El delicado olor del arbusto fresco y el característico aroma de la Flor de Jamaica son de las fragancias indelebles que más me lo recuerdan. Fue allá, en la finca La Providencia, ese bello tramo natural en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, en un ensoñador sendero camino de Bonda.
El concierto imperecedero de los pájaros, el rebuzno estridente de Sultán, la lluvia de mangos y una montañita que no paraba de resollarme en la nuca, hacían de La Providencia lo más fastuoso del embrujo y la serenidad. Puro follaje y espesura. Los copos de los cocoteros descansando sobre el nublado y los piropos amorosos del mango alargando sus labios para cortejar la brisa marina que llegaba hasta allí. La vida en este lugar parecía fantasía y don Luís, el señor de los arbolitos la hacía ver más delirante.
Ebejicano, de diálogo chispeante y oportuno, de parlamento picante y frases de espuela. Así era él. Recio y hospitalario y de hijueputazo perfectos. Escucharlo era como ir descalzo por esos arados frescos de flor de Jamaica donde también floreció su historia y un corazón que alcanzaba pa´ todos. También se le abatía el alma y se le encharcaban sus ojos al leer las cartitas de quienes amaba. Era a la vez amo y granjero, botánico y artesano, carpintero y talabartero.
Toda una amalgama de saberes y oficios propia de señores como él. Defendió iguanas y pájaros. Arbustos, ramas y hojas le hicieron calle de honor. La brisa del mar, al que tanto amó, desflecaba las palmeras para protegerlo. De la noble y erguida rama genealógica de los Londoño, su vida estuvo llena de zancadas y premios, como las mimosas ventiscas del mar que lo exaltaron. Los recuerdos punzarán o harán que reventemos en sonrisas. Las llantas de la añejada camionetica de estacas, último coche que tuviste, seguirán desgranando las piedrecillas de las estrellas y alborotando nubecillas de polvo en el cielo. Verás cómo los pedacitos de luna se ven mejor al lado de tu adorada Elizabeth. Te saliste con la tuya. De la tierrita en la Providencia, alzaste el vuelo para volar a otra Providencia, la del Altísimo. Nunca quisiste salir de ahí. Pero se te ve bien.
AUTOR: JOSÉ LUIS RENDÓN (COLOMBIA)
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José Luís Rendón C. Nació en el Municipio de Argelia (Antioquia) – Colombia. Titulado como Profesional en Comunicación Social. Ha sido corresponsal de prensa alternativa independiente, cronista, periodista y locutor de radio. Cuentos: LEOCADIA, obra ganadora del primer puesto del concurso de cuento “Carrasquilla Íntimo” convocado por El Colegio de Jueces y Fiscales del departamento de Antioquia-Colombia y publicado en la revista Berbiquí. Cuento: EL MONSTRUO DE LA PLATANERA (inédito).
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