Antes de nosotros, existieron creadores que se jugaron la piel por la belleza y son eternos… ¡Conócelos!
El Escritor Rebelde en la inmortalidad del día es:
Lewis Carroll fue un escritor inglés nacido el 27 de enero de 1832 en Daresbury, Cheshire, y fallecido el 14 de enero de 1898 en Guildford, Surrey. Su verdadero nombre era Charles Lutwidge Dodgson, con el que publicó numerosos tratados de matemáticas y lógica. En todo caso, es principalmente conocido por sus obras literarias y, en menor medida, por ser uno de los principales fotógrafos de la época victoriana.
Tras estudiar en Richmond y en el Rugby School, Carroll pasó al Christ Church College de la Universidad de Oxford, en el que tras terminar sus estudios quedó como profesor durante un cuarto de siglo.
Carroll empezó publicando poemas y cuentos de corte humorístico y/o satírico en pequeñas publicaciones locales. Tras adoptar su seudónimo, y después de un paseo en barca por el Támesis junto a las hijas pequeñas de un compañero del Christ Church College, escribió Alice’s Adventures in Wonderland (Alicia en el país de las maravillas, escrito en 1862 y publicado finalmente en 1865 con ilustraciones de Sir John Tenniel) basado en las improvisadas historias que les contó ese día a las niñas.
La obra tuvo una gran acogida, lo que motivó la publicación de una segunda parte titulada Through the Looking-Glass and what Alice Found There (Alicia a través del espejo, 1872).
Otra obra imprescindible en la bibliografía del inmortal autor inglés es el poema paródico The Hunting of the Snark (La caza del Snark, 1876), emparentado con el mucho más corto (y famoso) Jabberwocky, incluido en Alicia a través del espejo.
TRATAR CON EL TIEMPO
—Con toda seguridad, ¡ni siquiera habrás hablado con el Tiempo!
—Puede que no —contestó Alicia con cautela—. Pero sí sé —añadió esperanzada— que en las lecciones de música marco el tiempo a palmadas.
—¡Ah! ¡Ah! ¡Eso lo explica todo! —afirmó el Sombrerero—. El tiempo no tolera que le den palmadas. Si, en cambio, te llevarás bien con él, haría cuanto quisieras con tu reloj; por ejemplo: supongamos que fueran las nueve de la mañana, la hora en que comienzan tus lecciones; pues bien, bastaría con que murmuraras tus deseos al oído del Tiempo para que este se encargara de que las agujas del reloj corrieran veloces y, en un abrir y cerrar de ojos serían la una y media, ¡la hora del almuerzo!
—¡Eso sí que estaría bueno! —exclamó Alicia, midiendo las muchas ventajas que parecía ofrecer el Tiempo—. Lo malo es que entonces no tendría apetito, ¿no le parece?
—No lo tendrías inmediatamente quizás —reconoció el Sombrerero—; pero como también podrías lograr que siguieran siendo la una y media indefinidamente, acabarías teniéndolo.
AUTOR: LEWIS CARROLL (INGLATERRA)
FUENTE – AGRADECIMIENTO
Lecturalia – Biografía Lewis Carroll
Equipo Escritores Rebeldes