procaces, son lo que le sube el brillo al alma y lo que en el fondo muchos corazones buscan.
Ninguna Alteza pondrá fin a los males de una nación, ni siquiera en tiempos de Epifanía. Contrariamente, en pleno diciembre, el estado ataca con reformas tributarias, aumento de salarios mínimos divertidos, leyes estrafalarias de financiación, derroche presupuestal, gasto público dilapidado de borrachera en borrachera y la Constitución política de vomito en vomito.
Probablemente, no sea lo que más nos guste pero, entretanto, démosle la mano a lo decembrino. A pesar de todo, lo decembrino es un refugio de farolitos titilantes que termina desencadenando “glu glues”. Esa intrepidez nos tiende coartadas, nos atrapa, desabrocha camisas y escotes y vuelve díscolos los sentimientos. En medio de estos sobrevuelos de fin de año, ¡zas!, ¡bye!, detonan los embrujos. Que choquen entonces espumosas las copas para que los días putardianos se destrocen.
JOSE LUIS RENDÓN (COLOMBIA)
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José Luís Rendón C. Nació en el Municipio de Argelia (Antioquia) – Colombia. Titulado como Profesional en Comunicación Social. Ha sido corresponsal de prensa alternativa independiente, cronista, periodista y locutor de radio. Cuentos: LEOCADIA, obra ganadora del primer puesto del concurso de cuento “Carrasquilla Íntimo” convocado por El Colegio de Jueces y Fiscales del departamento de Antioquia-Colombia y publicado en la revista Berbiquí. Cuento: EL MONSTRUO DE LA PLATANERA (inédito).
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