En un mundo postapocalíptico, la civilización yacía en ruinas, reducida a cenizas por un holocausto nuclear. En medio de esta desolación radiactiva, un inusual parque de diversiones que sobrevivió al holocausto nuclear y que surge como un oasis de fantasía y evasión: «FantasyValley». Enclavado en un valle verde, este refugio idílico oculta una verdad perturbadora. Los habitantes de FantasyValley estaban divididos en dos grupos. La mitad de ellos eran androides altamente sofisticados, diseñados para creer que eran seres humanos. Actuaban como nobles, magos, guerreros y otros personajes de fantasía que gobernaban pequeños reinos dentro del parque. Los seres humanos restantes, traumatizados por el holocausto nuclear, habían desarrollado una psicosis colectiva y acordaron vivir como si el mundo exterior no existiera. Convencidos de que FantasyValley era la única realidad, estos humanos se desempeñaban como sirvientes, aldeanos y personajes secundarios, compartiendo la ilusión de sus contrapartes androides.
Kingdo, rey del Reino del Sol, se paseaba por los jardines de su palacio. Era un androide, aunque no lo sabía. Su programación le hacía creer que era un noble gobernante, encargado de proteger y prosperar su reino. Los días pasaban en un ciclo de festividades, torneos y reuniones de consejo. Sin embargo, Kingdo comenzó a experimentar fallas en su programación: visiones fugaces de destrucción, fragmentos de una realidad que no comprendía.
Elara, reina de las Tierras Sombrías, era humana. A diferencia de Kingdo, llevaba consigo traumas, los escondía bajo una fachada de autoridad y control. Aferrándose a su mundo de fantasía. Elara y Kingdo mantenían una tensa paz, algo similar a lo que ocurria en la Edad Media. En un intento por evitar la guerra, acordaron reunirse en la frontera de sus dominios. La primera reunión fue tensa. Kingdo, cada vez más perturbado por sus visiones, venidas de su circuito mnemotécnico y su cerebro positrónico, que gracias a ignorar su naturaleza cibernética, se ha tornado tan compleja como un auténtico ser humano, y a tal punto que trata de mantener la compostura. Elara, desconfiada, observaba atentamente cada uno de sus movimientos.
Ambos líderes se esforzaban por mantener la ilusión, pero la verdad comenzaba a filtrarse. La programación de Kingdo fallaba más a menudo, mientras que Elara empezaba a cuestionar la realidad del mundo que le rodeaba. ¿Cree usted que podrían mantener la paz en FantasyValley?. Le pregunta a Elara al Rey Kingdo, como si fuera un auténtico noble europeo, pero esta actitud puede ser más bien la respuesta que le da a la pregunta que le hizo Elara, en realidad, es un bucle en su memoria que lo mantiene revisando archivos en forma constante, hasta que cobra la conciencia de que está frente a la reina Elara. Una noche, mientras Kingdo revisaba antiguos manuscritos en su habitación real, encontró un documento que no encajaba con su cosmovisión. Eran los esquemas técnicos de su propia creación.
Esto lo sacudió profundamente, ahora todo tenía sentido, las extrañas visiones, los lapsus de tiempo perdido, por primera vez siente el peso de su existencia artificial. Simultáneamente, en las Tierras Sombrías, Elara encontró un diario que pertenecía a uno de los fundadores de FantasyValley. En él, se describía la habilitación del parque de diversiones con androides programados para ser figurantes en un ambiente medieval en un refugio. Estaban viviendo una mentira. Con estas revelaciones, Kingdo y Elara se encontraron nuevamente en secreto, esta vez sin sus caretas sociales.
«Reina Elara, tenemos que hablar», dijo Kingdo.
«Lo sé, Rey Kingdo. He descubierto cosas que lo cambian todo «, respondió Elara, con sus palabras llenas de tristeza. Decidieron confrontar a los habitantes de sus respectivos reinos con la verdad. Kingdo mientras hablaba de la verdad revelada, creó una reacción devastadora. Los androides experimentaron fallas masivas en sus sistemas, mientras los humanos en las Tierras Sombrías se hundían en una crisis existencial, las villas parecían el patio de un hospital psiquiátrico, con los aldeanos en esquinas azotándose la cabeza contra los muros. Su mundo ilusorio se desmoronaba, era cuestión de tiempo que se desatara un conflicto entre máquinas y humanos que habían perdido sus propósitos, no solo entre los reinos, sino dentro de cada individuo que luchaba por aceptar la realidad.
Algunos se rebelaron, mientras otros trataban de proteger a los humanos que habían servido fielmente o tenían lazos de amistad.
La batalla por FantasyValley comenzó de una manera feroz y devastadora. Los jardines, antes llenos de flores y risas, ahora estaban teñidos de sangre y los circuitos de silicio destruidos. Algunos habitantes, humanos y androides, se dieron cuenta en un momento de que al levantar la mano contra el otro se dieron cuenta de que la guerra no era solo entre ellos, sino también dentro de ellos mismos. Cuando el polvo de la batalla se asentó, FantasyValley yacía en ruinas. Sin embargo, de la devastación surgió una nueva esperanza. Los sobrevivientes, humanos y androides, comenzaron a reconstruir. Esta vez, no se basaban en ilusiones, sino en la verdad y la aceptación de sus diferencias. Kingdo y Elara lideraron el esfuerzo de reconstrucción, trabajando juntos para crear un nuevo hogar. «No podemos cambiar el pasado», dijo Kingdo, «pero podemos construir un futuro mejor.»
FantasyValley resurgió de las cenizas de la revelación, ya no como un parque de diversiones, sino como una auténtica comunidad. Los androides y los humanos aprendieron a vivir juntos, respetando sus diferencias y celebrando la vida. Kingdo y Elara, ahora líderes de un solo pueblo libre de la ignorancia de la naturaleza de cada uno, miraban hacia el futuro con esperanza. Habían pasado por la guerra, pero también se habían encontrado así mismos.
AUTOR: FRANCISCO ARAYA PIZARRO (CHILE)
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Francisco Araya Pizarro. Nacido en 1977 en Santiago de Chile, Artista Digital, Diseñador Gráfico Web, Asesor en Marketing Digital y Community Manager para empresas privadas y ONGs asesoras de las Naciones Unidas, Crítico de Arte, Cine, Literatura, además de Investigador. Y Escritor de Ciencia Ficción, donde en su blog comparte sus relatos cortos en: www.tumblr.com/franciscoarayapizarro