-¿Podría ser Dios un superalgoritmo o la transmisión de información elaborada por la IA una especie de forma de vida? Son algunas de las preguntas que sibilinamente plantea ‘Deep it’, el cómic de toque existencialista con el que el francés Marc-Antoine Mathieu da un golpe de gracia al ego y a la consciencia humana.

Fotografía: El francés Marc-Antoine Mathieu habla de los pilares sobre los que ha construido su último trabajo, ‘Deep it’ (Salamandra Graphic) / EFE – Alejandro García
‘Deep it’ (Salamandra Graphics) conforma un díptico con el anterior trabajo de Mathieu, ‘Deep me'(2024), que aborda desde perspectivas complementarias, y con una osada experimentación gráfica, asuntos, a priori, tan inaprensibles como el sentido de la vida, la pérdida de la identidad o la muerte y el deseo de trascendencia.
REFLEXIONES DE DOS IA EN UN MUNDO SIN VIDA
Si en ‘Deep me’, el autor francés apostaba por el negro como color fetiche, ‘Deep it’ se abre en un inmaculado blanco para contar la historia de Adán, un ente artificial sin rostro que aglutina el conocimiento y los datos de toda la historia de la Humanidad, y que vaga en una extraña cápsula en búsqueda de las condiciones necesarias para que surja la vida tras «El gran luto» que provocó que «todo lo que respondía a la definición de vivo» desapareciera de la Tierra.
Este «Robinson inmortal», capaz de pensar y con tendencia a filosofar, cuenta con un auxiliar, una «e-vida» creada por sus programadores para librarle del tedio y evitar así que la misión fracase, un truco narrativo que permite que las dos IA conversen y se aparten del siempre más aburrido narrador omnisciente.

Imagen: Viñeta del cómic ‘Deep it’, del dibujante francés Marc-Antoine Mathieu, cedida por la editorial Salamandra Graphics
VISITA A BARCELONA
Mathieu (Anthony, 1995), que ha pasado estos días por Barcelona para presentar el libro, está de acuerdo cuando se apunta en una entrevista con EFE que ‘Deep it’, con un trasfondo de ciencia ficción espiritual, comienza como si describiera las primeras frases de la Biblia: «En principio creó Dios los cielos y la tierra».
Sin dudarlo, el autor se aviene a jugar a qué palabras tendría que pedirle a un chatbot de IA para que intentara crear un cómic como éste.
«Empezaría dándole la palabra Apocalipsis y que lo vinculara con qué es la consciencia. Le lanzaría una serie de palabras clave que son como semillas dentro del libro. Le daría extremos: negro y blanco; vacío y pleno; muerte y vida; declive y renacimiento… sería como hacer un espagat de guiones con todos esos términos», resume sobre una obra que gráficamente sobrevuela la abstracción.
A partir de ese vortex de ideas contrarias, en la que el gris se incorpora como color y el rojo hace una pequeña aparición estelar, Adán y su alter ego debaten sobre transhumanismo, se cuestionan no sólo cómo, sino para qué, surgió la vida, y si el hombre perdería su identidad, en una nueva «herida narcisista», si la IA, la tecnología, es decir, la materia pura, alcanzase finalmente consciencia propia.
«Estamos en un periodo de la historia en el que las herramientas que fabricamos nos superan. Esto es inquietante porque significa que no lo controlamos todo, y va muy rápido. Hemos creado una especie de monstruo que a su vez crea. Por eso, la IA no es una herramienta como otras, no es un piano ni un martillo… Hay un cambio de paradigma», asevera.
UN NUEVO «MONSTRUO TECNOLÓGICO»
No obstante, para Mathieu, autor también de la aclamada ‘Dios en persona’ este nuevo «monstruo» tecnológico, no tiene que ser amenazante ‘per se’, aunque habrá que saber contenerlo.
«De hecho, ya nos supera en muchos sentidos. En el ámbito médico, por ejemplo, puede diagnosticar cánceres. Sin duda, va a salvar vidas Hay que mirarlo de frente. Deberemos vivir y hablar con él y tal vez incluso escucharlo», subraya.
En esta línea de «colaborar» con el monstruo que supuestamente todo lo sabe, Mathieu va más allá: poner al hombre ante sus contradicciones, sus dudas, sus mentiras y relativismos para que sea la IA quien pueda dictaminar hacia dónde tirar.
¿PUEDE SER LA IA UNA ALIADA DEL PLANETA?
«La IA puede darnos cierta exactitud. Puede que diga cosas que no nos guste nada escuchar, del mundo o de nosotros mismos. Una conclusión que no va a gustar al ser humano. Pero igual sabemos que esa conclusión acaba siendo más justa y objetiva que la que creíamos», afirma el dibujante.
«¿Y quién sabe?’ se pregunta, a lo mejor el planeta tiene en la inteligencia artificial una aliada: «Igual será el elemento que nos permita entender que la Tierra es algo vivo, a lo mejor será la IA la que nos acabe convenciendo de que tenemos que ser más ecologistas», afirma con un gesto mezcla de sorpresa y resignación.
FUENTE – AGRADECIMIENTO
Agencia EFE
Nota Original – Sergio Andreu

Equipo Escritores Rebeldes