Ryota estaba solo en el campo. Los gritos del estadio parecían pasar en un segundo lugar, sintiéndose como un murmullo lejano. El balón descansaba inmóvil, esperando. Ese momento, tan sencillo en su apariencia, contenía infinitas emociones, recuerdos… No era solo un tiro; era el culmen de toda su vida. En aquel instante, recordó su infancia en las calles, pateando una pelota hecha de trapos, los días en que el fútbol era todo lo que tenía.
Cada partido, cada entrenamiento, lo habían llevado a este segundo. Su madre le enseñó que los momentos más pequeños eran los que realmente importaban: la mirada de orgullo en sus ojos cuando ganaba un juego, el abrazo silencioso cuando llegaba a casa derrotado.
El presente se estiraba como una cuerda tensa entre el pasado y el futuro. El tiempo se detiene cuando da impulso a su pierna y su pie toca el balón, un instante suspendido, como si el universo mismo respirara junto a él. Un segundo que contenía toda la esperanza, el miedo y la fuerza acumulada.
Y el tiro voló, y con él, Ryota sintió que no solo el balón surcaba el aire, sino también cada decisión tomada hasta ese instante. No importaba si ganaba o perdía. Lo que quedaría sería ese segundo eterno, donde el tiempo y el espacio se funden en un gesto simple.
Suena el silbato… El partido terminó.
AUTOR: FRANCISCO ARAYA PIZARRO (CHILE)
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Francisco Araya Pizarro. Nacido en 1977 en Santiago de Chile, Artista Digital, Diseñador Gráfico Web, Asesor en Marketing Digital y Community Manager para empresas privadas y ONGs asesoras de las Naciones Unidas, Crítico de Arte, Cine, Literatura, además de Investigador. Y Escritor de Ciencia Ficción, donde en su blog comparte sus relatos cortos en: www.tumblr.com/franciscoarayapizarro