En un futuro distante, la humanidad había alcanzado grandes logros tecnológicos. Sin embargo, estos avances no vinieron sin consecuencias. La economía y la sobreexplotación de recursos habían llevado al planeta al borde del colapso ambiental. En medio de esta crisis, un grupo de científicos descubrió una tecnología revolucionaria basada en la energía de los cristales cuya base era la vida misma, prometía una solución a los problemas energéticos del mundo. Sin embargo, su descubrimiento desató una serie de conflictos y luchas de poder entre gobierno y corporaciones. La corporación multinacional Zetared, liderada por el ambicioso CEO Byron Smith, vio en los cristales vitales una oportunidad para consolidar su dominio económico. Utilizando métodos coercitivos y prácticas ilegales, comenzaron a explotar los recursos de los cristales de vida en todo el planeta, ignorando por completo las advertencias de los científicos sobre los peligros de un uso desmedido de esta fuente de energía, con el potencial de liberar 100 veces la fuerza destructiva de una bomba atómica.
Mientras tanto, en la ciudad, un grupo de activistas ambientales liderados por la intrépida Lina Estela luchaba contra la expansión descontrolada de la corporación Zetared. Con consignas como «Protege el planeta es proteger nuestra casa», intentaban concienciar a la población sobre los peligros del modelo económico actual inclinado a la ambición desmedida y la importancia de preservar los recursos naturales. En una de sus protestas, se engarza con una pelea con uno de los ejecutivos de la corporación Zetared y lo increpa: “¡Qué tiene que decir acerca del científico que habló acerca del origen extraterrestre de los cristales vitales, cuántas pruebas hicieron, cuántas plantas mutaron, conteste hombre!. El ejecutivo se aleja con desagrado de la mujer hacia una limusina que lo saca de la escena conflictiva.
En una noche, cuando unos astrónomos estudiaban las fotografías de ciertos sectores del espacio exterior, de pronto a uno de ellos le llama la atención: “Oye, mira esta foto, esta anomalía en el cuadrante F7”.
El otro astrónomo acude diligentemente al lado de su colega y ajustando sus lentes observa la lámina que muestra la anomalía y dice: “En la última observación no había nada en ese cuadrante, ¿será una nave espacial?”.
El astrónomo que encontró la anomalía le rebate: “¡eso es no ciencia ficción!, ¿acaso viene de la mente de un escritor loco que escribe una propuesta para una revista literaria? , ¿qué piensas, que esto es una absurda historia de ciencia ficción?. ¡Razona!”.
“Pero según las últimas teorías, decían que los cristales vitales podrían tener origen extraterrestre” rebate el otro astrónomo. En ese instante, una cámara los vigila desde una oscura esquina.
Cuando pasaron horas de intenso debate entre estos astrónomos, desde la oscuridad, una mano levanta un arma con silenciador y les dispara liquidando a los científicos, y con ellos sus teorías quedan siendo palabras que se las llevó el viento. El asesino que está en las sombras llama por celular a su jefe, avisando que mataron a los astrónomos que vieron esa nave. Del otro lado de la línea responde Bryon Smith, el CEO de la corporación Zetared, que le ordena a su sicario: “Extrae la memoria externa de la computadora principal y destruye todo el observatorio”. El sicario dice: “Entendido” y corta la llamada. En su privado, Byron observa el dosier que contiene las fotografías y la teoría del Dr.Kleistser sobre el origen extraterrestre de los cristales de vida, el análisis de la composición química que revela ninguna existencia en la tabla de los elementos y la medida del contador Geiger que revela un cierto grado de radiación, entre otros análisis que revelan que puede contener una fuente de energía poderosa. En ese instante, Byron esboza una sonrisa ambiciosa.
A la mañana siguiente, El joven ayudante se le acerca al profesor Kleistser, Ricardo, que tenía un semblante trasnochado, se acerca a Lina, con la urgencia de contarle algo que guarda relación con la misteriosa muerte de su jefe y la razón por la que la corporación Zetared guarda un hermético secretismo sobre los cristales vitales. Ricardo le cuenta: “Hace años, en la construcción de la torre Zetared en el centro de la ciudad, descubrieron una caverna, en donde encontraron los cristales…”.
Lina replica: “¡Esa es la versión oficial!…”.
“Sí, pero lo que nunca se contó, es que junto con una pequeña porción de cristales vitales, se encontraron plantas extrañas, variedades de hierbas jamás vistas y unas pinturas en las cavernas…”. Cuenta, Ricardo.
Lina se lo queda observando, expresando en su rostro “Por favor, continúa”. En ese momento, Ricardo sigue contando: “El profesor Kleistser fotografió las pinturas y las mandó analizar con un experto, el resultado llegó hace poco… Las pinturas dicen que los cristales vitales son propiedad de una antigua raza extraterrestre, estos se hacen llamar “Los Masters”, esos cristales fueron diseñados por medio de ingeniería mineral para ser una fuente de energía que mantendría a esta civilización, lo único que necesitaba era que las semillas de estos cristales fuesen enterradas en la tierra y horneados por la madre tierra durante miles de años.
Lina y Ricardo llegan a la entrada de la caverna. En ese momento, Ricardo le pregunta a
Lina: “¿Oíste las noticias de la mañana?”.
Lina le repregunta a Ricardo: “¿Sobre el ovni que pasó por Saturno o el misterioso incendio en el observatorio subvencionado por la corporación Zetared?”.
Ricardo observa detenidamente a Lina y le responde: “Ambas noticias… Días antes, los astrónomos compartieron con el Dr. Kleistser que estaban a punto de realizar un gran descubrimiento, decían que vieron un objeto extraño pasar cerca de Alfa Centauri. En ese momento encontré unas cámaras ocultas en el despacho del profesor. Cuando eso pasó, un hombre con un arma le disparó y casi estuve a punto de morir si no fuera porque me escabullí como un gato asustado”. Lina queda perpleja ante esa declaración.
Ricardo invita a Lina a entrar en la cueva. Cuando llegan a la cámara subterránea, se encuentran con un verdadero jardín subterráneo iluminado por los cristales vitales que revelan las variedades de plantas mutantes creadas por el efecto del misterioso mineral.
La impresión de Lina era como encontrarse un jardín secreto, y a un lado estaban las pinturas que contaban acerca de la raza extraterrestre creadora de los cristales vitales.
En poco tiempo, la perplejidad y la revelación pasarían a una experiencia que lo superaría todo, al poner en órbita una nave espacial gigantesca que lentamente entra a la atmósfera terrestre. Cuando eso sucede, la nave hace un ligero zumbido que se siente en la caverna subterránea donde están los jóvenes, esto les hace pensar que hay un temblor y abandonan el lugar, para cuando salen a la calle ven con estupor la gigantesca nave espacial cubriendo el cielo de la ciudad, mientras la ciudad entra en pánico, cuando el ligero zumbido termina, una misteriosa voz fuerte comienza a hablar: “Patéticos humanos, creían que podían quedarse con nuestros cristales de vida para hacer lo que quisieran, a lo igual que el resto de su moribundo planeta, ahora van a pagar el precio por usar nuestro mineral…”.
En ese rato hay un minuto de silencio que crea la sensación de suspenso en el aire. De la misma nave sale un rayo que contiene una estrella brillante que se dirige al lugar donde está la cámara con los cristales, justo debajo de la Torre Zetared. Cuando la estrella toca el recinto, cada rincón de la caverna se ilumina hasta emitir una luz brillante que lo cubre todo. El tiempo queda congelado para todos, incluyendo a los jóvenes.
20 años después, un anciano muere en una cámara cubierta por líquido amniótico, en ella hay tres hombres, que en realidad son miembros de la raza de los Masters, que desaguan el amnio y sacan el cuerpo, uno de ellos dice: “sacando a Ricardo Domínguez de la cámara, se le extrajo toda la fuerza de la vida…”. A un lado, en una mesa redonda iluminada, se encuentran varios cristales vitales en forma de racimos de cuarzo, y alrededor de ello, cientos de cámaras con cuerpos interconectados a una máquina que envía fuerza vital de los seres humanos sobrevivientes a la llegada de los Masters, de aquel fatídico día. Los Masters habían tomado a los seres humanos para cosechar su fuerza vital y cristalizarla. Mientras tanto, en la superficie terrestre, quedan ciudades, ruinas y campos sembrados con esqueletos en medio desiertos secos, siendo sepultados en tormentas de arena.
AUTOR: FRANCISCO ARAYA PIZARRO (CHILE)
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Francisco Araya Pizarro. Nacido en 1977 en Santiago de Chile, Artista Digital, Diseñador Gráfico Web, Asesor en Marketing Digital y Community Manager para empresas privadas y ONGs asesoras de las Naciones Unidas, Crítico de Arte, Cine, Literatura, además de Investigador. Y Escritor de Ciencia Ficción, donde en su blog comparte sus relatos cortos en: www.tumblr.com/franciscoarayapizarro